Difícilmente una pandemia para la que nadie estaba preparado puede hacer que un líder dispare sus niveles de popularidad a escala internacional. Una líder, en este caso: la primera ministra más joven de la historia de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, cuyo manejo de las redes, la empatía y su gestión temprana del coronavirus con medidas contundentes han llevado a ganar más de 12 puntos de popularidad desde el inicio de su mandato en 2017 hasta las vísperas de las elecciones de 2020.
- En concreto, el agosto llegó hasta una aceptación de su gobierno que va “en el buen camino” del 71% de neozelandeses, según la consultora Roy Morgan.
Ahora, Ardern y el Partido Laborista buscan la reelección como líderes en intención de voto a las elecciones del 17 de octubre, aplazadas desde el 19 de septiembre por un rebrote (de cuatro contagios) tras 102 días libres de coronavirus en Auckland, la ciudad más poblada del país.
Lo más importante
El aplazamiento electoral anunciado en agosto llegó cuando los laboristas dominaban en las encuestas. Los socios de Gobierno de Ardern, los populistas de Nueva Zelanda Primero y los Verdes, presionaron para que la primera ministra postergara la cita, lo que se traduce en un mes más de campaña.
- Su principal rival es otra mujer, Judith Collins, representante del opositor Partido Nacional, quien acogió con optimismo el retraso de un mes de las elecciones “para que los políticos de todos los partidos tuvieran una oportunidad razonable de presentar sus políticas”.
- La cuestión principal es si podrá gobernar en solitario en esta ocasión en los próximos tres años, que es lo que duran los mandatos en Nueva Zelanda. Un tiempo en el que la primera ministra es consciente de que tendrá que afrontar la reconstrucción del país tras la crisis del coronavirus. En 2017, obtuvo 46 escaños de un total de 120 de la cámara, sumados a los 9 de Nueva Zelanda Primero y los 8 de los Verdes; frente a los 56 escaños del Partido Nacional.
- El mismo día de las elecciones, el 17 de octubre, los neozelandeses podrán votar en sendos referendos sobre la legalización de la marihuana y la eutanasia.

¿Cuál es el contexto?
Ardern llegó al poder en 2017, con 37 años de edad y recién nombrada como secretaria del Partido Laborista, tras 9 años de gobierno conservador, y estrenó un Gobierno de coalición gracias a la alianza con los partidos Verde y Nueva Zelanda Primero. Desde el principio se ha definido como una política feminista, socialdemócrata, progresista y republicana.
- Su primer hito fue la gestión del tiroteo en 2019 de un supremacista blanco contra dos mezquitas en la ciudad de Christchurch, en la isla sur, donde fueron asesinadas 51 personas y varias decenas quedaron heridas. Ofreció un mensaje de unidad y justo después, prohibió la venta de la mayoría de armas automáticas y semiautomáticas.
- En la gestión del coronavirus fue calificada como rápida y eficiente: cerró el país con menos de un centenar de contagios en un confinamiento estricto, con un sistema de alertas, rastreo de contactos y test de diagnósticos. En un país aislado con 5 millones de personas, los contagios superan los 1.815 y se han registrado 25 muertes.
- Algunas propuestas electorales: suministro de energías renovables al 100% para 2030, declarar el año nuevo maorí como fiesta nacional y no volver a subir impuestos si es reelegida después de la subida al 39% sobre ingresos superiores a 180.000 dólares anunciada esta semana por los laboristas para hacer frente a la crisis económica desatada por el Covid-19.
¿Qué hay que tener en cuenta?
- Los apoyos hacia Ardern siguen a la baja en las encuestas. A finales de julio, el sondeo de Newshub-Reid Research garantizaba la mayoría absoluta del Partido Laborista con un 60,9% de la intención de voto, mientras que el Nacional se hundía hasta el 25%. Una encuesta interna del 10 de septiembre filtrada por UMR y citada en el New Zealand Herald rebajaba el apoyo a los laboristas a un 52% y concedía un 29% a los nacionales. Y sigue: una encuesta del 22 de septiembre recorta el margen favorable a Ardern hasta el 48% frente al 31% para Collins. Aún así, el margen continúa siendo amplio.
- La participación electoral en Nueva Zelanda sigue una tendencia a la baja desde 2005, con cierto repunte en 2014 y 2017; pero los desafíos que plantea 2020 abren la posibilidad a que baje del 70%, como apunta un análisis en The Guardian.
- Sus críticos reprochan que no haya cumplido en su totalidad el programa de la legislatura que termina, sobre todo en lo relativo al problema de la vivienda. Por otro lado, eliminó el aborto de la Ley de Delitos, apoyó el matrimonio homosexual y extendió el permiso parental.
#Fact
Dejamos para el final la retahíla de momentos virales que han llevado a Nueva Zelanda a las portadas de medio mundo y a hablar, desde hace tres años, de la ‘Jacindamanía’. Además de ser la segunda dirigente del mundo en ser madre durante su mandato, Ardern tomó una licencia de maternidad de seis meses y acudió con su bebé a la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York, se conecta en Facebook Live desde su casa cada noche, vivió un terremoto en una entrevista en vivo con calma y una sonrisa en la boca y recortó su sueldo, el de los ministros y altos funcionarios en un 20% por seis meses en medio del impacto económico de la pandemia.
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