Desde el pasado lunes 17 de julio, España sufre su tercera ola de calor desde que comenzó el verano, con una previsión de máximas de entre 42 y 44 grados centígrados en diferentes puntos de España durante el día y mínimas que no bajan de los 20 o incluso 25 grados por la noche. Estas temperaturas se ven acentuadas en las grandes ciudades que se encuentran bajo el efecto ‘isla de calor urbana’ y se enfrentan a un aumento de hasta entre 8 y 10 grados frente a la periferia y zonas rurales.
¿Qué son las islas de calor urbanas?
La Agencia Estatal de Protección Medioambiental de EEUU (EPA, por sus siglas en inglés), define el efecto de isla de calor urbana como un fenómeno que ocurre en “áreas urbanizadas que experimentan temperaturas más altas que las áreas periféricas circundantes” a causa de la actividad humana.
- Esto se produce principalmente por la acumulación en un mismo lugar de numerosas estructuras como edificios o carreteras, que absorben el calor durante el día y lo emiten por la noche, algo que no ocurre en zonas donde predomina la vegetación.
Así, según la EPA, las ciudades donde este tipo de estructuras urbanas “están altamente concentradas y la vegetación es limitada, se convierten en ‘islas’ de temperaturas más altas” en comparación con zonas más periféricas o rurales.
Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Metereología (Aemet), explica a Newtral.es que esta diferencia de temperatura que puede darse “depende mucho de la configuración del entorno urbano que genera la isla de calor, de las propias zonas rurales, de la época del año y de la situación atmosférica” pero, en casos extremos, “puede llegar a provocar una diferencia de temperatura de entre 8 y 10 grados, especialmente en las temperaturas que se dan durante la madrugada, en las mínimas”. “Este fenómeno puede ocurrir en cualquier época del año, cuando se dé una situación anticiclónica que genera tiempo estable”, añade Del Campo.
Respecto a los núcleos urbanos de España en los que es más frecuente que se dé este efecto de isla de calor, del Campo señala que, en general, sucede en grandes ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, pero también se puede dar en otras de “menor tamaño como Pamplona, Valladolid o Zaragoza”.
Principales factores que dan lugar a una isla de calor urbana
Hay varias causas que contribuyen a generar islas de calor urbanas y a elevar la temperatura en las ciudades. La EPA enumera, entre los factores más importantes:
- Escasez de vegetación y zonas verdes: Las ciudades generalmente carecen de suficientes zonas verdes con árboles, plantas y agua, elementos que contribuyen a enfriar el aire y proporcionar sombras que eviten el calentamiento del asfalto o edificios.
- Exceso de estructuras urbanas: Los elementos que predominan en las ciudades, como pavimentos, ladrillos o techados retienen el calor durante el día y lo expulsan por la noche, generando el aumento de las temperaturas en estos núcleos. Además, los edificios de grandes dimensiones bloquean el paso del viento, convirtiéndose en masas térmicas de calor.
- Contaminación atmosférica: Causada por fábricas, vehículos, aires acondicionados y, en general, la actividad humana.
Consecuencias que produce este efecto en las ciudades
La formación de islas de calor en las diferentes ciudades y zonas urbanas trae consigo una serie de consecuencias para el medio ambiente y para la calidad de vida de las personas que residen en ellas. En este sentido, la EPA menciona, entre otras, las siguientes:
- Mayor consumo de energía: Al aumentar la temperatura, crece entre la población la demanda de energía para el uso de aires acondicionados, lo que provoca un mayor consumo y gasto en electricidad.
- Mayor contaminación atmosférica: Con el aumento de la demanda de electricidad, también lo hace el consumo de combustibles fósiles que emiten gases contaminantes del aire.
- Impacto en la salud de las personas: Las altas temperaturas pueden afectar a la salud de los habitantes de una ciudad que sufre el efecto de isla de calor, pudiendo provocar malestar general, deshidratación o incluso golpes de calor.
Respecto a esta última consecuencia, Del Campo señala que “cuando tenemos temperaturas más elevadas por la noche se dificulta el descanso nocturno”, lo que para “personas con patologías previas puede generar repercusiones en su salud”.
Medidas para evitar la formación de islas de calor urbanas
Como medidas para paliar las islas de calor urbanas, el portavoz de la Aemet refiere que “lo aconsejable es implantar más zonas verdes en las ciudades”, porque “aparte de tener un efecto de sombreamiento que evita que las superficies se calienten tanto, favorecen la evaporación y, por tanto, dan un mayor refrescamiento”.
Por otro lado, indica que a la hora de construir los edificios, “se deberían tener en cuenta las brisas predominantes para favorecer una mayor ventilación” en las ciudades y así evitar que se formen estas islas de calor.
- Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)
- Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet)
- Agencia Estatal de Protección Medioambiental de EEUU (EPA)