Así ha sido la relación de Putin con los presidentes de EEUU

Así ha sido la relación entre Putin y los presidentes de EEUU
El presidente de EEUU, Joe Biden, y el ruso, Vladimir Putin, en un encuentro en junio de 2021 en Ginebra. (Flickr oficial de la Casa Blanca)
Tiempo de lectura: 10 min

La relación del presidente ruso Vladimir Putin con los presidentes de Estados Unidos ha probado ser casi siempre difícil. Desde Bill Clinton hasta Joe Biden, pasando por Donald Trump, Putin acumula controversias con todos ellos. Y aunque con unos se llevó mejor que con otros, nada fue tan desafiante como ahora.

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Con la invasión rusa de Ucrania, Biden se enfrenta a un momento trascendental en la agenda geopolítica global. De frente tiene a un presidente que ya le dio quebraderos de cabeza a la administración de Barack Obama, bajo la que Biden fue vicepresidente.

Salvo por una excepción, los predecesores de Biden definieron de forma parecida al líder al que se enfrentaron: un hombre fríocalculador y asesino.

  • A casi todos ellos les pilló por sorpresa que el líder ruso se atreviera a desafiarles, y a dos que osara entrar en Ucrania. Pero basten cinco presidentes para entender mejor la figura del hombre que ha vuelto a desestabilizar la paz en Europa.

Clinton: líderes en transición

Para cuando Putin llegó al poder a finales de 1999, Clinton daba sus últimos coletazos tras siete años en la Casa Blanca. A lo largo de su presidencia, había establecido una buena relación con Boris Yeltsin, mentor de Putin con el que Clinton compartió un icónico encuentro en Washington D.C.

  • En su autobiografía años después, Clinton escribió que Yelstin «había elegido a un sucesor que tenía la habilidad y la capacidad para gestionar la vida política y económica de Rusia mejor de lo que (un enfermo) Yeltsin ahora podía».
  • Pero tras observar los horrores de la Segunda Guerra Chechena, Clinton cambió de parecer e instó a Yeltsin a echar un ojo a las sendas que estaba tomando su relevo.
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Putin y Clinton apenas coincidieron como líderes de sus respectivas potencias. La única visita de Clinton al Kremlin ya controlado por Putin se saldó con pocos resultados. El presidente estadounidense se sintió ninguneado por el mandatario ruso, que parecía tener pocas ganas de lidiar con un presidente saliente.

  • Hace un par de semanas, Putin reveló que en aquel encuentro le preguntó a Clinton qué pasaría si Rusia quisiera unirse a la OTAN. El expresidente estadounidense respondió de forma muy reservada, según recuerda Putin.

Bush: un presidente cristiano

La presidencia de George W. Bush fue la primera en la que un líder estadounidense compartió camino con Putin durante casi todo su periplo en la Casa Blanca. Los primeros pasos de la relación de Putin con Bush fueron los mejores que un presidente estadounidense ha tenido con el líder ruso.

  • A mediados de 2021, en su primer año en la Casa Blanca, Bush se reunió con Putin en Eslovenia. La cumbre le permitió cambiar la percepción que tenía de Putin como un tipo frío.
  • Es allí donde se produjo la muy mencionada anécdota en la que Putin le contó a Bush una historia personal con toque religioso que encandiló al expresidente, una persona con profundas raíces cristianas.
  • El relato de Putin recordaba que una cruz que le dio su madre fue lo único que sobrevivió tras un incendio en la casa de su familia en el campo.

«He mirado al hombre a los ojos. Lo he encontrado muy directo y confiable. He tenido la posibilidad de hacerme una idea de su alma. Es un hombre profundamente comprometido con su país y los mejores intereses de su país».

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George W. Bush en Eslovenia, 2001.

Putin ha presumido en el pasado de ser el primer líder mundial que habló con Bush tras los ataques terroristas del 11 de septiembre. Y de hecho, Putin ayudó a Estados Unidos con su invasión de Afganistán compartiendo bases en Asia Central. Pero la relación entre ambos presidentes empezaría a deteriorarse a mediados de los 2000.

  • Ahí, Putin creía que Bush no estuvo a la altura de lo que Rusia había ofrecido a Estados Unidos hasta ese momento. La Guerra de Irak de un lado, y las represalias del gobierno ruso contra la oposición y la prensa del otro, tampoco ayudaron a mejorar la relación.

A partir de ahí, las críticas de Bush contra Putin se volvieron más explícitas. Especialmente, tras una cita en Eslovaquia en la que Putin se puso a la defensiva después de que Bush lo presionara por silenciar a opositores y controlar a los medios.

  • Putin le echó en cara a Bush la dimisión de un periodista en Estados Unidos que había publicado unos documentos fraudulentos que cuestionaban el servicio militar de Bush.
  • El expresidente estadounidense intentó explicarle a Putin que ese caso, una compañía independiente que despide a un periodista que falla en su trabajo, no tenía nada que ver con él.
  • Pero en una rueda de prensa posterior, un periodista del medio Russia Today afín al gobierno ruso fue elegido por el Kremlin para preguntar. El reportero lanzó una cuestión a Bush en referencia al periodista despedido.
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«Fue como debatir en el instituto», recordaba después Bush en una conversación con el entonces Primer Ministro Británico Tony Blair. «Me senté ahí durante 1 hora y 45 minutos y siguió sin parar. Llegado un momento, el intérprete me cabreó tanto que casi intento alcanzarle subiéndome por la mesa y pegarle dos hostias al tipo. Tenía un tono burlón; estaba haciendo acusaciones sobre Estados Unidos».

George W. Bush en Eslovaquia, 2006.

En los años posteriores, la relación siguió empeorando. Una de las decisiones más polémicas de Bush fue proponer que Georgia y Ucrania entraran en la senda para ser miembros de la OTAN. El anuncio dividió a la alianza y cabreó a Putin.

  • Meses después, fuerzas rusas lanzaron una ofensiva en Georgia. El cometido era apoyar a dos repúblicas autoproclamadas que se habían estado enfrentado con el ejército del gobierno georgiano de Mikheil Saakashvili.
  • El conflicto terminó a los pocos días sin una resolución convincente de las regiones en disputa, al menos a nivel internacional, pero lo ocurrido sí le valió a Bush para echarle en cara lo sucedido a Putin.
  • «Te he estado avisando de que Saakashvili es de sangre caliente», le dijo Bush a Putin en los Juegos Olímpicos de Pekín de 2008. «Yo también soy de sangre caliente», respondió Putin. «No, Vladimir, tú eres de sangre fría».

Un mes después, la caída de Lehman Brothers desató la crisis económica de 2008. Cualquier atisbo de enfrentamiento diplomático o económico, como con sanciones, quedó aparcado hasta nuevo aviso. Bush cedería la presidencia poco después a Obama.

Obama: reseteo de relación

En el año 2008, Putin se vio obligado a apartarse del puesto de presidente. A su relevo llegó Dmitry Medvedev, una figura clave en la relación de los presidentes estadounidenses con los líderes de Rusia.

  • Principalmente, porque Obama quiso resetear las relaciones diplomáticas de ambos países. Y en ese contexto, Medvedev era el camino perfecto para empezar de cero.

En los años de colaboración entre Obama y Medvedev, ambos presidentes lograron mejorar la relación entre ambas potencias como no se había logrado con Putin. Así, revivieron un acuerdo sobre actividades nucleares civiles, firmaron un tratado de armas nucleares y concertaron sanciones contra Irán.

Pero con la vuelta de Putin al poder en 2012, Obama empezó a ver a un adversario más hostil que su antecesor. Y solo bastaron cuatro años para dinamitar casi toda la relación entre ambos:

  • En 2013, Rusia concedió asilo a Edward Snowden, el especialista que filtró los documentos del escándalo de la red de vigilancia masiva que abanderaron durante años las agencias de inteligencia estadounidenses.
  • En 2014, Putin invadió y anexionó la península de Crimea en Ucrania a raíz de las protestas del Euromaidan que acabaron con el derrocamiento del gobierno de Viktor Yanukovych.

Trump: un aliado desestabilizador

La llegada de Trump a la Casa Blanca estuvo desde el principio manchada por los tentáculos de Putin. Según concluyó una investigación especial años después, el gobierno ruso había intentado sembrar la discordia y la división entre el electorado estadounidense con estrategias digitales.

  • El informe del investigador Robert Mueller también concluyó que los rusos habían usado plataformas online para favorece a Trump en su victoria contra Hillary Clinton. Lo que nunca dijo el informe es que se demostraran vínculos de coordinación entre Trump, sus aliados y el gobierno ruso.

Ese último punto es importante porque durante meses se cuestionó la legitimidad de la victoria de Trump por la especulación sobre una posible intervención rusa —o una cooperación entre la gente de Trump y el Kremlin. Ahí se entiende mejor que Trump aceptara de forma tan rápida las explicaciones de Putin.

  • En una cumbre entre ambos líderes, Trump prefirió creer antes a Putin que a su propio FBI sobre el papel ruso en las elecciones presidenciales de 2016. Y dijo: «El presidente Putin dice que no es Rusia. No veo ninguna razón de por qué debería serlo».

«Me gusta Putin y yo le gusto a él», dijo Trump en una entrevista con el periodista Bob Woodward. Para Trump, «cuanto más fuertes y más malvados, mejor me llevo con ellos».

Biden: la peor amenaza

Tras el impasse de Trump, la relación de los presidentes de Estados Unidos con Putin volvió a tocar un punto bajo con la llegada de Biden. El presidente ya había lidiado con Putin en el pasado, cuando fue el segundo de a bordo de Obama entre 2009 y 2017.

  • La diferencia es que en 2021 todavía no sabía que tenía delante a un rival que ya en los primeros meses de su periplo en la Casa Blanca empezó a dibujar los planes de una invasión rusa de Ucrania.
  • En una entrevista con ABC News, Biden dio por buena la pregunta que le hizo un periodista sobre si creía que Putin era un asesino. «Sí, lo creo», dijo el presidente.
  • Poco después, en una conversación con NBC News, Putin dijo que Biden estaba proyectando sus propios defectos y le deseó buena salud al presidente de 79 años.

«Tenemos una relación bilateral que se ha deteriorado a su punto más bajo en los últimos años», dijo el presidente Putin en una entrevista con NBC News. «[Biden] se ha pasado virtualmente toda su via adulta en la política. Solo piensa en el número de años que ha estado en el Senado. Es un tipo de persona diferente. Es mi gran esperanza que sí, que habrá algunas ventajas; y algunas desventajas. Pero no se producirán ningunos movimientos basados en impulsos por parte de un presidente estadounidense en el cargo».

1 Comentarios

  • Muy currado! Esperemos que no conozca a más presidentes... aunque tampoco han sido Santos de mi devoción.