El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha sido absuelto por segunda vez en el segundo juicio político por el Senado de Estados Unidos. Se trata del segundo impeachment que afrontaba y el primero contra un mandatario que ya no estaba en el cargo, y no ha tardado ni una semana en resolverse. Un proceso exprés, sin testigos y con una alta carga emocional.
Con tan solo un año y ocho días de diferencia, Trump se libraba de una condena política. El 5 de febrero de 2020, la Cámara Alta estadounidense le absolvió de los cargos de abuso de poder y obstrucción del Congreso, en el marco de la trama de las presiones a Ucrania para frenar la carrera del hoy presidente, Joe Biden.
Esta vez, Trump había sido acusado de “incitar una insurrección”, en alusión al discurso que pronunció ante sus seguidores unas horas antes del asalto al Capitolio del pasado día 6 de enero. Trump envió mensajes en los que rechazaba los resultados electorales y animaba a sus seguidores a “luchar como el demonio” para impedir su certificación en el Congreso.
- Además de Trump, también los expresidentes Andrew Johnson (1868) y Bill Clinton (1998) fueron absueltos en el Senado en sus respectivos procesos. Richard Nixon dimitió antes de que empezara el juicio en su contra por el Watergate.
Lo más importante
Lo que estaba en juego, con Trump fuera de la Casa Blanca, era una posible inhabilitación a futuro para ejercer un cargo federal mediante una moción posterior a la condena. Sin embargo, un Senado de apretada mayoría demócrata falló por 57 votos a favor de la condena y 43 en contra, cuando para lograr una acusación a Trump era necesario el voto favorable de dos tercios del Senado, esto es: que 67 de los 100 senadores respaldaran la decisión.
Desde su conformación el pasado 20 de enero, la Cámara Alta estadounidense está dividida en dos bloques de 50 senadores de cada partido. Por lo tanto, para salir adelante, al menos 17 republicanos debían votar junto a la bancada demócrata contra Trump, pero solo 7 acabaron haciéndolo.
- La votación al principio del proceso sobre la constitucionalidad del segundo impeachment contra Trump por 56 a favor —6 de ellos republicanos— y 44 en contra requería solo una mayoría simple. Sin embargo, daba muchas pistas del que podía ser el resultado final, por encima del rechazo suscitado por las imágenes violentas del asalto, que revelaron el riesgo que afrontó el exvicepresidente de Trump, Mike Pence, el 6 de febrero.
¿Cuál es el contexto?
En las primeras tres sesiones, los representantes de la Cámara que actúan como gestores del juicio político y por lo tanto como fiscales, presentaron sus argumentos orales y exhibieron imágenes inéditas del asalto al Capitolio recogidas por las cámaras de seguridad. Una exposición cargada declaraciones emocionales que insistían en el riesgo que afrontaron los legisladores el 6 de enero y en la posibilidad de que vuelva a pasar lo mismo si Trump siguiera en activo en el futuro.
Como muestra del tono de la segunda sesión, el congresista demócrata Jamie Raskin afirmó que Trump cambió el 6 de enero “su papel de comandante en jefe y se convirtió en incitador en jefe de una peligrosa insurrección”. Y mientras, ¿qué se sabe de Trump y de Biden?
- Trump no parecía estar muy satisfecho con la defensa de sus abogados el primer día de juicio, según informó la CNN. Sin embargo, al conocer su absolución avisó en un comunicado de que su movimiento para «hacer a EE.UU. grande de nuevo» (Make America great again) solo «acaba de empezar».
- Biden se mantuvo centrado en su agenda y procuró mantenerse alejado del impeachment. No obstante, tras el tercer día, Biden dijo desde el Despacho Oval: “Creo que algunos (senadores republicanos) pueden haber cambiado de opinión” tras conocer las pruebas nuevas. No fueron suficientes.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Este juicio político que echaba andar en el primer mes de gestión de Biden en la Casa Blanca da muchas pistas sobre el funcionamiento parlamentario de esta nueva era.
Ni los demócratas ni los republicanos estaban a favor de un juicio lento y reposado, puesto que los primeros querían centrarse en la agenda de Biden en el Legislativo y los segundos querían pasar página. Así que la clave siempre estuvo en si se llamaría o no a declarar a testigos.
El sábado por la mañana, de forma inesperada, el Senado dio luz verde a una iniciativa demócrata para citar testigos, por una mayoría simple de 55 senadores. Esta decisión respondía a una información revelada por la legisladora republicana moderada Jaime Herrera Beutler horas antes sobre una llamada del líder de la minoría republicana, Kevin McCarthy, a Trump el día del asalto para pedir ayuda. «Bueno, Kevin, me parece que esta gente está más enfadada por las elecciones que tú».
Horas más tarde, los demócratas que actuaban como fiscales en el juicio político recularon tras llegar a un acuerdo con la defensa de Trump.
#Fact
Trump lleva más de un mes con su cuenta de Twitter bloqueada. Y es que la compañía evaluó el 8 de enero dos tuits publicados dos días después del asalto al Capitolio y consideró que estos “infringen la Política de glorificación de la violencia (de Twitter) y el usuario @realDonaldTrump debe ser suspendido de forma inmediata y permanente del servicio”.
El director financiero de Twitter, Ned Segal, ratificó esta semana en una entrevista en la CNBC que Trump está bloqueado para siempre. “Tal y como funcionan nuestras políticas, cuando te eliminan de la plataforma, quedas fuera, así seas un comentarista, un director financiero o un antiguo o actual funcionario público”, afirmó Segal.
0 Comentarios