En marzo de 2011, la extinta Canal+ estrenaba Crematorio, una serie creada por Jorge y Alberto Sánchez Cabezudo que adaptaba una novela de Rafael Chirbes sobre la corrupción en la costa levantina. No era la primera ficción original de la cadena privada —honor que le correspondió a la metaficción ideada por David Trueba, ¿Qué fue de Jorge Sanz?— pero sí la que marcó un antes y un después en el tipo de series que se hacía en España, abriendo una suerte de edad de oro de las series de televisión españolas. 10 años después, se estrena la temporada final de la serie de habla no inglesa más vista de Netflix a nivel mundial: La casa de papel.
A lo largo de la década que separan ambos estrenos, son varias las series que por su calidad, su originalidad o su planteamiento temático han dado un paso adelante respecto a las series de televisión españolas que se hacían en nuestro país, conquistando tanto a nuestra audiencia como a los espectadores internacionales. En Fact-Fiction hacemos un repaso por algunas de ellas.
‘Crematorio’: La televisión de pago renovó las series de televisión españolas
Al igual que en Estados Unidos, el renacimiento televisivo en España llegó primero de la televisión de pago. En EE.UU comenzaron a hacerse ficciones más ambiciosas como Los Soprano (1999) o The Wire (2002), ambas de HBO. En 2004 este renacimiento llegaría a la televisión en abierto. Solo aquel año vieron la luz Perdidos, Mujeres desesperadas o House.
En España, Canal+ decidió imitar el modelo que HBO llevaba años aplicando: crear ficción de calidad, con amplio presupuesto y para un público de nicho. El modelo era distinto al de la televisión generalista: Lo importante no era la audiencia, sino atraer o fidelizar a los suscriptores.
Crematorio se ambientaba en la ficticia localidad de Misent, ubicada en la provincia de Alicante, y tenía como protagonista a Rubén Bartomeu (Pepe Sancho), un especulador inmobiliario. La serie era una ficción, pero traía al frente temas candentes en la opinión pública como la burbuja inmobiliaria y la corrupción política de la costa valenciana.
Además de una producción más cinematográfica, en lo que a tiempos de rodaje, presupuesto o calidad técnica se refiere, el gran cambio que introdujo la serie en el panorama televisivo fue la duración de los episodios. De los habituales 70 minutos por capítulo, los episodios de Crematorio duraban 50, como las producciones anglosajonas.
‘Crematorio’ acabó con el modelo de ‘Médico de familia’
Los 70 minutos por episodio responden a una cuestión de la televisión en abierto en España que trataba de rellenar toda la franja del prime time del día con un único espacio, ya fuera un programa o el capítulo de una serie más sus correspondientes pausas publicitarias.
Este esquema empezó con Médico de familia. La serie fue uno de los mayores éxitos de la televisión en España —su episodio más visto superó los 13 millones de espectadores en su minuto de oro—. Los capítulos empezaron durando cerca de 60 minutos, pero la cadena quería meter más cortes publicitarios, por lo que los guionistas tuvieron que alargar los episodios venideros, tal y como explica Manuel Ríos San Martín, uno de los guionistas de la serie.
Esta exigencia, imitada por otras series desde entonces, provocaba que los guiones de las series tuvieran que ser más corales. En muchos casos se creaban tramas con niños, adolescentes, adultos y ancianos.
De esta forma se rellenaban esos 70 minutos a la par que se creaba una serie para toda la familia en la que cada generación podía verse representada. Dicho esquema podía observarse en algunas de las series más exitosas de finales de los 90 o de la primera década de los 2000 como Compañeros, Periodistas, Los Serrano, Cuéntame cómo pasó, Aquí no hay quién viva, Águila Roja o El internado.
En la televisión estadounidense las pausas publicitarias están perfectamente marcadas desde la escritura del guion, lo que permite a los escritores jugar con los giros, la tensión y las revelaciones de la trama para mantener en vilo al espectador y retenerle a la vuelta de la publicidad. En la televisión en abierto en España esto no es tan común, por lo que los guionistas no saben cuándo va a interrumpirse una trama.
La crisis económica detuvo la producción propia de Canal+, y no sería hasta 2017 —un año después del lanzamiento del canal #0, sustituto de Canal+ en la plataforma surgida tras la adquisición de la plataforma por parte de Telefónica— cuando Movistar+ reanudase la producción original de series, precisamente de los hermanos Cabezudo, creadores de Crematorio, que estrenaron, sin tanto éxito, La zona.
La división de contenido de la plataforma seguía liderada por Álex Martínez Roig, quien desempeñaba el mismo cargo en Canal+ cuando la televisión dio el salto a la producción propia. En sus primeros años de vida, Movistar+ distribuyó ficciones de gran calado como Arde Madrid, Hierro o El día de mañana, todas ellas en formatos de 50 minutos (o de 30 en el caso de las comedias).
‘La casa de papel’ y el reconocimiento mundial de la ficción ‘Marca España’
El mismo año que Movistar+ comenzaba a emitir sus ficciones propias, la productora Bambú, que venía de realizar con éxito Gran Reserva para TVE o Gran Hotel para Atresmedia, era seleccionada por Netflix para llevar a cabo su primera serie española —también ha sido la productora elegida por Apple TV+ para rodar su primera ficción en España—. Esta serie fue Las chicas del cable.
Netflix se había hecho anteriormente con los derechos de distribución internacionales de Velvet, serie para Atresmedia de la misma productora y que funcionó muy bien en Latinoamérica. La serie protagonizada por Blanca Suárez o Maggie Civantos fue todo un éxito también en este continente, donde también ha triunfado otra serie encabezada por Civantos, Vis a vis, serie que vivió una segunda vida tras su cancelación en abierto gracias a la cadena FOX, que emitió en exclusiva su continuación.
La misma suerte corrió La casa de papel. La serie se emitió en Antena 3 sin demasiado éxito, perdiendo espectadores semana tras semana. Netflix se hizo con los derechos de emisión, exhibiéndola como una “serie original de Netflix” en todos los territorios del mundo a excepción de España.
La compañía incluso remontó la serie para que los 15 capítulos de 70 minutos que conformaban las dos temporadas, pasasen a ser 22 capítulos de 50, adaptándolas al hábito de consumo internacional. La serie está llena de giros de guion, por lo que, tras el remontaje, los capítulos seguían manteniendo finales abruptos que invitaban a los espectadores a maratonear la serie.
A comienzos de 2018, diferentes sistemas de medición de audiencias la colocaban como la serie más vista en todo el mundo, y la propia Netflix explicó que era el contenido en habla no inglesa más visto de su plataforma a nivel mundial, por lo que compró los derechos de la serie a Atresmedia, y dio luz verde a más temporadas. La ficción ganó el Emmy internacional a mejor drama.
‘Antidisturbios’, ‘Patria’ o ‘Veneno’: las series de televisión españolas brillaron en el cierre de la década
Con algunos de los actores de La casa de papel como parte de su elenco principal, otra serie de Netflix, Élite, replicó parte del éxito internacional de aquella, especialmente en Latinoamérica. Pero si por algo ha destacado nuestra ficción durante los últimos años, es por su variedad temática. Nada tienen que ver El Ministerio del Tiempo, El tiempo entre costuras, Señoras del (H)AMPA o La peste.
En 2020, varias series también muy diferentes entre sí se colaron entre lo mejor del año, figurando también en las listas de medios de comunicación internacionales como Variety o The New Yorker. Estas fueron Antidisturbios, creada por la dupla de cineastas compuesta por Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen para Movistar+; Patria, serie original de HBO en la que Aitor Gabilondo que adaptaba la famosa novela sobre ETA de Fernando Aramburu; y Veneno, el biopic de Cristina, la ‘Veneno’ dirigido por Javier Calvo y Javier Ambrossi para ATRESplayer Premium.
Las tres series, además, generaron numerosos debates en la sociedad por los temas que trataban: la corrupción y la violencia policial, en el caso de la primera; las heridas dejadas por ETA en los familiares de las víctimas y de los propios etarras en el caso de Patria; y los derechos de las personas trans, coincidiendo en el tiempo con la elaboración del proyecto de ley del Gobierno.
La nueva plataforma de la compañía distribuidora de Patria, HBO Max, se ha hecho con los derechos de emisión internacional de Veneno,estrenándola bajo su propia marca fuera de España. La compañía perteneciente a Warner Bros. también ha adquirido Vida perfecta, ficción de Leticia Dolera para Movistar+ que ganó el premio a mejor serie en Cannes.
Y porque no se comenta nada sobre la serie " Estoy vivo" ?? Es una serie preciosa con un reparto de actores y actrices increíbles, fantásticos y un guión ameno, lleno de amor, solidaridad, amistad incondicional e incluso nos da ese toque de paz al abordar la muerte, ya que a todos, este tema, nos entristece y da miedo. En esta serie los guionistas abarcan todos los valores de la vida, como he dicho : El amor, la amistad, la familia, la honestidad, el valor, el bien y el mal, la muerte y la vida tras de ella..... Queremos, todos los que hemos valorado esta magnífica serie, que nos regalen más temporadas, por favor, porque, todavía, les queda mucho que decirnos. Mil gracias