Un titular y una incógnita. El titular es que un grupo de investigadores de universidades de todo el mundo, con ayuda de un organismo de la ONU, ha descubierto que las personas gastan menos energía para respirar que hace 30 años. El porqué es toda una incógnita, pero lo que está claro es que este nuevo descubrimiento afectará al peso de las personas.
Concretamente, este descubrimiento ha sido publicado en un estudio en la revista Nature, y los investigadores se han apoyado en una base de datos del Organismo Internacional de Energía Atómica, dependiente de la ONU.
El estudio tiene que ver con el denominado gasto basal, que es la clave para entender por qué gastamos menos energía al respirar. El gasto basal es, precisamente, la energía que usamos las personas para las funciones corporales básicas, como la respiración.
“El gasto calórico basal es el que las personas generan estando en reposo. Y ese gasto calórico basal se puede medir, por lo que se puede demostrar y saber cuánta energía se necesita en un día”, por ejemplo para respirar, asegura a Newtral.es Francisco José Tinahones Madueño, investigador responsable en Obesidad, Diabetes y sus Comorbilidades: prevención y tratamiento en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA).
Este gasto de energía para las funciones básicas como respirar, combinado con el que se emplea para poder funcionar en el día a día, conforma el gasto energético total. Y en ese sentido, los investigadores han concluido que el gasto energético total ha disminuido desde la década de 1990 en torno a un 7,7% en los hombres y un 5,6% en las mujeres.
Para llegar a esta conclusión, los investigadores han recogido mediciones de 4.500 adultos tanto en Europa como en Estados Unidos.
Así lo explica John Speakman, autor principal del estudio sobre la energía para las funciones básicas como respirar y profesor del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen en China y de la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido: “Esto significa que la tasa metabólica de las personas en reposo ahora es menor que a finales de la década de 1990. Y eso ha sido inesperado para nosotros”.
“Si el gasto calórico basal disminuye, la cantidad de energía que necesitamos al día también disminuye”, explica Francisco José Tinahones Madueño.
“Es decir, para mantener un peso estable, nosotros tenemos que comer las mismas calorías que gastamos en un día», entre el ejercicio físico o la energía que gastamos para las funciones básicas como respirar. Por eso mismo, si disminuye el gasto calórico basal, obviamente disminuyen las calorías que necesitamos a lo largo del día”, prosigue.
“Entonces se produce un desbalance entre lo que ingerimos y lo que gastamos. Si ya tenemos un problema de obesidad, en el caso hipotético de que vayamos poco a poco disminuyendo el metabolismo basal, obviamente tendremos más tendencia a engordar y a subir de peso”, termina.
¿Por qué este cambio en el metabolismo? Es una incógnita
Las causas que explican este descubrimiento son una incógnita. Desde Newtral.es nos hemos puesto en contacto con Speakman, como autor principal del estudio, y maneja dos hipótesis.
La primera tiene que ver con el sistema inmunitario de las personas y su exposición a diferentes patógenos. “La primera hipótesis es que las personas en Europa y en Estados Unidos han estado progresivamente expuestas a cada vez menos y menos patógenos”, explica Speakman. Los datos con los que trabajaron los investigadores son de 2019, anteriores por tanto a la pandemia por COVID-19.
“Esto ha podido provocar que poco a poco hayamos ido apagando nuestro sistema inmunitario, lo que ha podido contribuir a la energía que gastamos” para las funciones corporales básicas, como la respiración. En definitiva, que gastemos menos energía al respirar.
Eso por un lado. Sin embargo, la segunda hipótesis que manejan los investigadores tiene que ver con la dieta. “Presentamos algunos estudios en ratones que muestran un vínculo entre el gasto de energía y la ingesta de grasas saturadas, por lo que la reducción en la ingesta de grasas saturadas también puede haber contribuido”, asegura el investigador. “Pero obviamente esto todavía debe verificarse en humanos”, asevera.
Cómo afecta este nuevo descubrimiento de energía y respiración
La principal conclusión que se puede extraer de este estudio sobre la energía para respirar es que, a día de hoy y a luz de estas conclusiones, las personas engordan más que hace 30 años por hacer el mismo ejercicio. Esto es así precisamente por el cambio en la energía que queman las personas en reposo. Al requerir menos, se ralentiza el metabolismo.
Cornelia Loechl es jefa de la Sección de Estudios Ambientales relacionados con la Nutrición y la Salud del OIEA, y también es coautora del artículo para energía para respirar. Asegura que este estudio “arroja una mejor comprensión de la epidemia de obesidad” y proporciona pruebas “por primera vez” sobre cómo ha disminuido el gasto de energía en los últimos 30 años.
«A menudo, los estudios individuales son pequeños, debido a que se basan en muestras también pequeñas y por lo tanto no se puede generalizar”. Sin embargo, este cuenta con una base de datos global, por lo que “se pueden abordar grandes preguntas sobre las causas de la obesidad».
- John Speakman, autor principal del estudio y profesor del Instituto de Tecnología Avanzada de Shenzhen en China y de la Universidad de Aberdeen en el Reino Unido
- Francisco José Tinahones Madueño, investigador Responsable en Obesidad, diabetes y sus comorbilidades: prevención y tratamiento en el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA)
- Total daily energy expenditure has declined over the past three decades due to declining basal expenditure, not reduced activity expenditure – Estudio Revista Nature
- Organismo Internacional de Energía Atómica
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