Sin móvil ni reloj: así es Effetá, el retiro espiritual confidencial de jóvenes cristianos y con precios de entre 90 y 140 euros

qué es EFFETÁ
Foto: Shutterstock
Tiempo de lectura: 8 min

“Effetá significa ‘ábrete’ en hebreo. Tiene ese nombre porque es una forma de decir que hay que ‘abrir el corazón’”, explica Marta, una joven de 24 años que participa en este tipo de retiros católicos. De abrir el corazón a nuevas experiencias consiste este retiro espiritual, pero también a lo que pueda venir después de él. Recientemente comenzaron a circular vídeos en redes sociales de grupos de jóvenes que pertenecen a un grupo de este retiro y que acudieron al Valle de los Caídos a cantar la canción de Madre Tierra de Chayanne.

Publicidad

Effetá es un retiro espiritual que se celebra dos fines de semana al año, desde el viernes hasta el domingo, organizado por jóvenes de entre 18 a 30 años para otros jóvenes de ese mismo rango de edad. Cualquiera puede participar, incluso las personas ateas, agnósticas o de otras religiones que no sean la católica, ya que todas las actividades que se desarrollan durante el fin de semana son voluntarias. “Nadie está obligado a hacer nada que no quiera hacer, pero obviamente se anima a la gente a que participe en las actividades que se organizan”, asegura Marta.

No obstante, poco se sabe de estas actividades, ya que la organización de estos retiros pide a sus participantes que no desvelen qué se hace exactamente bajo el pretexto de que así las personas que vengan detrás de ellos puedan disfrutar de la experiencia completa.

Effetá es un retiro espiritual católico marcado por la confidencialidad que se exige a los participantes

Si hay algo llamativo de Effetá es lo poco que se sabe de lo que sucede en el retiro en sí y los detalles de la experiencia. Se conoce que los jóvenes que quieran participar deben reservar un fin de semana, ya sea en primavera u otoño, e ir a una convivencia con otros participantes de más o menos su edad en una casa “espiritual”, define Marta. “Se trata de ir a una casa que pertenece a la Iglesia católica”, asegura la joven de 24 años. En ella especifica que hay una capilla, ya que, al ser un retiro religioso, hay momentos de culto, aunque “no son obligatorios”. De hecho, asegura que es posible “participar como observador o hacer otras cosas mientras”.

Esta joven describe esta experiencia como algo muy personal, en la que se está “en contacto con Dios” pero también con uno mismo y en la que se comparten muchas cosas íntimas con los demás participantes. De ahí la confidencialidad.

Bernardo Hernández, coordinador de Effetá en Salamanca, explica que la confidencialidad nace de que es una experiencia “personal e importante”. “Es como si quieres ir al cine a ver una película pero te cuentan el final antes de verla, no vas de la misma manera”, asegura.

Publicidad

Marta expresa que no es solo una cuestión de “no contar lo que se hace durante Effetá, sino también de lo que se cuenta” durante el retiro. El misterio de por qué no se puede decir qué sucede en el fin de semana “se va entendiendo a medida que se vive”, asegura. “Si vas con prejuicios o una idea preconcebida de lo que va a pasar, le quita naturalidad y espontaneidad a tus reacciones”.

Además, para evitar que se difunda lo que se hace o lo que se organiza, las personas deben entregar el primer día su teléfono móvil y su reloj, en el caso de que lleven, a la entrada de Effetá, algo que hace que no tengan noción del paso del tiempo. Estos objetos se devuelven el domingo, una vez el retiro termina.

Caminantes, servidores y coordinadores: los pasos de los participantes de Effetá

Aunque, según lo describen Marta y Bernardo, Effetá no buscaría ser jerárquico ni establecer diferencias entre las personas que participan, sí que existen tres estratos organizativos: los caminantes, los servidores y los coordinadores.

Las personas que hacen su primer retiro de Effetá son los caminantes, mientras que después de terminarlo pasan a ser servidores. “Al ser servidor empiezas a tener labores más organizativas, pero solo si quieres, son voluntarias”, explica Marta, que añade que dentro de los servidores hay gente más veterana que otra. No es lo mismo la persona que acaba de hacer su primer retiro que la que lo hizo hace dos años y medio.

Y dentro del grupo de servidores están los coordinadores, un grupo de unas tres o cuatro personas, según la parroquia a la que ese retiro de Effetá esté asociado, que se encarga de gestionar qué debe organizar cada servidor o qué se necesita para las actividades del próximo retiro. Bernardo Hernández, explica que en el caso de Salamanca, la coordinación está compuesta por dos servidores más adultos, y otros dos más jóvenes. Estos van rotando cada tres retiros, es decir, cada año y medio, y cuando dejan el puesto de coordinador proponen a alguien para que les sustituya, que puede aceptar o no.

Publicidad

Además, los coordinadores no solo organizan los retiros de Effetá, también las reuniones posteriores.

Effetá no termina en el retiro espiritual, hay reuniones posteriores

Effetá no concluye una vez termina el fin de semana, ya que después del retiro se fija con la parroquia un día a la semana para que los jóvenes que hayan participado puedan reunirse a comentar la experiencia y otras cuestiones de su vida. Tal y como explica Bernardo, “estas reuniones funcionan como cualquier otro grupo de fe”.

“Los coordinadores pueden proponer temas para tratar en general, relacionados con la religión o no, en grupos más reducidos de personas, ya que podemos llegar a ser 40 o 50 personas en las reuniones”, explica Marta sobre su parroquia. Sobre esto, Bernardo diferencia a las personas que hacen los retiros “que pueden llegar a ser 80 personas entre caminantes y servidores”, de las que después acuden a las reuniones, que son menos, “como si fuera un grupo de amigos que se reúnen a tomar algo”, asegura. 

En estas reuniones también comentan las actividades desarrolladas en Effetá, cómo mejorarlas o cómo las vivieron, por lo que asegura que no tiene sentido que alguien vaya a las reuniones sin haber hecho antes Effetá ya que “se desvela todo”. 

Otros retiros, otro público: mayores de 30 años y menores de 18

Además de Effetá, existen otros retiros religiosos pero para personas mayores de 30, conocidos como Emaús, o para personas entre 15 y 16 años hasta los 18, llamados Bartimeo. “Cada retiro cuenta con su propia coordinación aunque pertenezcan a la misma parroquia”, explica Marta. 

Publicidad

La edad de los participantes no es la única diferencia. Mientras que Effetá y Bartimeo son mixtos, Emaús no lo es. Esto se debe, como explica Marta, a que si un matrimonio quiere hacer el retiro pueda hacerlo por separado, y cada uno tenga su espacio.

Bernardo asegura que es “difícil conocer el número de retiros de Effetá que puede haber en España ya que pueden existir tantos como parroquias al tener que estar asociados a una. Al igual que es complicado saber cuántas personas pueden haber participado en retiros, ya que cada uno es independiente del resto. Aunque podamos ponernos en contacto con otros Effetá de otros lugares de España, es difícil llegar a todo el mundo involucrado”.

En cualquier caso, ninguno de los tres es gratis. Aunque depende de la parroquia –ya que lo que se paga es el alojamiento, la comida y los materiales para las actividades, como ropa–, los precios para hacer Effetá están entre los 90 y 140 euros. Como explica Bernardo, “todas las personas que hacen el retiro tienen que pagarlo, sean caminantes, servidores o coordinadores”, y asegura que “no es común que sobre dinero, ya que se usa para cubrir los costes del retiro”.

Aun así, en el caso de que existan remanentes, ya sea porque una persona lo pague y al final no pueda acudir y no se compren los materiales, Bernardo afirma que “ese dinero puede usarse para becas de Effetá, es decir, para personas que tengan mucho interés en acudir pero que no pueda pagarse la totalidad del retiro, o solo puedan pagar una parte”. Sobre esto explica que “no hay necesidad de que esas personas muestren algo como la declaración de la renta para demostrarlo” ya que confían en conocer la situación de la persona que lo solicite. Después, la coordinación decide si se concede o no.

Sobre las cuentas de Effetá, Bernardo asegura que no son públicas, pero sí son accesibles a través de la parroquia. “Si hay alguna persona de la parroquia que quiera ver las cuentas, lo puede hacer, aunque el dinero que se pide sirve para cubrir gastos”.

Fuentes
  • Página web de Effetá
  • Marta, joven de 24 años que ha participado en Effetá
  • Bernardo Hernández, coordinador de Effetá en Salamanca

12 Comentarios

  • Me parece estupendo que la Iglesia caótica organice estos retiros para los jóvenes, en vez de estar en los bares o discotecas tomando copas, están en la Parroquia, sin móvil, sin reloj, es otra forma de ver la vida, meditar y conocer amigos con las mismas inquietudes

  • Yo hice el retiro hace muchos años, nos enviaron del colegio, formaba parte de la educación y lo recuerdo como algo bueno, me ayudaron a sincerarme conmigo misma entre otras cosas y sentí liberación de lo que me preocupaba entonces.

  • Lo que no se explica claramente en este texto es que Effetá y Emaús tienen todos los rasgos y características de una secta y por tanto son una secta. Como en todas las sectas, una vez metidos es muy complicado salir, debido a las técnica de manipulación y lavado de cerebro que utilizan. Quien tenga familiares o amigos implicados, debe saber que tarde o temprano intentarán captarle aprovechando su confianza.

    • Como van a ser sectas si pertenecen a la única iglesia de Dios, la iglesia católica. Todo lo que se hace en estos retiros está autorizado y supervisado por su respectivo párroco. No se hace nada sin la aprobación de las autoridades eclesiales, hermanito.

    • Está claro que tú no has ido a estos retiros. HAY LIBERTAD ABSOLUTA, tanto durante el retiro como, naturalmente despues para seguir en comunicación con las personas que allí se conocen. El libre albedrío es fundamental en estos grupos así como el respeto. Te recomiendo que hagas el retiro que corresponda con tu edad y después des tu opinión basada en tu experiencia y no en tus PRE-juicios. Un abrazo.

    • No hace falta creer en Dios (como es mi caso) para saber que lo que dices no es cierto. Te lo aseguro: es más fácil darse de baja de Effetá que de tu compañía de móvil. Tengo un hijo que igual que entró , salió.

  • Mientras menos se comente sobre detalles del retiro mejor. Tanto de detalles de inscripción como de organización. Puede dar lugar a interpretaciones erróneas. Un retiro, un Encuentro con El Señor!!!. Se puede decir más!!!!. Ya se encargarán los que lo experimentaron de con su actitud post retiro ante el día día, que los demás noten ese cambio que se produce. Son maravillosos!!!!. Un privilegio el vivir estos retiros !.

  • Mientras menos se comente sobre detalles del retiro mejor. Tanto de detalles de inscripción como de organización. Puede dar lugar a interpretaciones erróneas. Un retiro, un Encuentro con El Señor!!!. Se puede decir más!!!!. Ya se encargarán los que lo experimentaron de con su actitud post retiro ante el día día, que los demás noten ese cambio que se produce. Son maravillosos!!!!. Un privilegio el vivir estos retiros !.

  • Otros masones sacacuartos más. ¡Viva Jakim Boor!

  • El motivo por que que los jóvenes buscan este tipo de experiencias, es el mismo por el que se drogan, escalan montañas o van a conciertos: buscan experiencias emocionantes que den sentido a sus vidas.

  • Ánimo y adelante!! Estos encuentros dan luz y alegría a la vida, no es lo mismo antes y después. En ellos Dios manifiesta su Amor, los problemas y la vida son la misma después, pero la mirada sobre ello se ha vuelto positiva y llena de sentido.