Las olas de calor son cada vez más frecuentes y las temperaturas no dejan de subir, lo que provoca que se deban tomar medidas para protegerse del calor. Esto aplica de forma especial a las ciudades, por la ausencia de zonas verdes o la forma en la que están construidas las viviendas, entre otros factores.
Julio Díaz Jiménez, Codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto Carlos III (ISCIII), explica a Newtral.es que el principal problema que tienen las grandes ciudades en cuanto a su estructura es el “efecto isla térmica”. “Este efecto hace que la temperatura mínima sea más alta en el centro de la ciudad en comparación con la periferia, y es más difícil que baje durante la noche. Con lo cual es más complicado combatir el calor, descansar y recuperarse de las temperaturas altas del día, lo que podría tener efectos nocivos directos en la salud de las personas», relata.
Algunos ayuntamientos, como el de Bilbao o el de Barcelona, ya han puesto en marcha la construcción de refugios climáticos en sus calles, mientras que otros, como los de Málaga o Zaragoza, trabajan en distintas propuestas. Estos espacios consisten en zonas públicas habilitadas para estar frescas, y están dirigidas a toda la población. Te contamos en qué consiste esta iniciativa.
Barcelona, pionera de España en este proyecto
Barcelona es una de las pioneras en la construcción de estos espacios por medio de un plan aprobado en 2018 para cumplir con el Acuerdo de París. Desde entonces, la Ciudad Condal ha ido construyendo zonas específicas con el objetivo de que cualquier ciudadano, especialmente los más vulnerables, pueda protegerse de las altas temperaturas. Se trata de espacios acondicionados a 26 grados, accesibles, con zonas para descansar y provistos de agua, centrados en aquellos que no dispongan de medios para refrescarse y en mayores y niños.
La ciudad cuenta actualmente con 200 refugios climáticos con el objetivo de que cualquier ciudadano tenga acceso a alguno de ellos a menos de 10 minutos andando, como recoge en un mapa la página del Ayuntamiento.
Estos refugios climáticos consisten en reconvertir zonas de acceso público en puntos verdes y azules. Los puntos verdes y azules los conforman zonas de vegetación con árboles y zonas de agua. Es una forma de “adaptar” la ciudad al calor.
Julio Díaz explica que adaptar una ciudad al calor es dotarla de recursos naturales para “distribuir” el calor. “Por ejemplo, todo lo que sea quitar una superficie de cemento, de hormigón o de asfalto disminuye la radiación que el suelo absorbe y provoca que el calor se concentre menos y se emita al entorno”, explica Díaz.
Bilbao, Málaga y Zaragoza se suman a este plan
El Ayuntamiento de Bilbao ha habilitado 130 espacios de refugio climático por toda la ciudad: 64 de interiores, como estaciones de transporte o centros comerciales, y 66 en exteriores, como registra la oficina del Cambio Climático de Bilbao.
En Málaga, se ha aprobado una moción para impulsar refugios climáticos, como consta en la sesión de la Comisión Plenaria de Sostenibilidad de Málaga del 18 de abril (min. 50). Se propuso “la creación de refugios climáticos naturales que aumenten las zonas de sombra en los barrios, especialmente en aquellos puntos en los que se detecta un mayor sobrecalentamiento, como medida para proteger a la población de las altas temperaturas y los efectos del cambio climático”, como explicaba la ponente.
En el caso de Zaragoza, se ha propuesto el proyecto de la Red de Oasis Climáticos para Zaragoza, un plan para transformar 29 espacios, “al menos uno por cada distrito, urbano y rural, debidamente señalizados y con la posibilidad de consultarse en un mapa”, como puede verse en la sesión plenaria de cuando se presentó la iniciativa.
Algunos locales de Madrid y Comisiones Obreras ofrecen refugios para trabajadores de la vía pública
En Madrid, la propuesta de crear una red de refugios impulsada por Más Madrid fue rechazada, pero hay centros que han llevado a cabo proyectos dirigidos a trabajadores vulnerables a sufrir golpes de calor, como el Ateneo de Madrid o el Teatro del Barrio. El objetivo es permitir descansar y refrescarse a los trabajadores que lo necesiten.
Por otro lado, en Comisiones Obreras también se ha llevado a cabo un proyecto que reúne 40 locales de sedes del sindicato repartidos por Andalucía, Extremadura, Baleares, La Rioja, Castilla y León y Madrid para personas “que realicen su trabajo en el exterior” como personal de limpieza urbana, riders o repartidores de Correos “que necesiten descansar, con acceso a agua fresca y cuartos de baño”, como explican en la nota de prensa.
Díaz reitera que “hay que intentar que el impacto sea el menor posible, estudiar qué factores influyen en la adaptación, porque son los elementos de seguridad de los que disponemos. Cuanto más adaptados estemos al calor, más baja será la mortalidad atribuible a las altas temperaturas, y mayor será la calidad de vida”.
2.223 muertes atribuibles a la temperatura solo en julio
Según los últimos datos de exceso de mortalidad del Instituto de Salud Carlos III, a 2 de agosto de 2022 se había notificado un pico de 2.223 muertes atribuibles a las temperaturas durante el mes de julio de este año.
Díaz explica que, además, hay que tener en cuenta la importancia del incremento de temperatura en lugares con climas más suaves: “El impacto del calor depende de cuánta diferencia haya entre la temperatura que haga en ese momento con la temperatura ‘umbral’ de definición de ola de calor de cada lugar”. Esto significa que hay una temperatura máxima diaria a partir de la cual la gente empieza a sufrir la mortalidad causada por el calor de forma significativa, y es diferente según el lugar en el que estés.
“No es lo mismo estar en Sevilla que en Coruña”, explica el experto. “Lo que ocurre es que una temperatura que es “soportable” en Sevilla, o que tenga poco impacto en la mortalidad, por ejemplo, 39 grados, podría ser devastadora en Coruña, cuya temperatura máxima de definición de ola de calor es de 26 ºC. Con lo cual una temperatura de 40 grados en Coruña puede tener unos efectos brutales”, dice el investigador. “Es por ello que es esencial la adaptación de las ciudades ante este fenómeno”.
La idea de los refugios climáticos fue impulsada en el Ayuntamiento de París
Los refugios climáticos nacieron en 2017 con una estrategia impulsada por el Ayuntamiento de París. La idea era diseñar espacios de la ciudad para adaptarlos a la emergencia climática y proponía aprovechar centros públicos como colegios para transformarlos en “oasis”, de manera que ofreciesen a la población un recurso para refrescarse ante temperaturas altas.
La propuesta contemplaba principalmente transformar los patios cambiando los materiales ya existentes por materiales “permeables” y cubriéndolos de vegetación, como se puede ver en el proyecto.
- Julio Díaz Jiménez, Codirector de la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano del Instituto Carlos III (ISCIII)
- Plan Clima 2018-2030
- Ayuntamiento de Barcelona
- Oficina Cambio Climático de Bilbao
- Sesión del 18 de abril de 2022 de la Comisión plenaria de Sostenibilidad de Málaga
- Acta del 18 de abril moción Plan Refugios Climáticos
- Moción del 01/07/2022 de Zaragoza en Común (ZeC)
- Propuesta de Refugios Climáticos de Más Madrid
- Diario de Sesiones Asamblea de Madrid 16 de junio de 2022
- Informe MoMo a 02 de agosto de 2022
- Estrategia de Resiliencia de París
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