El acuerdo de la COP28, en cuatro claves
- ⛽️ Plantea una transición que nos aleje de los combustibles fósiles (gas y petróleo, sobre todo). No plantea explícitamente la eliminación gradual de su producción y comercio de combustibles como pedía la UE, aunque califica el resultado ”de histórico”.
- ? Sí plantea una genérica reducción de su uso a lo largo de esta década, sin un cronograma fijado, más allá de aludir a las “cero emisiones netas” de CO2 para 2050, que se podrían conseguir con futuras tecnologías.
- ☀️ Sí plantea triplicar la capacidad de las renovables y doblar su eficiencia, reconociendo que sus costes han bajado mucho. Se abre la puerta a la nuclear, sin emisiones en la producción.
- ? Abre la puerta a seguir explotando el petróleo, gas (y carbón, con muchas más restricciones) si se usan tecnologías de captura de carbono (aún inmaduras) o hidrógeno renovable o de bajas emisiones.
No acabar con los combustibles fósiles. Pero sí transitar. La fina jerga diplomática, propia de una cumbre de la ONU, colocó el término transitioning away (transitar para alejarse y sustituir una cosa por otra) en el corazón del último borrador del Balance Global presentado en la Cumbre del Clima de Dubái, base del acuerdo, alcanzado esta mañana. El resultado de la COP28 implica, por primera vez en la historia, el reconocimiento por consenso internacional de que alejarse de los combustibles fósiles es la principal herramienta para evitar el desastre climático. Pero no habla de su eliminación.
La presidencia ha utilizado este término para esquivar un explícito punto y final para el petróleo, el gas y el carbón, como demandaban los países de la UE o EE.UU., para acercar. Con todo, el acuerdo del llamado Balance Global (una hoja de ruta hasta 2015) de la COP28 supone un avance significativo hacia las posiciones de los países no productores de petróleo y gas; las petromonarquías anoche mantenían su posición contraria a que el texto recogiese mención alguna a los combustibles fósiles. La ciencia reconoce ampliamente que la quema de carbón, petróleo y gas es, con diferencia, el principal origen del actual calentamiento global, que no tiene precedentes en la era humana.
The UAE Consensus. For People and Planet.#COP28 #UniteActDeliver #UAEConsensus pic.twitter.com/uI7uJtaFdT
— COP28 UAE (@COP28_UAE) December 13, 2023
El Balance Global, aprobado al comienzo de esta mañana (hora española), es el corazón del resultado de la COP28, aunque hay otros asuntos que aprobar. El acuerdo evita el compromiso explícito de eliminar o reducir progresivamente los combustibles fósiles, pero sí habla de esa transición “justa, ordenada y equitativa”, y lo fía a triplicar la potencia renovable de los países, duplicar la eficiencia energética y a usar tecnologías como la captura de carbono (aún inmadura a nivel global), el hidrógeno de bajas emisiones o la nuclear (aunque no se consideren 100% renovables). El texto sí es algo más contundente con el carbón, para el que sí se habla de phase-out (abandono), salvo que se puedan capturar sus emisiones.
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha destacado hoy que el acuerdo alcanzado COP28 reconoce por primera vez la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles, “después de muchos años en los que el debate sobre esta cuestión estuvo bloqueado”. Éxito diplomático, pero ¿tardío? El propio Guterres ha insistido en la necesidad de abandonar gradualmente los fósiles como única vía para mantener el objetivo de +1,5ºC. Pero no es ese el ‘lenguaje’ del acuerdo de hoy. El texto deja abierta la posibilidad de seguir quemando fósiles abrazando tecnologías verdes que lo compensen.
Cero emisiones en 2050, no necesariamente sin quemar fósiles
El resultado del acuerdo que sale de esta COP28 no pone, por lo tanto, fechas para el fin de los combustibles fósiles. Tampoco para esa ‘transición’. Pero sí insta a “acelerar las acciones en esta década crítica, a fin de lograr cero emisiones netas para 2050, de acuerdo con la ciencia”. Es decir, tiende a fiarlo a tecnologías que compensen esas emisiones fósiles que aún se mantendrán, algo perseguido desde hace tiempo por las petromonarquías de Oriente Medio.
Además de hablar de captura de carbono o hidrógeno, sí hace una alusión a “acelerar la reducción de emisiones en el transporte”, barajando distintas alternativas, pidiendo el despliegue de infraestructuras y vehículos cero emisiones o de bajas emisiones (aquí entrarían los electrocombustibles).
Emiratos ha recalcado su interés en que el acuerdo hable de energías de transición y tecnologías que compensen las emisiones de los fósiles.
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Una de las claves de haber usado la palabra transitar es qué se considera tecnología de transición. El texto de la COP28 habla explícitamente del papel de las energías de transición. Y eso suena a ‘gas’. Como explicaba a Newtral.es el ingeniero y analista Alfons Pérez, del ODG, el gas se ha tendido a ver justamente como una tecnología de transición y, en parte, es lo que ha podido motivar a la presidencia de la COP28 a incluir el término en el borrador de madrugada. Emiratos Árabes y el resto de petromonarquías aún son muy dependientes de la venta de gas, toda vez que el petróleo se empieza a acabar.
Con todo, el sí se habla de una “reducción sustancial” de las emisiones de metano (CH4). El metano es el gas natural que usamos normalmente para calentarnos o cocinas. Pero también es la más potente emisión de efecto invernadero –al margen de su quema– que proviene del uso de fertilizantes o de la ganadería.
Una transición “justa” pero ¿con dinero para todos?
El texto habla de la importancia de la “justicia climática”, tal y como reclaman muy especialmente los nuevos movimientos activistas. No es igual el impacto de la emergencia climática en países del Sur Global que en lugares con mayores recursos. No han emitido tanto CO2 los países industrializados que los más pobres. No pueden permitirse las mismas inversiones en renovables las naciones que han iniciado su industrialización hace poco que las más ricas.

Hay muy poco sobre financiación; se reconoce su necesidad, pero no hay cifras concretas, lo que significa que se convertirá en el principal tema para 2024. La falta de financiación complementaria dificulta la transición energética.
Desde Dubái la profesora de Relaciones Internacionales y Clima de la URV Susana Borràs analiza para Newtral.es que “hubo buenas señales al comienzo pero yo soy bastante crítica ya que estos anuncios tan prometedores al inicio de una COP lastimosamente a veces no se convierten en acciones”. Por otro lado, apunta, “estamos hablando de cantidades que no logran cubrir las pérdidas y daños que históricamente se han generado a costa de muchas violaciones de los derechos humanos”. Y el que no se termine aprobando el fin de los fósiles en esta COP28 “sería ahondar en esa injusticia”.
El resultado de la COP28 mantiene vivo el objetivo del no superar los +1,5ºC
El sultán Al Jaber, presidente de la cumbre, ha celebrado haber “elaborado un sólido plan de acción para mantener al alcance de +1,5°C. Un plan equilibrado que aborda las emisiones construido sobre puntos comunes. Se fortalece con la inclusión total“.
La nueva propuesta dice que los países reconocen “la necesidad de reducciones profundas, rápidas y sostenidas de las emisiones de gases de efecto invernadero en línea con las trayectorias de +1,5ºC”. El texto habla de considerar los objetivos del Acuerdo de París “conforme a las diferentes circunstancias nacionales“. Una especie de idea basada en que la transición se produzca a distintas velocidades.
En general, que se mantenga vivo el espíritu de París y que literalmente “exprese la seria preocupación por que 2023 sea el año más cálido registrado” es bien acogido por organizaciones ecologistas y científicas. El resultado de esta COP es una “mejora” y un “reconocimiento colectivo” de que se debe transitar hacia el fin de los combustibles fósiles, aunque reclamaron más ambición para abordar una transformación.
El responsable adjunto de Energía y Clima Global de WWF, Stephen Cornelius, cree que “si los países acuerdan este texto, estaríamos ante un momento significativo” para el Balance Global, el primer proceso de revisión de lo logrado desde el Acuerdo de París (2015) y en el que las partes deberían acordar los siguientes pasos a seguir para garantizar la seguridad climática del planeta.
Más crítico se ha mostrado el portavoz de Ecologistas en Acción, Javier Andaluz. En palabras a Efe, criticó que este texto presentado está “muy lejos de ser una respuesta“. A su juicio “no tenemos tiempo para transitar hacia ningún lado, lo que necesitamos es hacer una transformación rápida, justa y equitativa de los combustibles fósiles”.
El analista diplomático Tom Evans, del think tank climático E3G, cree que pese a los avances, este texto podría “ayudar a evitar el desastre en Dubái, pero no evita el desastre en el planeta”. Algo en que coincidía esta madrugada la jefa de delegación de Greenpeace Internacional, Kaisa Kosonen, al conocer el último borrador: “No es todavía la decisión que el mundo necesita o merece”, pese a las “mejoras con respecto a borradores anteriores”. Se necesita “un resultado final sobre la eliminación gradual de los combustibles fósiles sin todas estas distracciones y falsas soluciones peligrosas”.