Qué es una “autocracia electoral”, la definición del Parlamento Europeo para Hungría

autocracia electoral Hungría democracia
Foto: Aris Oikonomou (EFE)
Tiempo de lectura: 6 min

“Hungría ya no puede considerarse una democracia plena”. De esta manera sentencia el Parlamento Europeo al país de Víktor Orbán en una nota de prensa tras la votación del pasado 15 de septiembre en la que se evaluó el riesgo “de violación grave por parte de Hungría de los valores en los que se basa la Unión”. Los miembros de la Eurocámara consideraron que “la falta de una acción decisiva de la UE ha contribuido a la aparición de un régimen híbrido de ‘autocracia electoral’”.

Publicidad

Este sistema supone que, pese a que se celebran elecciones, no se siguen las normas o los estándares democráticos, como explican los expertos consultados por Newtral.es y definieron los eurodiputados, quienes ponen el foco de atención en la problemática en torno a la independencia del poder judicial, la corrupción, la libertad de expresión o los derechos de las minorías, entre otros. 

El 19 de septiembre, el Parlamento volvió a insistir en que “la Comisión (Europea) no debe dejar que Hungría se salga con la suya” ya que “es hora de que Hungría cumpla sus promesas”.

La “autocracia electoral”, una simulación de la democracia 

Para el Parlamento Europeo la situación en Hungría “se ha deteriorado tanto que se ha convertido en una ‘autocracia electoral’”, diferenciando al país del resto de democracias europeas. En declaraciones a Newtral.es, José Ángel López, profesor de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, define este tipo de regímenes electorales como “un sistema formalmente electoral, ya que aparentemente se celebran elecciones, pero sin plenas garantías”. 

Por su parte, Víctor Renobell, coordinador del Grado Ciencias Políticas y Gestión Pública de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), considera que la Eurocámara utiliza este concepto como un eufemismo para evitar utilizar el término dictaduras. 

Renobell sitúa el origen de este término al periodo posterior a la Segunda Guerra Mundial para explicar su definición. En esta etapa, se asentaron las democracias y, con ellas, el capitalismo. Los países querían expandir su economía, vender sus productos en el mercado capitalista, por lo que “tienen que simular un sistema político acorde a lo que se solicita en los organismos internacionales”: los cánones democráticos. “Hasta Rusia o China, países donde parecía impensable, se fueron abriendo al capitalismo”, explica el profesor de la UNIR. 

Publicidad

Los Estados en los que no había democracia “se inventaron este pseudo régimen, más autoritario, pero con sistemas de representación en los que el pueblo sí puede elegir”, pero ¿a quién? Renobell recalca que, a diferencia de una democracia plena, “solo se puede votar sobre unos candidatos específicos, no está abierta a que cualquiera pueda participar. Tienen el poder unas personas o familias concretas”.

Los mecanismos de control

Las elecciones celebradas dentro de las “autocracia electoral” destacan por el control. Es decir, existe una sensación de democracia en cuanto a que los ciudadanos pueden votar y elegir a sus representantes, pero en realidad se vigila o bien a los candidatos o bien a los electores. 

“En algunos países, el poder lo tiene una persona o una familia, por ejemplo, y cualquiera que intenta estar en contra, le surgen problemas. Acaba en un sistema judicial corrupto que le acusa de delitos con los que puede terminar en la cárcel o cosas peores”, explica Renobell. Un ejemplo es el caso del opositor ruso Alexéi Navalni.  

No obstante, el profesor de la UNIR señala que el fraude electoral “está mejor resuelto” gracias a la presencia de organismos internacionales que controlan el proceso. “Se cumplen los cánones democráticos porque ya lo han cortado por arriba, es decir, las personas elegibles son pocas”, añade Renobell.

En algunos países como Venezuela “el propio poder a veces se corrompe: hay unas elecciones en las que puede haber más candidatos y oposición, por lo que necesitan más ese control en el proceso electoral”. En este caso, se abre más en cuanto a candidatos, pero se cierra en las votaciones. 

Publicidad

No obstante, el experto matiza que en cualquier país se intenta tener control sobre quién se presenta o de los resultados a través de técnicas de marketing, incluso los países democráticos plenos. “Hemos visto en Estados Unidos hace dos elecciones, el caso de Donald Trump donde se intentó manipular en cierta medida las elecciones a partir de estrategias de marketing, de unos datos conseguidos que en teoría no eran posibles para esa finalidad, pero sí para otras” 

Las técnicas de control se han innovado y el marketing es una de las herramientas que ha ido mejorando. Aun así, en los estados democráticos, “las leyes van midiendo si determinadas acciones se pueden hacer o no”.  

Arabia Saudí, Rusia o China, algunos ejemplos de “autocracia electoral”

Pese a la declaración del Parlamento Europeo, Hungría no sería el primer país en entrar dentro de la categoría de pseudodemocracia. Los expertos citan países como Rusia o China para ejemplificar las “autocracia electoral”, pero también los Estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

“Los países que buscan exportar petróleo, como los de la OPEP, en su mayoría son sistemas en los que, para poder obtener su cuota de mercado y exportar materias primas, necesitan esa simulación de un régimen democrático para participar en los organismos internacionales”, apunta Renobell, que destaca Estados como Qatar o Arabia Saudí, entre otros.

Es el caso también de Rusia o China que, incluso en algunos organismos tienen derecho a veto, como en el Consejo de Seguridad de la ONU. El experto también señala a la mayoría de países de América del Sur para explicar cómo han ido evolucionando por este sistema, mientras que algunos se han ido democratizando, otros no. 

Publicidad