A menos de dos semanas de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, el presidente de Estados Unidos y candidato republicano, Donald Trump, y el contrincante demócrata y exvicepresidente, Joe Biden, pelean intensivamente por un estado pendular que será determinante en sus respectivos caminos hacia la Casa Blanca: Michigan.
- Ningún estado conquistado por Trump en 2016 estuvo más disputado que el ‘Great Lakes State’. El magnate se lo llevó al bolsillo por tan solo 10.704 votos, o lo que es lo mismo, por el 0,2% de las papeletas.
- Para extender su mandato en Washington, el presidente republicano necesita defender su laurel en Michigan, un territorio que históricamente ha apoyado más a los demócratas que la mayoría de los estados del ‘Rust Belt’ (cinturón de óxido).
Lo más importante
El éxito de Trump en las pasadas elecciones desató un tsunami político al otro lado del Atlántico y puso fin a la racha de seis triunfos electorales consecutivos que el Partido Demócrata había encadenado en Michigan.
- En las presidenciales de 2016, el magnate logró una victoria en el estado de los Grandes Lagos con el 47,5% de los votos populares frente a los 47,3% de Hillary Clinton. Cuatro años antes, el expresidente Barack Obama doblegó a Mitt Romney por un 9,5%.
- Michigan cuenta con 16 votos electorales, al igual que Georgia. Es el octavo estado en número de sufragios en el Colegio Electoral, el organismo que determina al ganador de las presidenciales al concluir el escrutinio.
- En la campaña actual, Trump y sus aliados han invertido 15 millones de dólares en propaganda electoral (el sexto estado). Biden y su equipo, en cambio, han gastado más del doble: 33,8 millones (el cuarto).
¿Cuál es el contexto?
Michigan, otrora uno de los grandes pilares mundiales de la industria automotriz, ha experimentado una acuciante agitación económica desde la década de 1970 que resultó no solo en uno de los crecimientos de población más lentos del país –fue el único estado que perdió habitantes en el censo de 2010–, sino también en una pérdida significativa de votos electorales: de 21 en 1964 a 16 en 2012.
- La estrecha victoria de Trump en 2016 todavía persigue a los demócratas, aunque hay razones para creer que el llamado “muro azul” ha sido reconstruido. El triunfo electoral del magnate no generó el impulso necesario para trasladarse a los comicios legislativos de 2018: un torrente azul cambió el control de la Cámara de Representantes y redujo los márgenes en el Senado. En el estado norteño, los demócratas arrasaron con todos los cargos estatales ocupados por los republicanos.
- Biden y Trump mantienen una pugna por hacerse con el apoyo de la clase trabajadora blanca y, en especial, de los núcleos sindicales. Michigan posee un porcentaje mayor de ciudadanos sin títulos universitarios que la mayoría de los otros estados indecisos, un factor capital para el éxito republicano en 2016. Según distintos analistas, Trump ganaría la batalla si consigue agregar a su base a más votantes de las áreas industriales y rurales más antiguas.
- Por contra, a Biden le bastaría con llevarse Detroit –la ciudad más grande de Michigan– por márgenes como los que disfrutó Obama en 2008 y 2012. Incluso si esto último no sucede, una mayor participación de los habitantes suburbanos en el área metropolitana del ‘Motor City’ –miles de los cuales no votaron en 2016–, podría reportarle el trofeo al demócrata.
¿Qué hay que tener en cuenta?
Los sondeos de intención de voto popular en el estado de Michigan no son alentadores para el actual presidente. Biden lidera en casi todos los desgloses demográficos, en muchos casos por dos dígitos.
- Según el promedio de encuestas electorales de FiveThirtyEight del 25 de octubre, Biden se impondría en Michigan con el 50,6% de los votos populares frente a los 42,7% del mandatario republicano (7,9 puntos de diferencia).
- En las últimas semanas se han sucedido distintos acontecimientos políticos que han mermado a Trump en los sondeos, incluido el presunto intento de complot para secuestrar a la gobernadora demócrata, Gretchen Whitmer, y la negativa del presidente a condenar a los grupos de extrema derecha involucrados en el suceso.
- Según el director de encuestas de The Hill, Mark Penn, Trump tiene todavía “mucho terreno que recuperar en los estados clave del Medio Oeste”, mientras que Biden “está obteniendo mejores resultados con los votantes de los suburbios y con los mayores molestos por la gestión del coronavirus”.
#Fact
- El último republicano en ganar en Michigan antes del ‘efecto Trump’ fue el expresidente George H. W. Bush en 1988. En aquellos comicios, el que fuera director de la CIA con Gerald Ford se impuso al gobernador de Massachusetts y candidato demócrata, Michael Dukakis.
- La victoria de Bush sénior, que entonces ejercía de segundo en el Ejecutivo de Ronald Reagan, sirvió para alargar el mando republicano en la Casa Blanca por un tercer término. Sin embargo, supuso un punto y aparte de triunfos del Partido Republicano en el ‘Great Lakes State’, que no recuperaría hasta la irrupción de Trump en el siglo siguiente.
- Demografía de Michigan: 9,99 millones de habitantes. 74,7%, blancos; 14,1%, afroamericanos; 5,3%, latinos; 3,4%, asiáticos; 0,7% nativos americanos.