Así organiza un pastor ucraniano en Vallecas el realojo de refugiados que huyen de la guerra de Ucrania

Nadia y Petro Boyjo, junto a sus cinco hijos, recién llegados a Madrid tras huir de la guerra en Ucrania. | Ximo Ferrández
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A escasos metros de la Iglesia Ucraniana de Madrid, un grafiti da la bienvenida al barrio: “Si Madrid es un gato, Vallekas son las garras”. La pintada, formulada como un símbolo de resistencia, resume bien lo que ocurre desde hace unos días en ese rincón de la capital, donde a este pequeño local llegan refugiados de Ucrania que acaban de huir de la guerra. “Luchamos sin armas, pero luchamos también”, dice a Newtral.es Yaroslav Demko, el pastor ucraniano de esta iglesia evangélica en Vallecas. 

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En el interior, las maletas se amontonan en la entrada de forma ordenada. Nadie las ha deshecho. Como si hubiese que tenerlas preparadas para salir en cualquier momento. Dentro hay tres familias ucranianas que acaban de llegar a Madrid, aunque Yaroslav advierte de que “en los próximos días van a llegar un centenar de personas más”.

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El pastor ucraniano Yaroslav Demko, junto a su iglesia evangélica en Vallecas (Madrid), donde acoge a refugiados | Ximo Ferrández

Algunas ya están realojadas en pisos o a punto de entrar en uno de ellos. Son viviendas de medianos y grandes propietarios. A través de una agencia, las están poniendo a disposición de los refugiados, como explica a Newtral.es Koldo Barrena, uno de los propietarios que ha cedido algunas de las viviendas que no tiene alquiladas: “Estas personas necesitan un hogar, la iglesia es pequeñita y van a necesitar un sitio donde hacer su vida, al menos hasta que la guerra acabe”. 

La de Nadia y Petro Boyko, un matrimonio con cinco hijos, es una de las familias que va a ser realojada en uno de los pisos de Koldo Barrena. Llegaron a Madrid este miércoles 9 de marzo tras haber huido de Ucrania el pasado 27 de febrero, tres días después de que comenzase la guerra. Cruzaron la frontera con Polonia y allí, gracias a una ONG, se alojaron unos días en un refugio. Poco después llegó Keren Díez para traerlos a España en una furgoneta.

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Nadia y Petro Boyko, una de las familias de refugiados ucranianos que van a ser realojadas en uno de los pisos cedidos por propietarios de viviendas | Ximo Ferrández
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Keren, procedente de Huesca, se apuntó como voluntaria para hacer el trayecto entre España y Polonia cuando se enteró de que un matrimonio de su localidad iba a ir en busca de refugiados ucranianos: “El pastor de aquí [en referencia a Vallecas] está siendo el nexo para muchos ucranianos que están huyendo del país. La idea era traerlos aquí, donde Yaroslav les puede ayudar a empezar una nueva vida, ya que ellos no conocen a nadie en otro sitio”, explica Keren en conversación con Newtral.es. 

Refugiados de Ucrania en Vallecas: así empezó el viaje

El viaje desde Huesca hasta Varsovia duró 48 horas: “Íbamos haciendo turnos, conduciendo las dos furgonetas. Trajimos a varias familias. Conmigo venían la de Nadia y Petro. Para comunicarnos ponía el traductor de Google en manos libres y decía en voz alta: ‘Vamos a parar diez minutos dentro de poco’. Y Google lo traducía al ucraniano. En unos días llegamos a Huesca y ahí cogimos un AVE con ellos hasta Madrid”, añade Keren. 

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Nadia y Petro junto a Keren Díez, la oscense que les ha traído en furgoneta desde Polonia | Ximo Ferrández

Este matrimonio vivía a 80 kilómetros de Kiev, como explica Nadia, que ejercía como médica, en conversación con Newtral.es: “Oíamos las bombas por las noches y un día, al levantarnos, nos dimos una hora para decidir si nos quedábamos o nos íbamos. Al final le dijimos a los niños: ‘Coged lo que podáis, nos marchamos’. Estábamos en shock porque nunca piensas que tú te vas a convertir en un refugiado”. 

Según relata Petro, que ejercía como mecánico en Ucrania, un hombre les ayudó a salir en coche, pero al acercarse a la frontera, tuvieron que detenerse por el atasco de vehículos que también trataban de cruzar a Polonia: “Casi no nos quedaba ni gasolina, ni agua ni comida. Decidimos cruzar la frontera a pie: fueron 25 kilómetros a pie, casi congelados, cargando las maletas como podíamos”, explica en conversación con Newtral.es. 

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Las familias ucranianas que Keren y el matrimonio de Huesca recogieron, antes de subir al AVE | Foto facilitada por Keren Díez

“Era desolador ver a muchas madres solas, con sus hijos, tratando de llegar a Polonia”, añade Nadia. “Lo que dejas atrás duele mucho, ya no parecía el país que conocimos. Pero el futuro también da miedo: hemos perdido nuestra casa y nuestros ahorros, al pasarlos a euros, son apenas 400 euros, cuando en Ucrania habríamos podido vivir ocho meses con ese dinero. Tampoco sabemos qué habrá sido de nuestra casa ni si algún día podremos volver”, explica.

Mientras las familias comen algo en la iglesia ucraniana de Vallecas, afuera, una docena de hombres carga un camión con pañales, mantas y alimentos. “Es material humanitario”, dice el pastor Yaroslav Demko. Su teléfono suena varias veces en apenas diez minutos: “La gente se está organizando para prestarnos autobuses y camiones y así poder enviar más material a Ucrania y también para seguir trayendo a refugiados”, explica. 

Luis es uno de los voluntarios que carga cajas en el camión con destino a Ucrania: “Mi casera es ucraniana y me pidió si podía venir a echar una mano. Toda ayuda es poca”, dice. 

Refugiados de Ucrania: “lo importante no es solo que lleguen, sino que tengan un alojamiento”

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Voluntarios cargan el camión que saldrá de Vallecas a Ucrania con material humanitario | Ximo Ferrández
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Koldo recuerda que “lo importante no es solo que lleguen, sino que tengan un alojamiento”: “Queremos que la iniciativa se conozca para que más propietarios cedan pisos, como he hecho yo. También estamos recaudando dinero a través de donaciones que cualquier persona puede realizar [aquí puedes ver cómo colaborar]”.

El de Pavlo y Dana (han pedido omitir sus apellidos para mantener su anonimato) es otro matrimonio de refugiados que llegó hace poco a Madrid gracias a uno de los autobuses que el pastor Yaroslav puso en marcha. También ellos, junto a tres de sus hijos, serán realojados en un piso gracias a la iniciativa de la agencia inmobiliaria Sin Visitas. “Vivíamos en Crimea cuando estalló la guerra. Dos de nuestros hijos, la de 18 y el de 15, estaban en Kiev con mis padres. Era imposible cruzar hacia la capital, Rusia nos había asediado”, explica Pavlo a Newtral.es. Gracias a unos conocidos, sus hijos han conseguido cruzar la frontera con Polonia. “Están solos pero vienen en el próximo autobús que ha conseguido fletar Yaroslav”, añade.

“Esta guerra la tenemos que ganar”

Pavlo, pastor, y Nadia, costurera, huyeron el mismo día en que Rusia invadió Ucrania: “Yo estaba preparando a los niños para ir al colegio cuando nos dimos cuenta de la gravedad del asunto”, cuenta ella a Newtral.es. Ese mismo día huyeron en coche atravesando la frontera con Rusia. “Logramos llegar a Sochi y ahí cogimos un vuelo a Letonia, que se hizo muy largo porque no se podía atravesar el espacio aéreo de Ucrania. Allí cogimos un coche hasta Estonia, y de ahí otro vuelo a Budapest. Y finalmente, otro avión hasta Madrid. Tardamos cinco días en llegar”, apunta Pavlo.

Este pastor muestra en su móvil las fotos que sus padres, de 72 años, le envían desde la capital ucraniana, donde permanecen: “Duele huir de una guerra pero también duele pensar que mis padres siguen en Kiev durmiendo en un búnker. Allí invitan a comer a otras personas que también tratan de sobrevivir”. Yaroslav, a su lado, hace lo propio: “Mira, este es mi hermano, está en el frente”, dice señalando su móvil y mostrando una fotografía. Y añade: “Ayudaremos a todo el que venga, pero también tenemos que ayudar a quienes están allí. Esta guerra la tenemos que ganar”.

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Una pareja de refugiados de Ucrania en la iglesia evangélica ucraniana de Vallecas | Ximo Ferrández