Qué es una “recuperación en V” y cuánto puede tardar en llegar

Foto: Efe.
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La emergencia sanitaria originada por el brote de COVID-19 ha cambiado la realidad de todos los países por los que ha pasado. Y España no es una excepción. Entidades y expertos coinciden en destacar que el descalabro de la economía en nuestro país a causa del coronavirus dependerá de la duración de la propia pandemia y de las medidas de confinamiento que obliguen a empresas y sector productivo a permanecer cerrados. Además todos están de acuerdo en la dificultad que tiene hacer previsiones sobre contracción económica a futuro.

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¿Cómo está afectando el coronavirus a la economía de nuestro país? ¿Cuánto podría caer el PIB este año? ¿Cómo lo están viviendo los mercados? Y lo más importante… ¿cómo nos recuperaremos de esta crisis? ¿Tendrá forma de V, U o L nuestra progresión económica? Te lo explicamos.

¿La salida de la crisis será en forma de V, U o L?

Al hablar de recuperación económica los analistas suelen referirse a algunos modelos que se identifican con letras cuya forma asemeja a la forma que adquiere la evolución de la misma en un gráfico. La letra vendría a ser la curva que hace la gráfica del PIB cuando se representan en una tabla los datos de su evolución en un periodo de tiempo determinado. Así pues, cuando hablamos de un modelo de recuperación en V, suele ser cuando hay un parón brusco de la economía pero tras él la vuelta a la normalidad se produce rápidamente.

Tasas de variación del PIB (INE). Ejemplos de formas de «V» en el año 2009 

Si tras una caída se tarda más tiempo en llegar a los indicadores previos a la crisis y se hace de un modo más progresivo hablamos de recuperación en forma de U. Y el peor de los escenarios sería una recuperación en forma de L, ya que lo que se dibuja es una recesión de la economía y una recuperación muy lenta.

Dependiendo también de las estimaciones de caída previas los expertos hablan de cómo ven ellos la recuperación económica de España a futuro. Y en este punto vamos desde una prudente Nadia Calviño que sin embargo augura una evolución positiva en V y que junto a la CEOE creen que España volverá a los niveles previos más pronto que tarde a las previsiones menos halagüeñas de otros analistas.

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Calviño, De Guindos y la CEOE esperan una recuperación en V

La ministra de Economía afirmaba en El Objetivo que basándonos en experiencias pasadas de otras pandemias en diferentes partes del mundo años atrás, lo que se produjo fue “una caída muy intensa de la economía pero una recuperación muy rápida también con el fin de la crisis sanitaria”. Calviño destaca que “la economía española ha tenido un comportamiento muy dinámico hasta finales de febrero incluso hasta finales de marzo en algunos ámbitos que no se vieron frenados por el COVID-19” y afirma que “sobre esta base los analistas prevén esa recuperación en V”.

Sin embargo recuerda que hay que ser extremadamente prudentes en las previsiones “porque al igual que en el plano sanitario el contagio no es lineal, sino que es exponencial también el impacto económico puede ser mucho más significativo si las medidas de contención se tienen que alargar en el tiempo”.

Otro que opta más por un escenario en V es el vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE) y exministro de Economía, Luis de Guindos, que cree que una de las características más importantes de esta crisis del COVID-19 es su transitoriedad. «Esto durará semanas o meses, no más», contestó en una entrevista en El Objetivo.

Cree que estamos ante una crisis «diferente» a la vivida en 2008, una crisis que tendrá un impacto «muy intenso» en la economía europea. De Guindos va más allá y se atreve a vaticinar que la economía de la Unión Europea va a entrar en recesión. «Los datos del segundo semestre van a ser muy negativos para la zona euro. Pero la esperanza es que tengamos un rebote positivo en la segunda parte del año«, afirma.

Desde la CEOE también auguran una rápida recuperación a pesar del batacazo inicial. En su último informe estiman que el PIB de España caerá este año entre un 5% y un 9% como consecuencia de la crisis del coronavirus y que el paro crecerá entre medio millón y más de 900.000 personas, con una tasa de paro que podría escalar hasta el 18%.

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Sin embargo, y teniendo en cuenta que la economía se enfrenta esta vez a un «shock de impacto», la CEOE afirma que los niveles de actividad podrían alcanzar en diciembre los existentes al cierre de 2019, con lo que la recuperación en un escenario como el actual debería ser más rápida que al final de ciclo del tipo de la pasada recesión. En este sentido y en el escenario más optimista, la patronal estima que el PIB experimentaría un notable rebote del 5,2% en 2021.

Los que ven una recuperación gradual en forma de U

No lo ven tan claro otros analistas. Preguntamos al experto en Derecho Financiero y Tributario de la Universidad Oberta de Catalunya Benja Anglès Juanpere. Él descarta en principio “un crecimiento en V” y solo duda de “si el crecimiento será en U o, en el peor de los escenarios, estamos ante una L”. 

De hecho Anglès calcula que “por cada mes que la economía española esté totalmente parada la caída del PIB será del 2%. De modo que la caída este año podría situarse entre el 4% y el 10%, en función de que se pueda volver a una cierta normalidad antes o después del verano, atendiendo a la importancia del sector turístico en nuestra economía”.

En esta misma línea de pensamiento se posiciona el profesor del Centro de Estudios Financieros (CEF) Juan Fernando Robles que cree que la salida de España de la crisis no será en forma de V. “El PIB caerá en 2020 en torno al 10%, con una horquilla que siendo optimistas supondrá un 8% y siendo pesimistas más de un 12%”.

Pero claro, “una caída del PIB tan acusada producirá un desplome de la recaudación fiscal entre el 5 y el 10% del PIB, lo que puede ser devastador para las finanzas públicas”, advierte Robles. El escenario central será una caída similar a la que ocurrió en 2009 y que fue de un 7% del PIB, lo que representaría que el Estado dejará de ingresar algo más de 80.000 millones de euros. Este experto añade que no solo son los gastos en subsidios, ayudas y sanidad el problema que enfrentará el Estado, sino que todo ello habrá de hacerse con muchos menos ingresos y desde un gran endeudamiento público.

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“Habrá una caída a plomo este año, y crecimientos entre el 1% y el 3% del PIB para los próximos años. Pero para recuperar los niveles de una caída tan pronunciada tendrán que pasar 3 o 4 años mínimo para volver a las cifras de 2019, eso teniendo en cuenta que no haya rebrotes que obliguen a nuevos parones, lo que sería un escenario devastador”, augura.

Robles prevé que la economía española se verá especialmente afectada por su dependencia del sector servicios, en particular Hostelería y Turismo. “Nuestra balanza de pagos se verá afectada por los menores ingresos por turismo, aunque no en gran medida por la moderación de los precios del crudo y la bajada del consumo que limitará las importaciones, reforzándose nuestras exportaciones de productos agroalimentarios”, apunta.

Y el profesor destaca que “un factor que puede reforzar la recuperación del turismo en España una vez que se erradique la pandemia es la confianza de los turistas en nuestro sistema sanitario, puesto que será un mayor riesgo visitar países que no dispongan de esa ventaja, por lo que nuestros clientes europeos que nos conocen bien rápidamente volverán a recuperar la confianza para viajar a nuestro país que será preferente frente a nuestros competidores del norte de África o el este de Europa con peores infraestructuras sanitarias”.

¿Cómo afectan las previsiones económicas a los mercados?

Aunque los efectos del coronavirus en la bolsa española son comparables con los sufridos en otros países de nuestro entorno, para el profesor de la UOC Benja Anglès “las particularidades de nuestra economía presagian una recuperación mucho más lenta y costosa, tanto a nivel del Estado, debido al alto nivel de la deuda pública y al más que seguro aumento del déficit público; como también a nivel del sector privado, por la caída generalizada de los ingresos y el grave impacto de la crisis en sectores tan importantes como el turismo, la construcción y nuestro tejido empresarial constituido mayormente por pymes y autónomos”. Precisamente por eso “se trata de un escenario nada halagüeño para la bolsa española”, añade el experto.

¿Cómo se ha comportado el Ibex 35 en esta crisis?

La expansión del coronavirus ha tenido un efecto nefasto en las bolsas de todo el mundo, con importantes caídas en un corto período de tiempo. “Sólo en España, el Ibex 35 ha pasado de estar por encima de los 10.000 puntos a caer hasta los 6.000 enteros en menos de un mes”, explica Anglès. De hecho, el experto reconoce que “aunque el índice español se haya recuperado ligeramente en la última semana, tras el anuncio de las medidas económicas que los distintos países han adoptado para hacer frente a la pandemia, a día de hoy la volatilidad y los números rojos siguen dominando y los inversores aún desconfían de la renta variable”.

¿Y la bolsa española cómo estaba antes del COVID-19? 

Antes de que el coronavirus llegara, “nuestra bolsa, como la mayoría, vivía cierta bonanza gracias al largo período de tiempo con dinero a bajo precio, de modo que era posible lograr financiación a muy bajo coste. Se podría decir que los valores respondían más al exceso de demanda, que los créditos a bajo interés facilitaban que al valor real de las empresas y sus resultados, especialmente las del sector tecnológico”, dice Anglès.

Sin poder hablar de burbuja bursátil, el experto cree que sí existía cierta sobrevaloración en la mayoría de mercados. Y más allá de la rápida corrección a la baja que la pandemia ha supuesto, sus dañinos efectos en la economía están provocando una severa descapitalización de la mayoría de empresas que impactará en sus futuras capacidades de inversión y endeudamiento. 

“La infravalorización de muchas empresas tendría que ser estímulo suficiente para que muchos inversores aprovechasen esta oportunidad para invertir de nuevo en bolsa”, avisa Anglès, “pero entre los malos indicadores económicos y la medida del Gobierno de no permitir que los inversores extranjeros de fuera de la Unión Europea puedan hacerse con más del 10% del capital de las empresas españolas consideradas como ‘estratégicas’, no parece que ni a corto ni a medio plazo se vayan a recuperar los valores anteriores”.

¿Por qué se ha limitado la inversión extranjera de fuera de la UE?

El Ejecutivo ha decidido suspender el régimen de liberalización de determinadas inversiones extranjeras directas en España. Lo hizo en la Disposición Final Cuarta del Real Decreto-ley 8/2020 publicado en el BOE el 18 de marzo.

En ella se establecía que «las IED, esto es aquellas operaciones realizadas por inversores residentes en países fuera de la UE y de la Asociación Europea de Libre Comercio, quedan suspendidas por motivos de seguridad pública, orden público y salud pública, en los principales sectores estratégicos de nuestro país, cuando como consecuencia de la inversión el inversor pase a ostentar una participación igual o superior al 10% del capital social de la sociedad española, o cuando como consecuencia de la operación societaria, acto o negocio jurídico se tome el control del órgano de administración de la sociedad española».

Asimismo, «quedan suspendidas aquellas inversiones que, dándose las circunstancias antes señaladas de participación en el capital social y toma de control, procedan de empresas públicas o de control público o de fondos soberanos de terceros países», como reza el decreto. Entonces, esta suspensión afecta solo a países no europeos porque «suspender a actores de estados miembros de la UE iría en contra del principio fundacional de libertad de personas y capitales. Afectaría principalmente a fondos americanos y asiáticos», explica Benja Anglès.

Y esto tiene su parte buena y su parte mala. La buena sería que pretende proteger las empresas españolas estratégicas para que no caigan en manos de inversores o fondos de inversión extranjeros de fuera de la UE aprovechando su bajo precio en bolsa, y que los centros de decisión de los mismos se vayan de nuestro país y no obedezcan o tengan en cuenta los intereses españoles.

En este punto Benja Anglès apunta que «se suspenden (no prohíben) las compras o inversiones que permitan a estos inversores extranjeros acumular más del 10% del capital social de las empresas, ya sea directa o indirectamente. Y en estos escenarios, será necesario obtener una autorización previa para dichas operaciones ya que, en caso contrario, no serán válidas», apunta Anglés. Y «la suspensión se mantendrá hasta que el Consejo de Ministros acuerde su levantamiento», o sea, que no se establece una fecha concreta, explica el experto.

La parte negativa, según analiza Anglès, “es que impide la entrada de determinados compradores extranjeros en la bolsa y, por consiguiente de su dinero, en un momento en el que las ofertas de compra y la entrada de capital son muy necesarias”. Cuando le preguntamos a este experto cómo ha sentado esta medida de suspensión nos cuenta que le suena nadie que se haya quejado de ella, «más bien lo contrario, ya que las empresas del Ibex 35 eran las más interesadas en que se tomara esta medida ante la caída de lo valores».

¿Se ha vivido una caída similar antes en la bolsa española?

Para comprender la magnitud de esta última caída de la bolsa española habría que compararlo anteriores crisis bursátiles y con el tiempo en que se fraguó ese desplome. “La caída del Ibex 35 a consecuencia del coronavirus ha sido del 40%”, nos cuenta Anglès, que lo compara con las anteriores caídas con porcentajes similares. 

“En la crisis crediticia de 2007 el Ibex 35 cayó un 50%, en la crisis de las tecnológicas del año 2000 la caída también fue del 50% y en la crisis del sistema monetario europeo de 1991 la caída del índice español fue del 35%”, concreta el experto que incide en que “la diferencia es que la actual caída ha sucedido en menos de un mes, mientras que todas las anteriores se produjeron durante periodos de casi dos años”.

¿Qué es lo que temen los mercados?

Los inversores temen una recesión a nivel global que colapse las economías de los principales países y paralice el comercio internacional. “El paro de la producción y las medidas de confinamiento han provocado el cierre temporal de la mayoría de actividades a escala mundial, generando importantes dudas sobre cuántas de ellas podrán volver a la normalidad y cuando lo harán”, explica Anglès. “Por primera vez, nos enfrentamos a una crisis conjunta de oferta y demanda a nivel mundial”. De hecho el experto habla de que algunos analistas consideran que se tardarán años, quizá una década, para alcanzar el nivel de crecimiento anterior a la expansión del virus y que muchas empresas se quedarán por el camino, de modo que en el actual escenario de incertidumbre los inversores prefieren invertir en otros activos o simplemente disponer de liquidez.

¿Resistirán las bolsas mundiales el envite del coronavirus? Todo dependerá de la profundidad y duración de los daños económicos que se produzcan en cada país y a nivel mundial, así como de los efectos y la rapidez de las medidas económicas de los diferentes países. 

Fuentes:

  • Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE)
  • Universidad Oberta de Catalunya (UOC)
  • Centro de Estudios Financieros (CEF)

1 Comentarios

  • El sistema sanitario está como para confiar