“Ni los Presupuestos ni ninguna decisión política se escriben sobre una página en blanco. Son el resultado de una larga historia donde al final se cristaliza un debate y una peripecia política”. Con estas palabras, el ministro Francisco Fernández Ordóñez arrancó la defensa de las primeras cuentas que tramitaron las primeras Cortes elegidas por los ciudadanos en mucho tiempo. Fue el 22 de diciembre de 1977. 44 años y 41 Presupuestos Generales del Estado después la explicación sigue siendo válida.
El Gobierno de coalición se enfrenta esta semana al pleno en el que deberá defender sus cuentas frente a las siete formaciones que han propuesto devolverlas (PP, VOX, Ciudadanos, Foro, CUP, Junts y CC). Lo hace, sin embargo, con la seguridad de que superará el trámite, tras garantizarse el apoyo de ERC y del PNV.
En el caso de los populares, se oponen a los Presupuestos de 2022 porque consideran que se asientan en previsiones macroeconómicas que son “papel mojado”. Se trata de un argumento similar al empleado el año pasado, cuando aseguraban que era “un palo en la rueda de la recuperación” y, también, resulta muy parecido al que utilizaron los socialistas cuando era el PP el que gobernaba.
Todo esto demuestra lo que ya en 1977 vaticinó Ordóñez: que a las negociaciones de los Presupuestos los partidos van con mochila, con un folio lleno de exigencias, muchas veces inasumibles para la otra parte. Y, también, que las páginas en blanco no existen entre ciertas formaciones. Sí se dan a la hora de dibujar la ruta que lleva a aprobar las cuentas pues, como demuestra la hemeroteca, cada Gobierno sigue su propia táctica. Y cada Presupuesto, su historia.
Los años sin Presupuestos
Si de historias se trata, los ministros Pedro Solbes y María Jesús Montero podrían contar juntos lo que vivieron respectivamente con las cuentas de 1996 y 2019, las únicas que el Congreso ha rechazado desde 1978.
En ambos casos ocurrió con un Gobierno socialista en la Moncloa y debido a la retirada de apoyo de un partido catalán: CiU, en el caso de Felipe González y ERC, en el de Sánchez. Los dos presidentes convocaron poco después elecciones generales, pero con diferente suerte, puesto que solo Sánchez logró mantener al PSOE en el Gobierno tras esa cita.
Lo consiguió, repetición electoral mediante, gracias a un acuerdo de coalición con Unidas Podemos, que cuenta en su haber con un hito inédito hasta el momento: no haber presentado un año el proyecto de ley de Presupuestos al Congreso. Ocurrió en 2020 debido a la crisis del coronavirus y al trajín electoral del curso anterior, lo que dio pie a otro hecho sin precedentes: que las cuentas de 2018 del ministro popular Cristóbal Montoro tuvieran que prorrogarse dos cursos más. Hasta 2021.
Los Presupuestos más enmendados en el Congreso
Precisamente, sobre el papel (un tanto pintarrajeado), Montoro es el ministro de Hacienda que en los últimos 35 años ha tenido que hacer frente a más enmiendas a la totalidad contra sus presupuestos. En su etapa con Rajoy, 69 entre las cuentas de 2012 y 2018. 9,8 de media.
Excepto los dos últimos años, que sí tuvo que entregarse a fondo en las negociaciones, se trataron, sin embargo, de unos escollos ficticios dado que el PP tenía mayoría absoluta en las Cortes y tenía garantizada la aprobación de cualquier ley que impulsara. Lo mismo ocurrió en las cuentas de 1989 y 1992, por contar Felipe González con un amplio margen a su favor.
La hemeroteca deja otro notable rechazo, pero sin grandes consecuencias en la tramitación de los Presupuestos más allá de un leve retraso. De las siete cuentas que impulsó el Gobierno de Zapatero, cuatro fueron vetadas por el Senado, teniendo que volver el proyecto de ley al Congreso para que levantara esa denegación. Fue en las de 2005, 2008, 2009 y 2011, con diferentes reacciones por parte de los ministros de Hacienda responsables del texto. Mientras Pedro Solbes acusaba al PP de un “todo vale” para desgastar al Ejecutivo, Elena Salgado reconocía que el movimiento no le causaba “ninguna preocupación”.
Los Presupuestos con más diputados a favor
Un Ejecutivo de Zapatero es, por otro lado, el que tiene el mérito de haber aprobado las cuentas con el menor número de enmiendas a la totalidad en el Congreso registrado hasta la fecha (tres). De igual modo, Pedro Sánchez puede decir que impulsó una de las cuentas que han contado con más apoyo en esta primera sesión plenaria, tanto en número de diputados (198) como de formaciones (12).
Cabe resaltar que, en este pleno, lo que busca el Gobierno es lograr cuantos más noes mejor, puesto que lo que se vota es la iniciativa para devolver los Presupuestos a la Moncloa.
Los Presupuestos con más retraso
Según la Constitución, los Presupuestos para el siguiente año deben presentarse en el Congreso antes del mes de octubre del curso anterior. Se trata de un precepto que, desde 1987, han cumplido la inmensa mayoría de los gobiernos, sin que haya habido consecuencias para la minoría que se saltó este plazo.
Las cuentas que más tarde se han presentado hasta la fecha llevan la firma del popular Cristóbal Montoro. El ministro de Hacienda de Rajoy no las entregó en 2012, 2017 y 2018 hasta el mes de abril y, cuando quisieron aprobarse, ya fue el mes de junio o, incluso, julio. En los dos primeros casos se debió a la celebración de las elecciones generales de 2011 y 2016 y, en 2018, por la falta de apoyos del Gobierno, causada en parte por la gestión que hizo de la crisis con Cataluña durante el otoño de 2017.
Entonces, las “peripecias políticas” de las que habló Fernández Ordóñez debían encajar en el relato de los partidos, sobre todo en el del socio clave en esos momentos (y en casi todos): el del PNV, que esperó unos meses para permitir la aprobación de las cuentas.
Sin embargo, no fue esta el suceso que pasó a la historia política de España sino el movimiento por el que tan solo una semana después posibilitaron la moción de censura de Sánchez contra Rajoy. Cada Presupuesto tiene, como se ve, su historia. Pero nunca parten de una “página en blanco”.
Fuentes:
- Congreso de los Diputados
Nota metodológica: se contabilizan los Presupuestos a partir de 1987 por ser el año en el que el Congreso comienza a mostrar en el Boletín Oficial de las Cortes Generales los documentos desglosados por tipo de enmiendas presentadas a las cuentas.
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