Fact Fiction

Qué es verdad en ‘Sin oxígeno’, el milagroso rescate a un buzo tras más de media hora sin suministro de gas

Fotograma de 'Sin oxígeno'.
Fotograma de 'Sin oxígeno'.
Tiempo de lectura: 7 min

⚠️ Advertencia: este artículo contiene ‘spoilers’ desde el primer párrafo.

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Que existen enormes tuberías de gas recorriendo miles y miles de kilómetros por el fondo marino es un hecho conocido. Que las labores de mantenimiento de esos gasoductos las realizan buzos que en ocasiones deben sumergirse a cientos de metros de profundidad no lo es tanto. La película Sin oxígeno, que se estrenó en cines el pasado mes de agosto, no solo es que muestre el ritual al que han de someterse los trabajadores de esta profesión, “una de las más peligrosas del mundo”, como la describen en el filme. Es que además cuenta la insólita historia real del rescate de uno de estos buzos que, tras permanecer más de 30 minutos sin suministro de oxígeno, sobrevivió sin secuelas. 

En este Fact-Fiction analizamos qué aspectos de los que muestra la película son ciertos y cuáles no, aunque como adelantó en una entrevista el director del filme, Alex Parkinson, “lo más impactante del final de Sin oxígeno es que todo es verdad”.

Sinopsis. La película muestra cómo se rescató al escocés Chris Lemons, un buzo de saturación –como se conoce a este tipo de buzos– que en septiembre de 2012, con 32 años, se quedó varado a 91 metros de profundidad. Él y su compañero Dave Yuasa habían descendido al lecho marino para reparar una tubería en una plataforma ubicada en pleno corazón del peligroso mar del Norte.

  • ¿Qué pasó? Que el cordón umbilical que unía a Lemons con el barco se rompió. El cordón umbilical es como se conoce al conjunto de cables que conectan al buzo con el barco y que le proporcionan no solo gas respirable, sino también energía para la linterna o los equipos de comunicación que van integrados en el traje.
  • ¿Por qué se rompió? Porque falló el sistema de posicionamiento dinámico del barco, que hace que este se quede fijo en una posición concreta. La nave empezó a desplazarse a merced del viento. Lemons estaba caminando sobre el lecho marino (no llevan aletas) revisando la plataforma de gasoductos cuando el cordón umbilical empezó a estirarse y se enredó entre su pierna y el entramado de tuberías. En una entrevista con ABC, el Chris Lemons real relató cómo de pronto se convirtió “en el ancla de un barco de diez mil toneladas” hasta que se rompió el cordón.
  • ¿Cuándo fueron a por él? Transcurrió más de media hora. Lemons disponía de dos botellas de emergencia que le podían aportar poco más de cinco minutos de gas respirable.
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Todos estos detalles se representan de forma fidedigna en Sin oxígeno. De hecho, la película se apoya en el documental Last breath que estrenó el mismo director en 2019 y las imágenes de Lemons convulsionando cuando ya llevaba mucho tiempo sin suministro de oxígeno son las reales, como detalló el director en conversación con Entertainment Weekly

Entre las cuestiones que sorprendentemente son ciertas figuran:

  • El tiempo que Lemons estuvo sin suministro de oxígeno. “Tenía su gas de emergencia, que por ley solo debía proporcionar cinco minutos adicionales […] algunos creen que pudo alcanzar los siete u ocho minutos si no se sobreesforzó. Pero es imposible que tuviera más de 10 minutos”, explicó el director en Entertainment Weekly. Una vez se le acabó el gas de emergencia, pasaron más de 30 minutos hasta que el barco pudo regresar a por él.
  • Sobrevivió sin efectos adversos. “El hecho de que yo no tenga ningún daño cerebral parece un milagro. Incluso los médicos se sorprenden”, relató Lemons a ABC. Según un estudio publicado en la revista médica Healthcare, Lemons no habría sufrido hipoxia, sino probablemente una hipotermia debido a seis circunstancias que confluyeron: las botellas de emergencia, el oxígeno que ya se encontraba almacenado en el cuerpo del buzo, la experiencia profesional que le permitió tranquilizarse, la pérdida de calor, las maniobras de reanimación que practicaron sus compañeros buzos y las propiedades neuroprotectoras del helio.
  • Recuperó la consciencia tras únicamente dos ‘boca a boca’. Así fue, tal y como explicaron en el documental y en las distintas entrevistas el director y el propio Lemons. Y de hecho, lo primero que preguntó tras recuperar la consciencia fue si su compañero Yuasa estaba bien.
  • A las tres semanas del incidente, volvió a su trabajo. Lo han confirmado tanto el propio Lemons como el director.

Aun así, hay algunas cuestiones que se han ficcionado en Sin oxígeno.

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Lemons nunca usó una bengala para regresar a la plataforma: lo hizo a oscuras

Cuando el cordón umbilical de Lemons se rompió, él y su compañero se encontraban en el techo de la plataforma submarina, que se eleva varios metros. Tras cortarse, Lemons se cayó de esta. En ese momento, se quedó sin la luz, sin suministro de gas y sin comunicación con el barco, algo que refleja Sin oxígeno. En la película, Lemons enciende una bengala y, aunque su brújula se estropea, finalmente halla la forma de volver a la plataforma y subir al techo para facilitar que le localicen. Pero en la vida real, esta situación fue mucho más límite: Lemons no tenía ninguna bengala y quedó completamente sumido en la oscuridad. En el filme se introdujo este elemento para facilitar la grabación de la escena.

  • “Era la más absoluta oscuridad que yo nunca había visto. Mi objetivo era llegar a la plataforma y subir al techo. Tenía que elegir una dirección”, contó Lemons en el documental. Por suerte, escogió el sentido correcto, escaló y esperó en la negrura.

Las condiciones meteorológicas de aquel día eran las habituales

Pese a que al inicio de Sin oxígeno se da importancia a la llegada de una tormenta que arrecia cuando ya están navegando, en la vida real los miembros de la tripulación vivieron esas condiciones como las habituales del mar del Norte: “El tiempo era adverso, pero eso no era nada especial en el mar del Norte”, dijo en el documental Michal Cichorski, oficial de posicionamiento dinámico. El propio Lemons también expresó que ese era el “clima habitual para esa época del año”. Según una investigación publicada por la compañía del barco, el viento soplaba a una velocidad de 55 km/h y las olas eran de hasta cuatro metros de altura.

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La voz de los buzos no se representa de forma realista (y no es por culpa del doblaje)

Los buzos de saturación no se zambullen en el agua sin más. De hecho, las condiciones de su trabajo recuerdan bastante a las de los astronautas, como refleja Sin oxígeno

Por ejemplo, no se tiran al agua directamente, sino que son transportados casi hasta el fondo en una cámara con forma de campana. Antes pasan hasta 28 días confinados en unos pequeños tanques donde son rociados con gases concretos para aclimatar su cuerpo a las extremas condiciones que se ven a encontrar. Uno de esos gases es el helio, que al inhalarse produce una ‘voz de pito’ muy característica que no plasma la película.

No, lo primero que hizo cuando volvió a tierra firme no fue ir a visitar a su prometida

El director decidió recortar en esta parte de la historia, como él mismo contó en Entertainment Weekly: “Lo que sucedió inmediatamente después del accidente es que tardan cuatro días en salir de la saturación”. Luego, fue al hospital a que le revisasen.

Como explicó el director de Sin oxígeno, aunque Lemons ya no bucea, ahora es supervisor y de vez en cuando trabaja en el barco donde ocurrió el accidente.

Fuentes
  • Documental 'Last breath'
  • Entertainment Weekly: 'Last Breath deep dive: Director answers burning questions about the miraculous true story'
  • ABC: '«Acepté que iba a morir»: la historia real del buzo que sobrevivió más de 30 minutos sin oxígeno'
  • Healthcare: 'How to Survive 33 min after the Umbilical of a Saturation Diver Severed at a Depth of 90 msw?'
  • Incident summary 08.10.12 "Bibby Topaz"
  • BBC: 'Diver cheated death in North Sea miracle'

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