Los jóvenes de entre 15 y 24 años, los que toman más tranquilizantes sin receta en España

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El 15% de la población en España se automedica, según los datos más recientes de Eurostat, lo que equivale a que una de cada siete personas consume medicamentos sin receta de manera regular en nuestro país. Los más consumidos son los reconstituyentes (el 32,8% de la población) como vitaminas, minerales y tónicos, seguidos de las medicinas para el catarro, la gripe o la garganta (26,7%) y las medicinas para el dolor (22,8%), de acuerdo con la Encuesta Europea de Salud en España de 2020. Los datos, segregados por edad y sexo, también muestran que la población que más se automedica con tranquilizantes, relajantes y pastillas para dormir es la población de entre 15 y 24 años (el 11,7%).

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La gran mayoría de los fármacos que suelen relacionarse con la automedicación se pueden adquirir sin receta, aunque hay otros que sí la necesitan, como es el caso de los antibióticos, medicamentos que combaten las infecciones bacterianas. En conjunto, el 2,1% de la población mayor de 15 años reconoce que ha consumido antibióticos sin receta en las últimas dos semanas, aunque la decisión de su administración es, en su gran mayoría, “competencia exclusiva de los médicos”, tal y como señala el Ministerio de Sanidad.

Si se tiene en cuenta el sexo, hay grandes diferencias en el consumo de fármacos sin receta. En 2020, el 48% de los hombres reconoció haber consumido reconstituyentes en las últimas dos semanas, mientras que solo lo hizo el 27% de las mujeres. Por contra, una de cada cuatro mujeres aseguró haber tomado laxantes (24%), porcentaje que baja a solo uno de cada diez hombres (el 11%).

Aunque en el caso de los antibióticos la diferencia entre sexos es menor, también existe: el 2,5% de los hombres encuestados afirmó que había consumido este medicamento sin receta recientemente, mientras que el porcentaje fue del 1,9% en las mujeres.

Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) alertan de que esta práctica puede comportar efectos contraproducentes, como la resistencia bacteriana. “Allí donde los antibióticos se pueden adquirir sin receta médica para uso humano o veterinario, la aparición y propagación de la farmacorresistencia empeora”, advierte en un comunicado.

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Si tienes entre 45 y 64 años y eres hombre, seguramente tomas vitaminas sin receta; si eres mujer, laxantes

Automedicarse es una práctica que, además del sexo, también está determinada por la edad. En conjunto, la franja de los 15 a los 44 años es la que consume más fármacos sin prescripción médica. En las mujeres, la automedicación es más acusada entre los 15 y los 24 años, sobre todo la de fármacos contra los síntomas de catarro y gripe, así como la de medicinas contra el dolor, la fiebre o los reconstituyentes.

De los 25 a los 44, el fármaco sin receta más consumido es el que alivia contra el dolor, mientras que de los 45 a los 64 son los laxantes. En los hombres, en cambio, los reconstituyentes sin receta son los que más se administran en todas las franjas de edad.

Aunque en porcentajes mucho menores, la Encuesta Europea de Salud también muestra que el 2,9% de la población toma tranquilizantes sin receta, y el 0,25% toma antidepresivos. En el caso de los tranquilizantes, la población de 15 a 24 años es la que más se automedica: el 11,7% toma tranquilizantes sin el visto bueno de un profesional. En el caso de los hombres, el porcentaje de jóvenes que consumen este tipo de fármacos sin prescripción médica roza el 17%; en el caso de ellas, no llega al 5%.

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“Sé lo que me va a decir el médico” o “no es nada grave”

Entre los motivos más comunes para decantarse por la automedicación, destaca la afirmación de “sé lo que me va a recetar el médico en función de los síntomas que tengo”, de acuerdo con otra encuesta realizada por la aseguradora médica AEGON en 2021. Otros motivos son las largas listas de espera para conseguir cita médica y el tiempo invertido en ir o gestionar la consulta.

La encuesta de la compañía también recoge que las personas que se automedican en España tienden a tener un estado de salud tanto físico como mental por debajo de las que no lo hacen. De igual forma, las personas que se automedican afirman sentirse muy o bastante felices con menor frecuencia frente a las que no lo hacen.

El uso de medicamentos sin receta no es negativo, sino que es más bien “señal de la implicación de los ciudadanos en su autocuidado o en el de su familia ante enfermedades comunes y banales que no requieren la valoración de un médico”, tal y como señala un artículo del Centro de Salud Cerro Almodóvar, en Madrid. Sin embargo, “el problema radica en que no son precisamente estos medicamentos los que se consumen para este fin y que, por el contrario, son los medicamentos que precisan una receta médica los más frecuentemente usados para automedicarse.”

Fuentes
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