Detrás de la red

El puente de los “espías” 2.0

Alcasec hacker
Imagen de archivo de un 'hacker' | Shutterstock
Tiempo de lectura: 5 min

Me gustó la película protagonizada por Tom Hanks que aquí llamamos El puente de los espías. En ella, sin hacer spoilers, Hanks interpreta a un abogado de Estados Unidos que defiende a un acusado de espionaje durante la Guerra Fría y cuenta el proceso que se desarrolla para hacer un intercambio de prisioneros.

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Sin embargo, el argumento no me sorprende. Hay otras historias tan reales como la narrada en la película con los ingredientes suficientes como para filmarla. E incluso en alguna de estas historias el final no está escrito. Déjenme que les cuente una.

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Aleksei Burkov, a sus 31 años, hizo carrera en la red. Una carrera que le condujo a una prisión en Estados Unidos, donde le condenaron a 9 años de prisión. Se dedicaba a la fabricación y venta de tarjetas de crédito falsificadas y a traficar con datos bancarios. Un cracker malo, no lo confundan con un hacker.

Pero a él le iba bien en el negocio del cibercrimen. Administraba un foro de intercambio de datos de tarjetas robadas llamado CardPlanet y una comunidad mucho más privada solo para ciberdelincuentes rusos. Una especie de cofradía donde solo a través de una invitación estos delincuentes confraternizaban y preparaban sus golpes. Se llama DirectConnection.

La versión de ‘El puente de los espías’ del cibercrimen

Se trataba de un foro tan elitista que solo se podía acceder a través del pago de 5.000 dólares y siempre tenía que tener el aval de tres de los integrantes, que responderían por las acciones del nuevo invitado. La red de influencia que tejió Aleksei le llevó a ser uno de los ciberdelincuentes mejor relacionados.

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Empezó un caso de extradición tan controvertido que duró 4 años y provocó una crisis entre países de las que no salen en los periódicos normalmente: Estados Unidos, Israel y Rusia

En 2013 su suerte cambió y las autoridades de Estados Unidos se fijaron en él. Tamaño negocio no podía consentirse ni pasar desapercibido. En 2015 fue detenido en Israel, donde pasaba unas vacaciones a todo lujo. O quizás realizaba algunas labores en ese país, donde es habitual encontrar a hackers y crackers rusos.

Por supuesto, las autoridades rusas pidieron la extradición de su ciudadano ejemplar inmediatamente, acusándolo de los mismos delitos en ese preciso momento y basándose en que debía ser juzgado primero en su país de origen. Les dejo a ustedes la opción de juzgar las intenciones de esa operación desarrollada por una persona tan bien relacionada y con un entorno como en el que se movía. Por supuesto, Estados Unidos dijo que no e Israel, donde se encontraba detenido, no lo iba a dejar ir gratis.

Una crisis diplomática alrededor de Aleksis Burkov

Y empezó un caso de extradición tan controvertido que duró 4 años y provocó una crisis entre países de las que no salen en los periódicos normalmente: Estados Unidos, Israel y Rusia.

Tantos fueron los esfuerzos de unos en negarse y otros en exigir que Aleksei volviera a Rusia que en 2017 Israel acusó al país que gobierna Vladimir Putin de detener con falsas acusaciones a uno de sus ciudadanos en el aeropuerto de Moscú, simplemente para poder intercambiarlo por el nuevo detenido. Es lo que se conoció como el “Naama Issachar affair”.

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Sin embargo, Israel fue más atento con las peticiones de Estados Unidos que con las rusas. Visto el interés de la Casa Blanca por el ruso, Israel extraditó a Aleksei Burkov en 2019. En enero de 2020 fue declarado culpable y en junio, condenado en Estados Unidos a nueve años de prisión.

Mientras tanto, un ex marine que estaba en Rusia para los festejos de celebración de la boda de un amigo (no me miren, la historia es así) desaparece de su hotel un 31 de diciembre de 2018. Tres días más tarde, el hermano gemelo de Paul Whelan denuncia que las autoridades rusas le han detenido. 

Y tres años después, Paul es condenado en un juicio por espionaje que dura exactamente un minuto y 20 segundos. La historia de los vínculos entre Whelan y Rusia es totalmente opuesta a la de Aleksei Burkov y Estados Unidos. Hablamos de un capítulo que podría haber sido parte de una novela de Graham Greene o de un episodio de Mr. Bean. Desde luego, no es un hacker.

En estos días, es sorprendente —en realidad, no tanto—, que Estados Unidos haya extraditado al señor Burkov a Rusia, quien fue detenido en el mismo aeropuerto. ¿Cuál es la razón? Bueno, quizás, solo quizás, algo tenga que ver que las autoridades rusas mantengan detenido al exmarine Paul Whelan, o alguien similar.

Y quizás, solo quizás, veamos una nueva versión de El puente de los espías.

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¿Quién sabe?