La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y del Guadiana se reúnen para decidir la planificación de la campaña de riego, que se prevé con un posible aumento de las restricciones ya vigentes por la sequía.
La falta de precipitaciones ha reducido el agua embalsada en las principales cuencas hidrográficas de la península. Según los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica, la reserva hídrica española se encuentra al 44,3% de su capacidad.
¿Qué son las Confederaciones hidrográficas y por qué son importantes?
Las Confederaciones Hidrográficas son los organismos encargados de la gestión de las cuencas hidrográficas, depresiones del terreno donde converge agua que proviene de precipitaciones o deshielos antes de acabar en el mar, ríos o lagunas. Las cuencas constituyen un sistema natural de drenaje que suministra agua dulce para desarrollar las actividades humanas.
Las Confederaciones son organismos autónomos de la Administración General con personalidad jurídica propia y distinta del Estado. Están adscritas al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico desde su creación en 1926 por Real Decreto Ley.
Desde su nacimiento, las Confederaciones Hidrográficas desempeñan diferentes papeles: se ocupan de la planificación hidrológica, la gestión de recursos y aprovechamientos, la protección del dominio público hidráulico, las concesiones de derechos de uso privativo del agua, el control de calidad del agua, proyectan y ejecutan infraestructuras hidráulicas o programan la seguridad de presas.
¿Cuál es la situación en los embalses de España?
Según los últimos datos publicados por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, la reserva hídrica española se encuentra al 44,3% de su capacidad. El 15 de febrero de 2021, los embalses de las cuencas peninsulares se encontraban al 62,3% de su capacidad, 18 puntos más que ahora.
Es un dato muy malo, como confirman desde la cartera que dirige Teresa Ribera, que admitió que la situación promedio del conjunto del país es moderadamente seca y que podría acentuarse en el futuro.
[Los embalses se encuentran con el almacenamiento más bajo desde 2017 y cerca del nivel de sequía]
El contexto es lo suficientemente preocupante para que Ribera se reuniera con los presidentes de las Confederaciones Hidrográficas para analizar la escasez hídrica y de sequía en las cuencas, y para desarrollar los planes hidrológicos 2022-2027.
En cualquier caso, el Ministerio declaró que, aunque el sistema nacional de indicadores no diagnostica todavía un problema de escasez de agua de forma generalizada en todo el país, sí puede hablarse de sequía prolongada en la cuenca del Guadalquivir, que declaró la sequía extraordinaria en noviembre. También en el Guadiana, donde la ausencia de lluvias ha mermado de forma notable las reservas de agua de los embalses, lo que obligará a reducir el riego en zonas de Castilla-La Mancha y Extremadura.
Pilar Paneque, catedrática de Geografía Humana y directora del Observatorio Ciudadano de la Sequía explica a Newtral.es que la situación actual más extendida es la de “ausencia de sequía”. “Hablamos de sequía cuando enfrentamos valores de precipitaciones inferiores a los normales, pero esa no es la situación en la que nos encontramos en estos momentos de manera generalizada”, añade Paneque.
“Otra cosa diferente es la situación de escasez”, advierte la catedrática. “Existen fuertes desequilibrios entre los recursos disponibles y las demandas de agua existentes”, indica Paneque. Según indica el análisis de los volúmenes de agua embalsada, “muchas unidades territoriales están en situación de prealerta, alerta o emergencia, con los embalses al 28% en el caso del Guadalquivir y del 30% en el caso del Guadiana”
Paneque avisa, además, de que las situaciones de escasez “más complicadas” se identifican en este momento en la demarcación hidrográfica del Guadalete-Barbate y las Cuencas Mediterráneas Andaluzas.
¿Cuál es la situación de sequía en la cuenca del Guadalquivir?
En noviembre de 2021, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir declaró “la situación excepcional por sequía extraordinaria” en el 80% de la reserva de agua de su cuenca. Ahora está pendiente de que el Consejo de Ministros apruebe el real decreto ley de medidas para paliar esta situación, algo que ya realizó el 2017 cuando adoptó “medidas extraordinarias” para gestionar los recursos hídricos de la demarcación hidrográfica del Guadalquivir.
Según el presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, Joaquín Páez, la cuenca del Guadalquivir registra, con respecto a la media de los últimos 25 años, un 17% menos de precipitación acumulada, el 57% menos de aportaciones a los embalses y hasta el 20% menos de volumen medio.
El último diagnóstico del organismo a fecha de 1 de febrero, sitúa las reservas de agua en los embalses de la cuenca del Guadalquivir al 28,6% de su capacidad total, es decir, en situación de escasez. Según la información del documento, solo cinco de las 25 unidades territoriales delimitadas se encuentran en estado de “sequía prolongada”, mientras que las otras 20 están en situación de “ausencia de sequía”.
Por tanto, según explica Paneque, la región sufre “la situación más complicada” de escasez de agua. “En estos momentos, siete unidades territoriales delimitadas a efectos de gestión de la escasez ya se encuentran en estado de emergencia (entre ellas Regulación General, la mayor en extensión con mucha diferencia) y diez están en alerta”.
¿Qué se ha tratado en la reunión de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir?
La última convocatoria de la comisión para planificar la campaña de riego de 2022 se ha celebrado en el “quinto año más seco de la serie histórica que maneja la Confederación”, tal y como ha apuntado Páez, su presidente, durante el encuentro.
En este contexto, la Comisión de Desembalse ha anunciado que, en el peor de los escenarios, en el que se contemple una ausencia total de precipitaciones, se pondrán a disposición de los regantes 450 hectómetros cúbicos de agua, la mitad de lo dispuesto el año pasado.
“Somos conscientes de que la limitación de agua embalsada es importante, por lo que solo nos queda esperar que la primavera llegue bien y aumente la disposición”, explica a Newtral.es Juan Luis Ávila, el portavoz de COGAM presente en la reunión que advierte: “Con el agua que hay ahora mismo, se salvarán escasamente los cultivos leñosos; esto supone una paralización muy importante de la economía de media Andalucía basada en los cultivos de regadío de la cuenca del Guadalquivir”.
Además, como recuerda Paneque, la Confederación del Guadalquivir ya había reducido hasta en un 50% el agua disponible para riego en las últimas tres campañas. Una medida que “no ha sido suficiente para evitar la situación de escasez que enfrentamos actualmente”.
¿Cuál es la situación de sequía en la cuenca del Guadiana?
La cuenca del Guadiana también padece una situación crítica con sus embalses al 30% y 2.830 hectómetros cúbicos sobre los 8.000 posibles, como muestran los datos del último informe del 1 de febrero, pero, de momento, su Confederación no ha reclamado al Gobierno el decreto de sequía, a diferencia de lo que ha hecho la del Guadalquivir.
Según el documento de seguimiento de indicadores y escenarios de sequía en la cuenca del Guadiana, solo tres de las 20 unidades territoriales están en estado de sequía prolongada, mientras que las otras 17 están en situación de ausencia de sequía. Además, a efectos de gestión de la escasez, cinco áreas se encuentran en estado de emergencia y cuatro en alerta, de un total de 21 unidades territoriales.
El presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Samuel Moraleda, explicó que en la cuenca Alta del Guadiana solo se podrán autorizar riegos de emergencia para que los agricultores puedan salvar los cultivos leñosos, y en el caso de los cultivos que dependen de las grandes masas de aguas subterráneas, si no cambia el escenario de precipitaciones, “se les aplicarán las restricciones aprobadas y fijadas”. Esto es: las zonas que se regarán con un 55% sobre el valor de su concesión y otras con un 25% porque “el recurso es el que hay y tenemos la obligación de garantizar antes el abastecimiento y las demandas ambientales, que son prioritarias”.
Tal y como argumenta Paneque, “nos enfrentamos a una situación de escasez por sobreexplotación del agua que pone de manifiesto nuestra elevada vulnerabilidad, especialmente derivada de los altos consumos del regadío, que alcanzan el 80% del agua disponible”.
Fuentes:
- COGAM
- Ministerio para la Transición Ecológica
- Confederación Hidrográfica del Guadiana
- Confederación Hidrográfica del Guadalquivir
- Pilar Paneque, catedrática de Geografía Humana y directora del Observatorio Ciudadano de la Sequía
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