La economía de los países europeos podría dejar de crecer por culpa de la guerra en Ucrania. Naciones como Reino Unido, Alemania, Francia, Italia o España no se librarían de este retroceso, según los últimos indicadores compuestos avanzados que publica la OCDE. ¿Pero qué información recogen exactamente estos y hasta qué punto sus predicciones son certeras?
Desde hace aproximadamente medio siglo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos publica mensualmente estos indicadores. En la jerga económica se les conoce simplemente como CLI por sus siglas en inglés (Composite Leading Indicator). Su compleja función es la de anticipar con entre seis y nueve meses de antelación los puntos de inflexión que se pueden producir en la economía de los países.
“Siempre se dice por parte de la OCDE que estos indicadores hay que tomarlos con mucha mucha precaución porque son muy adelantados y no indican tendencias relativas al crecimiento económico, o sea, al Producto Interior Bruto (PIB)”, explica a Newtral.es Manuel Escudero, embajador y representante permanente de España ante la OCDE. “Lo que dan es una posible pista sobre la posible evolución futura”.
¿Cómo se elaboran los CLI?
Economistas, empresas o responsables políticos usan estos indicadores para trazar sus estrategias de futuro. La OCDE los elabora basándose en las previsiones de PIB de cada país junto con otros indicadores importantes que reflejan cómo se está comportando su economía. En el caso de España, la OCDE, además del PIB, bebe de estos indicadores:
- Niveles de utilización de la industria manufacturera.
- Tendencia futura de empleo en el sector de la construcción.
- Índices de Precios al Consumidor (IPC), excluyendo los datos relativos a vivienda.
- El precio de las acciones del Índice General de la Bolsa de Madrid (IGBM).
- Matriculación de turismos.
- El Índice de Confianza del Consumidor.
En las últimas previsiones, los CLI de la mayoría de países de Europa han bajado, aunque la mayoría de ellos siguen situándose por encima de 100. Cuando estos indicadores superan esa barrera, prevén niveles de PIB por encima de la tendencia a largo plazo, y viceversa.
En España, concretamente, ha pasado de marcar 101,3 en marzo a 101,1 en abril. “Es mínimo, es muy pequeño ese retroceso”, apunta Manuel Escudero. “¿Se está entonces reflejando esto [los efectos de la guerra] ya en España desde el punto de vista de datos que no sean tan adelantados? La respuesta yo creo que es que todavía no”, afirma.
Otros indicadores que reflejan la evolución de la economía
El embajador de España ante la OCDE cita, por ejemplo, el último Índice de Gestión de Compras (PMI por sus siglas en inglés), que continúa por encima de 50. Del 50 para abajo es cuando presenta signos de estancamiento; para arriba, signos de crecimiento generalizado.
Este indicador, que pretende dar una idea de la salud general de la economía a través de encuestas a altos ejecutivos del sector privado, se encuentra en 53,4 en el sector servicios y en 54,2 en el sector manufacturero. No obstante, en ambos casos ha experimentado una bajada respecto al mes anterior y en el sector manufacturero ha registrado “su lectura más baja en más de un año”, según indica el informe. La “incertidumbre e inestabilidad causadas por la guerra en Ucrania” son las responsables de este descenso.

Otro “dato objetivo” al que recurre Escudero es el de la afiliación. Esta aumentó en el último mes en 140.232 trabajadores, alcanzando un nuevo récord de 19.834.504 afiliados medios brutos. “Si bien es un crecimiento menor al que teníamos en los meses anteriores, continúa creciendo”, subraya.
La inflación es el marcador que arroja una de las cifras más pesimistas sobre el impacto de la guerra. El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado recientemente que esta subió en marzo un 9,8% respecto al mismo mes de 2021. Se trata de la tasa más alta de los últimos 37 años.
[La inflación sigue subiendo en Europa por el precio de la energía y España es el séptimo país
en el que más aumenta]
El embajador de España ante la OCDE considera que la situación es “temporánea” y se muestra optimista respecto al futuro de la economía española por varios factores: “La política de rentas que se ha establecido y que aún se tiene que poner en marcha, y los efectos de los fondos Next Generation, que cada vez se van a notar más”.
Otras previsiones económicas
La propia OCDE cuenta con otro informe, el OECD Economic Outlook (Perspectivas económicas de la OCDE), que sí pronostica cuánto crecerá o menguará el PIB. Lo publica semestralmente y en su última actualización prevé que el PIB en España crezca este año un 5,5% y el que viene, un 3,8%. Otra institución que también analiza la evolución del PIB y publica proyecciones es el Banco de España. En su último informe es menos optimista que la OCDE: prevé que el PIB crezca en 2022 un 4,5% respecto al año pasado y un 2,9% el año que viene. “Después del parón por la pandemia de 2020, el 2021 fue un año de rebote [económico]. Este 2022 ya no es un año en el cual la actividad esté rebotando. Por lo tanto, tener incluso un 4,5% de crecimiento [como pronostica el Banco de España] es una situación realmente de mucho crecimiento”, analiza Manuel Escudero.
Fuentes:
- OCDE.
- Instituto Nacional de Estadística.
- Entrevista con Manuel Escudero, embajador y representante permanente de España ante la OCDE.
- Banco de España.
- Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.
- Markit Economics.
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