En Alemania, más de 6.000 personas forman parte del Reino de Alemania, un grupo de ultraderecha con sus propias instituciones, constitución, banco y sistema de salud. Además de rechazar las leyes y la autoridad del Gobierno alemán, mantienen una “alternativa real al seguro médico obligatorio”, en la que defienden los “métodos de curación alternativos” y no admiten a personas vacunadas contra el coronavirus, entre otras teorías de la conspiración.
Contexto. El Ministerio del Interior de Alemania ha ilegalizado la organización del Reino de Alemania (Königreich Deutschland) por “dirigirse contra el orden constitucional”. Sus delitos incluyen “la incitación al odio, la difamación del Estado, la falsificación de documentos mediante la emisión de documentos de identidad propios, así como otros delitos de desobediencia”.
Los “ciudadanos del Reich”. Las autoridades alemanas consideran al Reino de Alemania la “mayor asociación de los reichsburg (ciudadanos del Reich)”. Se trata de una corriente ultra que rechaza la autoridad del Estado alemán, responsable de un intento de golpe de Estado en 2022 que fue frustrado por la policía.
- En números. Según un informe de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución, que forma parte de los servicios de inteligencia de Alemania, 25.000 personas forman parte de este movimiento, 6.000 de las cuales son miembros del Reino de Alemania.
El Ministerio del Interior ha bloqueado todas sus plataformas en línea, ha confiscado sus bienes, y ha detenido al líder de la organización, Peter Fitzek, según la agencia pública de noticias Tagesschau.
Conspiraciones y desinformación. Según las autoridades, el Reino de Alemania tiene un “desprecio antisemita y conspirativo hacia las instituciones estatales en Alemania”, a las que considera “infiltradas por fuerzas satánicas o controladas por clanes judíos”.
- El antisemitismo se mezcla también con retórica xenófoba en afirmaciones como “los alemanes se encuentran a menudo en desventaja en su propio país” o “un asesino extranjero que hiere o mata a un alemán recibe una pena de prisión corta o incluso suspendida“.
Defienden la vuelta a las fronteras de 1937, incluyendo los antiguos territorios orientales de Alemania, hoy pertenecientes a Polonia, Rusia, Chequia y Lituania. Para esta reclamación, se basan en una sentencia federal de 1973, que hace referencia a las fronteras de 1937, pero no determina que sean válidas.
Cómo funcionan. El Reino de Alemania se rige por su propia constitución, según la cual tienen un rey que “ejerce toda la autoridad del Estado”, los impuestos son voluntarios y la forma de gobierno se basa en “las leyes eternas de la creación”.
- Un Estado paralelo. La organización llama a sus integrantes a “rescindir sus contratos con el Estado alemán”. Según su página web, una vez adquirida la “nacionalidad”, a los miembros del grupo “solo se les aplica el sistema jurídico del Reino”, por lo que están “protegidos de las vacunas obligatorias, la asistencia escolar obligatoria, o la pérdida de la custodia”.
- Además, contaban con su propia moneda, el “marco electrónico”, y con un fondo de inversión que presentan como “al margen de las interferencias del estado y de la UE”.
La Autoridad Federal de Supervisión Financiera (BaFin) alertó en 2023 de los negocios ilícitos del grupo y registró 10 de sus propiedades. En esta nueva operación, la Policía ha confiscado tres propiedades del club, documentos ficticios, documentos y dispositivos de almacenamiento de datos, dinero en efectivo, vehículos y maquinaria agrícola.
Es totalmente imbécil acusar a alguien de falsificación de documentos por emitir sus propios documentos pero ya sabemos que el charismo y la ingeniería social se basan hoy en una forma de teatro del absurdo y de la falta total de lógica, jaleada por juristillas y otras modistillas salidas de las facus de derecho, con sus cerebritos de blandiblú y la patética inferioridad intelectual de jueces, perrodistas y otra ralea. La lógica es "facha" y la aritmética es lo más "nazi" que hay. También por medio de esta impostura se expresa el odio que ciertas minoráis étnicas de altos vuelos sienten por la superior racionalidad de la Civilización Occidental.