Un “pleno escoba” en el contexto parlamentario es una metáfora política. El Congreso actúa como una escoba simbólica que barre las iniciativas legislativas que no pudieron aprobarse durante el curso político. La metáfora tiene su versión deportiva: la Cámara Baja del Parlamento hace las veces del “vehículo escoba” que recoge a los rezagados en competiciones deportivas, tratando de cerrar los asuntos legislativos pendientes.
- Suele ocurrir justo antes del receso parlamentario, como en verano o antes de unas elecciones.
- Se utiliza este término porque lo que no se apruebe en ese último pleno queda fuera, o se retrasa muchos meses. Es decir, representa la última oportunidad para que esas medidas “se suban al carro”.
Así lo explica a Newtral.es la politóloga y periodista Estefanía Molina. “Cuando estamos al término del periodo de sesiones, como la llegada del verano, los políticos se encuentran con una serie de proyectos poco relevantes que se han ido quedando sin aprobar”.
- El espíritu del “pleno escoba” es, por tanto, agilizar su aprobación, votándolos de manera agrupada para que no se congestione la agenda de cara al curso siguiente.
Como afirma Molina, lo que se aprueba en los “plenos escoba” son pequeñas reformas, autorizaciones o modificaciones. “Nunca temas con una importante enjundia política”. Es decir, trámites, detalles o procedimientos.
- No se aprobará por “pleno escoba” una amnistía, por ejemplo.
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