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Qué son los NFT, o la nueva forma de vender piezas digitales

NFT qué es
Imagen del video de Beeple brokchrd (loop)
Tiempo de lectura: 15 min

Como en una pasarela deslumbrante, en la que desfilan accesorios de personajes de videojuegos, ilustraciones exóticas y tuits irrepetibles, los NFT (Non Fungible Tokens) han hecho su entrada en 2021 a la manera de una colección de modelos que se venden por sumas desorbitantes.

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A finales de marzo se habían hecho ventas de NFTs por más de 500 millones en dólares según datos de Nonfungible que recoge CBS. El entusiasmo por los NFTs, la novedad que cruza criptografía, coleccionismo y arte trae buenas noticias para los creadores digitales, que hacen bien en conocer las posibilidades que se les abren con los NFTs. 

Jack Dorsey ha acuñado un NFT para su primer tuit, que llegó a los 2,9 millones de dólares. Kevin Roose es un periodista del New York Times que escribió sobre los NFT, y subastó esa columna por 560.000 dólares.

El conocido Nyan Cat, un GIF que ha cumplido 10 años y que ha sido visto miles de millones de veces, ha sido tokenizado por su creador y vendido por 300 Ethereum (unos 587.000 dólares en el momento de la venta).

https://www.youtube.com/watch?v=QH2-TGUlwu4
El legendario Nyan Cat

Saturday Night Live, histórico late-night de TV norteamericano hizo un sketch sobre los NFTs, y el NFT que hicieron de él fue vendido por 365.000 dólares.

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Edward Snowden ha subastado ‘Stay Free’, una obra de arte propia que combina en una imagen su retrato icónico y los documentos judiciales históricos que dictaminaron que la vigilancia masiva de la NSA violó la ley. El único NFT de Snowden se ha vendido por 2.224 Ethereum, unos 5 millones de dólares que irán a beneficio de la Freedom of the Press Foundation.

‘Stay Free’, la obra de arte cuyo NFT ha subastado Edward Snowden

Un inversor ha comprado una parcela del circuito de Mónaco en el videojuego F1 Delta Time por 220.000 dólares. El NFT incluye una participación en el juego, por lo que está programado para que cada vez que se celebre una carrera se le retribuya con un 5%.

En enero, un abogado que se arrepentía de no haber invertido en bitcoin, compró 351 vídeos de NBA Top Shot, un sitio de intercambio de clips de baloncesto, después de ver en redes sociales comentarios sobre la venta de ellos por miles de dólares. El valor de esos vídeos llegó a los 67.000, según Momentranks.com.

La banda de rock Kings of Lion ha cosechado 2 millones de dólares vendiendo su último album como NFT. ‘Claude Lanzmann’ es el primer documental nominado a los Oscar que se lanza como un NFT, aunque nunca ha estado disponible para la venta, ni física ni digitalmente.

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brokchrd (loop) from beeple on Vimeo.

El vídeo que ilustra este artículo es un loop de Beeple, que es como se hace llamar Mike Winkelmann. Este artista digital que se ha hecho (aún más) famoso porque consiguió vender en Christie’s un NFT de una obra por 69,3 millones de dólares, el mayor valor alcanzado por un NFT hasta la fecha. Ya hay por supuesto, un «Beeple Generator» para crear imágenes con su principal simbología.

Podría seguir, porque los artículos periodísticos sobre artistas, jugadores de videojuegos, marcas, realizadores audiovisuales, deportistas que están vendiendo NFTs en internet de esta manera se multiplican estos días. Pero mencionaré uno más.

Una tenista profesional, Oleksandra Oliynykova, ha puesto a subasta un NFT sobre una parte de su brazo derecho que otorga derechos de por vida al comprador.

NFT qué es

¿Qué locura es esta? Los NFTs o los nifties están abriendo un mundo de posibilidades a artistas, creadores y videojugadores que operan en internet. En el camino, están generando expectativas enormes, como suele suceder con tecnologías emergentes en sus estadios tempranos. Sólo basta darse una vuelta por los mercados como Opensea, Nifty Gateway, SuperRare, Foundation, MakersPlace o KnownOrigin.

Que compres un NFT no significa que estés comprando derechos de autor sobre la obra. Lo que compras son metadatos que te garantizan poder presumir de que los tienes

Para discernir si hay futuro detrás de tanto interés, lo primero es entender qué son. Se suele definir a los NFTs como certificados digitales de autenticidad de medios digitales. Como no puedes comprar el tuit de Dorsey como tal, compras un certificado digital que él ha generado a través de una plataforma que hay para ello. Ese certificado simplemente dice que tú has comprado el certificado de ese tuit. No tienes derechos de propiedad intelectual sobre el tuit, no tienes poder sobre la cuenta de Dorsey, no tienes ni siquiera un póster del tuit en cuestión. 

Un NFT es básicamente una unidad de datos, escrita en un registro descentralizado público (una blockchain, como Ethereum), en donde cada creador ha definido qué representa y qué derechos confiere. 

Los NFTs están escritos con software (llamado smart contracts) que ejecuta acciones como las de verificar la propiedad y manejar la transferencia. Por eso aunque no tengas ni una copia en papel del tuit de Dorsey tienes algo más permanente y que cualquiera puede verificar para siempre: una inscripción en la blockchain que dice que eres el que lo has comprado.

Como todo smart contract, los NFTs pueden ser programados para incluir otras funcionalidades. Por ejemplo, podría estar escrito para que una porción determinada de las cantidades pagadas por cualquier venta subsiguiente del NFT se derive al propietario original, al creador. 

Que compres un NFT no significa que estés comprando derechos de autor sobre la obra. Significa más bien que estás comprando metadatos que te garantizan poder presumir de que los tienes, o más frecuentemente, la oportunidad de poder venderlos luego por más dinero. 

Los Cryptokitties, un juego basado en Ethereum para comprar y vender gatitos digitales que aparecieron en 2017, son citados frecuentemente como antecesores de los NFTs, pero antes de ellos existieron los Bitcoin Coloreados (Bitcoin Colored Coins), que son una serie de tokens marcados con información extra para darle un significado especial. 

Actualmente varias cadenas de bloques, como Binance, Tron o EOS, han desarrollado estándares más operativos que Bitcoin para utilizar NFT. El más popular es el implementado sobre la red Ethereum con base en el protocolo ERC-721.

Tokenizaciones

Sigamos por la T de NFT: los tokens. El token tiene diferentes características según si hablamos de ellos dentro del ámbito de la computación, la criptografía o la economía; y no tenemos una descripción legal de token como tal. 

De momento, tenemos la definición de criptoactivo que maneja el borrador del Reglamento MiCA, donde se define la figura como una representación digital de valor o derechos que se puede transferir y almacenar electrónicamente, mediante la tecnología de registro descentralizado (distribuido) o una tecnología similar. 

La versión en español del reglamento traduce «token» como «ficha», pero en opinión de Javier Maestre, abogado, esta definición no es del todo acertada. Por ejemplo, en el caso del protocolo Bitcoin, el token (bitcoin) no es algo que represente valor o derechos, es algo que tiene valor.

Desde una perspectiva más amplia, en informática la tokenización es el proceso de sustitución de un elemento de datos sensible por un equivalente no sensible, denominado token, que no tiene un significado o valor extrínseco o explotable. El token es una referencia, es decir, un identificador.

El término se populariza cuando se pone en conexión con tecnologías de registro distribuido, donde el token actúa como el elemento que es almacenado y distribuido en el seno del protocolo que consideremos. Y ese token puede «tener» valor (conferido por el mercado), como el caso de bitcoin, o representar un valor, como en el caso de las stablecoins, o un derecho, como el caso de los utility token, según detalla Maestre.

El valor de un NFT

Si no tengo un bien físico que mostrar o que tener colgado en el salón, ¿en qué consiste el valor de un NFT?

Jonathan Zittrain, profesor de derecho en Harvard, lo ilustró bien con el ejemplo de tener una tarjeta de baseball autografiada por un jugador histórico. Si quito la tarjeta y dejo la firma, eso sería el valor del NFT. 

¿Es sólo el valor del autógrafo, el valor que otorga un coleccionista? No siempre. Además de la propiedad del NFT en sí, su creador puede agregar condiciones o permisos o licencias sobre el token. 

Los Kings of Leon, por ejemplo, además de enviar una edición limitada de discos de vinilo a quienes compraran una de las series de sus NFTs, incluyen un “ticket de oro” con acceso a sus conciertos gratuitamente de por vida.

En el caso de Oliynykova, la tenista no vendió su brazo -como titularon varios medios literalmente- sino que generó un NFT para una sección del mismo, estableciendo los permisos que se compran con ese token.

Se puede utilizar un espacio de 15×8 cm en la piel de su brazo de por vida para poner un diseño artístico en forma de tatuaje o pintura corporal, o se puede dejar en blanco, y se puede revender a mayor precio cuando ella juegue en Wimbledon o Roland Garros. Oliynykova también establece ciertas condiciones con respecto a los contenidos de la ilustración que puede llevar ese tatuaje.

Otros creadores digitales simplemente venden el NFT, el derecho a decir que eres dueño de un NFT sobre una obra digital, como en el caso del tuit de Dorsey, sin más. Como el registro de una blockchain es público, cualquiera podría ver que es cierto lo que dices. 

Excepto que, por un lado, aún es tecnológicamente complicado para un usuario medio mirar esto, y por otro, casi siempre las definiciones de lo que representa el NFT y los derechos que confiere suelen encontrarse en gran medida fuera de la cadena o red en la que se desenvuelve, fuera del código informático que lo gobierna. 

Maestre advierte: “no hay reglas fijas, y por lo que veo, en la mayoría de las ocasiones no está claro qué es lo que se está comprando, más allá del token en sí”. 

Montse Guardia, directora de Alastria, ve un riesgo en “el desconocimiento sobre las tecnologías de la información, lo que puede hacer que la etiqueta de NFT realmente no se aplique a un elemento está siendo registrado e intercambiado y anotado con la criptografía que caracteriza una tecnología decentralizada”.

Un NFT no es la obra en sí, y tampoco es un certificado de autoría de la obra. Alguien podría generar un NFT sobre una obra de otra persona, como en la propuesta que hizo Zoe Scaman para castigar a los acosadores que envían fotos no solicitadas de sus penes a mujeres.

Scaman, fundadora de Bodacius, con la ayuda del dúo de Very Serious creó NFT the DP, una página web en la que dan instrucciones simples para que cualquier víctima pueda generar un NFT de la fotopene, y dejarla subida a la blockchain con el nombre del artista hasta que éste pague por comprarla (y destruirla). 

Usar NFTs contra las dickpics es un uso muy creativo justamente porque al artista nunca se le ocurrirá reclamar ante la justicia. Pero según la ley podría hacerlo: la generación de tokens sobre una obra entra dentro de la modalidad de explotación de esa obra, y el autor puede denunciar a quien ha hecho un NFT de la suya sin permiso. Especialmente si se hace con ánimo de lucro, asegura Maestre.

La oportunidad de los creadores digitales

He usado un ejemplo provocador para llegar al tema de los derechos, pero desnudos aparte, en la posibilidad real de ganar dinero con las obras digitales radica la revolución que traen los NFTs al mundo de la creación cultural y artística.

Con la popularización de internet, los creadores de contenido y productos digitales llevan años viendo cómo que la facilidad con la que se esparcen sus obras en la red no es la misma que para generar rédito económico de esas producciones. 

Internet ha pulverizado las fronteras de lo físico, e hizo que cualquier archivo digital fuese idéntico a su copia. Muros de pago, DRMs (Digital Rights Management o programas anticopia) y otros inventos para intentar cobrar por contenidos han intentado imponerse, lastrando en general la experiencia de uso de los navegantes. Pero la aparición de los NFTs podría cambiar eso. 

En primer lugar, -y llegamos a las NF de las siglas- porque los tokens son no-fungibles, es decir, no intercambiables entre sí. Lo que hace que los NFTs sean especiales es que cada uno representa algo único, lo que los distingue de criptomonedas como bitcoin, que son intercambiables. Guardia lo compara con un tatuaje único en la piel, que queda grabado para siempre: “tiene valor de permanencia en un mundo donde todo puede parecer efímero”. El blockchain permite poner una marca criptográfica de autenticidad en los bienes digitales y mantener un registro público y permanente de su propiedad.

Maestre dice que un NFT es “un criptoactivo diseñado por defecto, a diferencia de otros como el bitcoin, para que no sea intercambiable por otros tokens que usan la misma red o blockchain, circunstancia que posibilita su uso como herramienta de titulización”.

De esta manera, los bienes digitales pasan a ser bienes escasos, a tener escasez, lo que da valor a la obra de arte. Y además, una vez vendida, da igual que la obra se reproduzca digitalmente cientos de miles de veces, como el Nyan Cat, o se haga viral. Si es más conocida, quizás tenga más valor al revenderse. Un bien digital se puede programar con un NFT para que cada vez que se revenda, una comisión vaya al artista.

Yat Siu, director de Animoca Brands, explicó así en su Medium por qué se considera al NFT revolucionario en el mundo del arte y de la creación digital:

“Si compro un Picasso, tengo que ir a un museo o un coleccionista de arte que me certifique, que me dé un documento de su autenticidad. La pintura sin el certificado no vale lo mismo porque no sabemos si es verdadera. Podría ser falsa. Sólo con el certificado es valiosa. El blockchain certifica automáticamente cualquier cosa que ocurra dentro de sí mismo, cada vez que hacemos algo digital obtenemos un certificado, por lo que puedes hacerlo masivamente”. 

De esta manera, “si un ítem no ofrece la capacidad de generar ganancia para su dueño o no tiene alguna forma de utilidad para el usuario final, entonces su valor se basa en su autenticidad probada y/o en su escasez. Y eso es por lo que los NFT son revolucionarios. Hasta su invención, no había manera de probar la autenticidad de una imagen o bien digital. La blockchain es inmutable, no hay espacio para falsificaciones y nadie puede hacer copias sin que sea muy obvio que la copia no es el original”. 

Glosario mínimo 

Blockchain o cadena de bloques: la tecnología detrás de bitcoin, consistente en una lista de bloques validados y enlazados con criptografía, cada uno conectado con su precedente hasta el bloque génesis.

Criptoactivo: medio digital de intercambio que utiliza criptografía fuerte para asegurar las transacciones, controlar la creación de unidades adicionales y verificar la transferencia de activos usando tecnologías de registro distribuido.

Token: representación digital de valor o derechos que se puede transferir y almacenar electrónicamente, mediante la tecnología de registro descentralizado (distribuido) o una tecnología similar

Smart contract: Software que facilita, asegura, hace cumplir y ejecuta acuerdos registrados entre dos o más partes.

Stablecoins: O monedas estables, son criptomonedas creadas con el fin de mantener un precio con poca variación en el mercado, asociadas a monedas fíat (como el dólar o el euro). Ejemplos: Tether o DAI.

Smart contract: Software que facilita, asegura, hace cumplir y ejecuta acuerdos registrados entre dos o más partes.

Utility token: Tipo especial de token que consiste en un resguardo de participación en las ventas masivas para reunir capital en un proyecto

Fuentes