El Consejo de Ministros aprobó el pasado martes el Anteproyecto de Ley para la protección de menores en entornos digitales. La iniciativa busca “salvaguardar su salud, bienestar y seguridad”, según argumentó el ministro de la Presidencia Félix Bolaños. Pero, ¿qué evidencias hay del daño que esos entornos digitales pueden provocar en el cerebro de infancia y adolescencia? En concreto, ¿hay ingredientes adictivos como el scroll infinito en ciertas redes sociales o juegos en línea?
- No es tan sencillo: Entornos digitales es un término muy amplio. Es casi como decir internet. Desde el punto de vista formal, en psicología y psiquiatría, internet es una palabra controvertida para poder hacer análisis, porque contiene usos de lo más diverso: desde el correo electrónico y un juego de móvil con recompensas, pasando por una película de plataforma o esta misma página web, recuerda el profesor de Psicología de la UPV Juan Manuel Machimbarrena.
- Juegos escurridizos: La OMS sí considera potencialmente adictivos los juegos en línea. Si hay dinero implicado como recompensa, en teoría, un menor no podría jugar. El problema es que esas recompensas aparecen a veces como loot boxes, es decir, premios para mejorar la experiencia del juego u otros elementos aleatorios. “Sabemos que el principio básico de recompensa [psicológica] es similar al de una máquina tragaperras“. Para Machimbarrena, como no es dinero real, “ha supuesto una limitación para que se regule, pero las loot boxes no deberían estar al alcance de menores de edad”.
- No, no existe formalmente la adicción a internet o a entornos digitales: Explica Dvid Ellis (Instituto de Seguridad y Comportamiento Digitales, Universidad de Bath, Reino Unido) que la adicción a internet fue inicialmente ideada por Ivan K. Goldberg en 1995 como una broma. Hoy en día conceptualización no están universalmente aceptada”. La OMS no lo incluye en su listado de enfermedades. Sin embargo, sí existen usos problemáticos de ciertos servicios de internet. Entre los que destacan, el enganche a redes sociales y su consumo en apps móviles.
El scroll infinito es un salto nuevo para nuestro cerebro, no son las redes de siempre
TikTok, Instagram y Youtube permiten desde hace unos años navegar de forma fluida entre sus contenidos en vídeo. No se trata (sólo) de contenidos producidos por los seguidores de la persona usuaria. Aparecen sucesiones infinitas de vídeos generados por terceros, seleccionados por un algoritmo que aprende de las preferencias de quien navega. Basta con deslizar el pulgar (hacer scroll) para pasar de uno al siguiente “en una interacción mínima; esa es la clave de por qué esto es nuevo”, apostilla Machimbarrena.
Como explicaba en este análisis Marcelino Madrigal, técnicamente el scroll infinito descarga los vídeos antes de que los veamos. “Se preparan de tal manera que el bucle sólo estará limitado por una cosa: nuestro propio aburrimiento”. Para el profesor Guillermo Fouce (UCM), el uso problemático aquí llega cuando el adolescente se autoconstruye una realidad virtual que lo aisla o provoca ansiedad.
El papel de la ley y las familias ante el scroll infinito en la adolescencia
Para Manchabarrena, las plataformas propietarias de estas redes sociales son perfectamente conscientes de esta realidad. “Es lógico que se regule desde fuera porque todo el peso no puede recaer en el consumidor”. No obstante, hasta entonces, las familias pueden hacer algunas cosas, como mediar con los chavales en casa:
- Introducción progresiva: Desde la infancia. Un consumo compartido y guiado con el móvil. Donde “prime la supervisión y el control; y a medida que el menor gane autonomía, pueda ir haciendo un uso independiente”.
- Hacer contratos: pero “no llenos de cláusulas”. Pactos con los adolescentes. “Establecer pautas y límites (como por ejemplo, no comer con el móvil o apagarlo por la noche) a la hora de usar la tecnología”.
Tanto Ellis como Manchambarrena coinciden en que el indicador clave de un uso problemático del móvil no es tanto el tiempo que se pasa con él, como las cosas a las que se renuncia por estar consumiendo en la pantalla. Ante la duda es preferible consultar con profesionales.
- Anteproyecto de Ley O. de Protección a Menores en Entornos Digitales
- José Manuel Machimbarrena (UPV)
- Guillermo Fouce (UCM, Fundación Psicología sin Fronteras)