La exdiputada de Ciutadans Sonia Sierra afirmó el domingo 21 de febrero en una entrevista en La Alternativa de Tevecat (minuto 6:00) que en 2017, cuando se celebraron las anteriores elecciones al Parlament, la situación en Cataluña “era absolutamente dramática, de gente planteándose irse de Cataluña, de gente llorando… subió la venta de antidepresivos y de somníferos”.
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La declaración generó muchas reacciones en las redes sociales. Analizamos con expertos los datos de venta, consumo y diagnóstico de este tipo de fármacos en Cataluña, España y Europa para poner la declaración en contexto.
Un aumento paulatino desde 2004
El consumo de antidepresivos lleva años aumentando en Cataluña, pero ni en 2017 se experimentó un pico ni se puede atribuir directamente a la situación política del país. Víctor Pérez, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica, lo atribuye a tres causas: al hecho que en los años noventa se popularizaron lo que llama los “antidepresivos modernos”, que pueden recetar los médicos de atención primaria; al aumento de la población mayor que vive sola sin desearlo y a la mejora del diagnóstico en la infancia y la adolescencia.
A esto hay que sumarle, además, la crisis económica de 2009. Ahora, la pandemia del coronavirus ha vuelto a incrementar los diagnósticos.
Como se ve en los datos oficiales recogidos por la OCDE, el consumo de antidepresivos en España ha aumentado de forma paulatina desde que empezaron los registros en 1992 (en la pestaña de “pharmaceutical consumption” se pueden ver las cifras desde 2000). Este gráfico representa el volumen de fármacos consumidos por cada 1.000 habitantes, no el número de personas que los toman ni el número de personas diagnosticadas. Este aumento puede deberse tanto a un incremento de los pacientes como de las dosis o a una combinación de ambos factores.
La misma OCDE publica las cifras de ventas de antidepresivos (pestaña “sales”) que, en este caso, muestran una onda que oscila de otra forma: caídas entre 2010 y 2011 y subidas y bajadas a partir de entonces.
El análisis de los datos publicados por el Departament de Salut de la Generalitat permite ver un claro aumento desde los años 90, pero una subida más paulatina y oscilante a partir de 2010, en línea con la tendencia de España y del resto de países de la OCDE. Aunque la encuesta oficial de salud de Cataluña tiene resultados hasta 2020, solo aparecen estos datos sobre salud mental hasta 2016.
A nivel español, la Encuesta Nacional de Salud de 2017 muestra una curva similar en la mayoría de comunidades autónomas. Catalunya está por debajo de la media nacional, en novena posición, mientras que Asturias, Galicia o Canarias la superan.
Diferencias entre somníferos y antidepresivos
La depresión es un trastorno que no depende ni de la situación social ni del contexto personal de los pacientes, explica Enric Álvarez, director del servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Pau de Barcelona. “Es una enfermedad y aparece como una seta cuando toca. Alrededor del 15% de los catalanes tendrán como mínimo un episodio de depresión en su vida y, de ellos, el 65% sufrirán más de uno, por lo que una parte de estos pacientes tendrán que medicarse durante muchos años”, apunta. Esta prevalencia es uno de los factores de la venta de antidepresivos.
Por otro lado, están los trastornos adaptativos con síntomas depresivos o la ansiedad, estos sí dependen de elementos personales o sociales externos y también se pueden tratar con antidepresivos, aunque en dosis más bajas. “Se ha demostrado que pueden funcionar incluso mejor que los ansiolíticos para reducir la sensación de estrés”, explica el experto, porque los ansiolíticos (sobre todo las benzodiazepinas), que se utilizan para mejorar el sueño y la ansiedad en momentos puntuales, si se extienden en el tiempo, son más adictivos.
Este uso de los antidepresivos para tratar cuadros de ansiedad también puede generar el aumento más acentuado del consumo de uno y menos pronunciado del otro, como se observa en los datos del informe La Sanidad Española en cifras en 2018 del Círculo de la Sanidad, que señala que las sustancias hipnóticas y sedantes (ansiolíticos) han aumentado 2,89 puntos, en promedio, en España entre 2014 y 2016, y 9,37 entre 2012 y 2016, mientras que los antidepresivos lo hicieron en 6,16 puntos de 2014 a 2016 y 14,37 puntos de 2012 a 2016. El informe no sitúa Catalunya por encima de la media española en ninguno de los dos casos.
Crisis, intolerancia al dolor y nuevas generaciones
En estadística, correlación no siempre implica causalidad y no se pueden establecer como causa y consecuencia dos variables por el mero hecho de que coincidan en el tiempo, como explicamos hace un tiempo. Sin embargo, desde el punto de vista psiquiátrico, “las situaciones de estrés económico y social generan reacciones de ansiedad”, explica Jordi Obiols, catedrático de Psicopatología de la Universitat Autònoma de Barcelona. En este sentido, “el procés ha sido una prueba de estrés para toda la población”, apunta. Álvarez, que no hace referencia a lo que pasó, pero sí reflexiona sobre lo que puede pasar en una situación de crisis social añade que “desde un punto de vista puramente especulativo (…) es posible que en el momento del procés, cuando había una polarización muy acentuada y niveles de estrés muy altos, pero sobre todo en la situación de la pandemia, el consumo de ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina) aumente”.
“Cuando hay una crisis siempre hay un aumento de la sintomatología de ansiedad, un aumento de la sintomatología depresiva, de suicidio y de abuso de tóxicos. Cualquier crisis provoca un aumento de estos cuadros y eso provoca un aumento de la prescripción de fármacos”, coincide Víctor Pérez, aunque no considera que se pueda relacionar exclusivamente con el procés, sino más bien con la crisis económica del 2009 o situaciones más globales como la pandemia del coronavirus, que ha afectado a toda la población, y especialmente al personal sanitario y a las personas que han perdido un ser querido.
Sin embargo, recuerda que la expansión de los antidepresivos es más coyuntural y la relaciona con la popularización de estos fármacos en los 90, el crecimiento de la población mayor que vive sola sin desearlo y el mayor diagnóstico entre los menores.
“Generación a generación la depresión va aumentando las tasas en la población. Uno de cada diez enfermos que va al médico tiene depresión. Es la segunda causa de incapacidad y en 2030 será la primera. El aumento de antidepresivos no nos tendría que extrañar porque va en aumento la patología”, apunta. Finalmente, destaca la falta recursos en la asistencia psicoterapéutica hace que se priorice la medicación.
Ambos expertos citan también la menor tolerancia al dolor en la sociedad actual.
Las mujeres muestran un mayor consumo de antidepresivos
En los datos de consumo de antidepresivos (que también se recetan contra la ansiedad), las mujeres llegan a triplicar a los hombres. “Es una tendencia contundente desde hace siglos: las mujeres presentan el doble de depresión que los hombres. Hay muchas explicaciones y, probablemente, tengan que ver con el ritmo de vida que tienen que llevar en la sociedad occidental. El alcoholismo, por otro lado, funciona al revés, es el doble de frecuente en hombres que en mujeres. Seguramente sean los mismos síntomas: las mujeres seguramente buscan más ayuda y los hombres utilizan el alcohol”, explica Víctor Pérez.
En 2017, el 10,1% de las mujeres consumía este tipo de sustancias, frente al 4,1% de los hombres, según datos de la Generalitat.
El 22,7% de los hombres consume alcohol diariamente en 2017, frente al 7,3% de las mujeres.
Este artículo es fruto de la colaboración entre Verificat y Newtral.
Fuentes:
- Víctor Pérez, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona y presidente de la Sociedad Española de Psiquiatría Biológica
- Enric Álvarez, director del servicio de Psiquiatría del Hospital Sant Pau de Barcelona
- Jordi Obiols, catedrático de Psicopatología de la Universitat Autònoma de Barcelona
- Mercado farmacéutico, OCDE
- Encuesta oficial de salud de Catalunya
- Encuesta Nacional de Salud de 2017, INE
- Informe La Sanidad Española en cifras en 2018