Siguiendo las pistas tras los bulos: Stefan Voss comparte algunas claves de la verificación digital

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Foto: Shutterstock
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La desinformación crece a pasos agigantados con el paso de los años. Delincuentes cibernéticos aprovechan estas oportunidades para generar multitud de engaños en internet con diferentes fines: desde un correo sospechoso de ser una estafa económica (denominado phishing) hasta el revuelo en redes sociales debido a una captura de pantalla manipulada. Stefan Voss, jefe del equipo de verificación de DPA, compartió algunos principios fundamentales para hacer frente a la ola de bulos con los alumnos del Máster en Verificación Digital, Fact-checking y Periodismo de Datos de Newtral y la Universidad San Pablo-CEU en enero de 2023. 

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Convertir las pistas en evidencias

Para realizar una verificación o fact-check, se debe realizar una búsqueda de evidencias que cataloguen de forma clara un contenido como falso o engañoso, en caso de que lo sean. La herramienta más básica para empezar a comprobarlo es Google. Aunque se trata de una herramienta conocida, en redes sociales se comparte cantidad de desinformación sin que haya pasado antes por este filtro previo. Con este instrumento puedes revisar una cuenta de redes sociales, de un titular o de una imagen de dudosa veracidad.

Además, la URL de una página digital tiene factores esenciales en la corroboración de su autenticidad, como el dominio o el enlace específico de una web (por ejemplo, la terminación ‘.es’ corresponde a España y ‘.com’ es de uso global), la fecha de creación del enlace (la manera más habitual de mostrarlo es en este orden: año, mes y día juntos, por ejemplo, ‘20230204’) o el candado situado en la esquina superior izquierda, que da garantías de la seguridad informática de una página.

Según Stefan Voss, “cualquier correo común puede ser una falsificación”. Hoy en día, existen usuarios que suplantan la identidad de formas bastante creíbles, pero habitualmente dejan pistas de sus estafas. Otro detalle útil para percatarse de posibles engaños es la dirección de correo desde la que se envía el mensaje. Por ejemplo, a veces se puede comprobar su validez con un rastreo previo del emisor del correo electrónico en internet. Aunque también el uso del sentido común en el análisis del contenido del mensaje recibido arroja pistas, como por ejemplo, la propuesta de invitación a un evento de manera aleatoria.

Herramientas para destapar bulos: las recomendaciones de Stefan Voss 

Si el procedimiento básico es insuficiente para la verificación de un hecho, llega el turno de la aplicación de herramientas especializadas en este ámbito, explica. En este sentido, el fact-checker de la agencia alemana pone de relieve varias extensiones para Google Chrome y aplicaciones efectivas para detectar contenidos manipulados.

Para comprobar el origen real de imágenes y vídeos, Stefan Voss destaca WeVerify y Search by Image (extensiones o plugins de Google Chrome), así como la búsqueda inversa de imágenes de Google. 

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Para revisar más información sobre contenidos ya eliminados de una página web o red social, señala WayBackMachine, que funciona tanto en la página web como extensión. Sobre la geolocalización, es decir, para encontrar la ubicación de un lugar mostrado en una imagen o vídeo, apunta a Google Maps y Mapillary, una herramienta que muestra la actividad de movimiento de una persona o transporte terrestre en tiempo real.

El mundo de la verificación cada vez dispone más de herramientas y aplicaciones que permiten comprobar la veracidad de una noticia, una imagen o una publicación. En la mayoría de los casos se puede recurrir a diferentes vías para atajar un bulo, ya que, como recuerda Voss, “siempre hay varios caminos de investigación y herramientas”.

*Con la colaboración de Jaime Ferreira, alumno del Máster en Verificación Digital, Fact-checking y Periodismo de Datos de Newtral y la Universidad San Pablo-CEU.

Fuentes
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