Por qué son tan importantes las elecciones legislativas en Estados Unidos

Senado de Estados Unidos | Mark Reinstein (Shutterstock)
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El 3 de noviembre no solo se elige presidente en Estados Unidos: también se celebran las elecciones legislativas, y en algunos estados, comicios estatales y locales. Es decir, además de decantarse por la continuidad con Donald Trump o por la alternancia con el demócrata Joe Biden, los estadounidenses también eligen a un tercio de los senadores y a los 435 miembros de la Cámara de Representantes.

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[Solo en América: Qué se vota en las elecciones de 2020 en Estados Unidos]

Las legislativas tienen lugar en Estados Unidos cada dos años; al inicio del ciclo coinciden con las presidenciales y a mitad de legislatura se convocan las ‘midterm elections’ (las últimas, de 2018). Así, los integrantes de la Cámara tienen mandatos de dos años y los senadores, de seis, pero en el caso de estos últimos, no se renuevan en bloque, sino que se cambia un tercio de representantes cada vez. En cualquier caso, el 3 de noviembre se definirá qué partido lidera las cámaras hasta 2022.

Lo más importante

En el caso de los comicios legislativos, es el voto directo de los ciudadanos de un estado el que realmente decide quiénes son sus representantes en la Cámara y en el Senado, a diferencia de las elecciones presidenciales, que cuentan con la intervención del Colegio Electoral.

  • En este momento, el Partido Demócrata cuenta con una mayoría de 232 de 435 miembros en la Cámara de Representantes, frente a 197 republicanos, 1 libertario y 5 vacantes. Cada 10 años, se renuevan las circunscripciones en función del censo, lo que ha dado en llamarse gerrymandering o la controvertida modificación de los mapas de los distritos electorales a conveniencia de un determinado partido que se hace desde el siglo XIX. 
  • Pero es en el Senado donde se libra este año una batalla decisiva. En este momento, el Partido Republicano lo controla por un margen ceñido de 53-47 y la demoscopia que veremos después, no garantiza su continuidad. Efectivamente, el bipartidismo se reparte 100 senadores, dos por estado para compensar en su representatividad a los territorios más pequeños con respecto a la Cámara baja.

¿Cuál es el contexto?

Según las 40.000 simulaciones del modelo de predicción de FiveThirtyEight, los de Biden tienen un 80% de oportunidades para ocupar entre 244 y 254 escaños de los 435 integrantes de la Cámara de Representantes. En el Senado, según la misma fuente, los demócratas tienen un 80% de posibilidades para tener entre 48 y 55 escaños.

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En 2020, de los 35 escaños que hay en juego en el Senado, 23 son republicanos y 12, demócratas. De acuerdo con The Cook Political Report, 10 estados hasta ahora demócratas tienen garantizado su puesto y otros 10 están asegurados también en el lado republicano, mientras que 7 están empatados entre ambas opciones. 

  • Los demócratas tienen entre sus principales objetivos en Maine, Carolina del Norte, Iowa, Carolina del Sur, Montana y Georgia.

El número de escaños adicionales que los demócratas necesitarían para tener una mayoría depende de quién gane la Casa Blanca, pues si se da un empate de 50 y 50, el único habilitado para romperlo es el vicepresidente, que ejerce como presidente del Senado. Así, si ganara Biden, los demócratas necesitarían tres escaños para controlar la mayoría de la Cámara Alta, mientras que si Trump revalida su puesto, el Partido Republicano tendría que hacerse con cuatro.

¿Qué hay que tener en cuenta?

A corto plazo, la composición del Senado será determinante en la votación de temas clave como la atención médica, la inmigración y el cambio climático. La Cámara Alta en Estados Unidos tiene la potestad de aprobar nuevas leyes, que para salir adelante deben contar con mayorías en ambas cámaras. También tiene la última palabra sobre nombramientos de los integrantes del gabinete presidencial, jueces del Supremo y tribunales federales y puede ejercer como jurado si el presidente es sometido a un juicio político o impeachment, como ocurrió con Trump el pasado mes de febrero a instancias de los demócratas.

Gobernar en Estados Unidos es un ejercicio complejo si no se cuenta con el aval de ambas cámaras; la Constitución y la ley limitan el poder de los mandatarios para asuntos como una declaración de guerra o la firma de asuntos comerciales. Por ejemplo, las elecciones del “midterm” de 2014 confirmaron la mayoría republicana tanto en la Cámara como en el Senado, el “premio gordo”. En consecuencia, el expresidente Barack Obama tuvo no pocas dificultades para sacar adelante reformas de calado sobre inmigración y salud pública.

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#Fact

Volvamos al principio de este artículo #PuntoxPunto: además de las presidenciales y las legislativas, el 3 de noviembre también se rediseña el mapa político de Estados Unidos con la renovación de 11 gobernadores. Indiana, Delaware, Missouri, Montana, Nueva Hampshire, Carolina del Norte, Dakota del Norte, Utah, Vermont, Washington y Virginia Occidental son los territorios en juego y hasta ahora, los demócratas controlan seis y los republicanos, cinco estados. Así, la boleta será diferente viva donde viva el electorado.

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