En Junts fueron claros desde la misma noche electoral. No les iba a “temblar el pulso”, no se moverían “ni un milímetro” de su posición y no investirían a nadie “a cambio de nada”. ¿A cambio de qué lo harían? “El derecho a la autodeterminación, un referéndum, la amnistía… hay que empezar por aquí”, indicaba la diputada Miriam Nogueras el 24 de julio.
Cinco días después, los periodistas preguntaron al vicesecretario de Coordinación autonómica del PP, Pedro Rollán, si su partido pactaría con el de Carles Puigdemont en una hipotética investidura de Feijóo. “El PP está dispuesto a hablar con todas y cada una de las formaciones políticas siempre que estén dentro del marco de la Constitución” fue su respuesta.
Una respuesta que, pasadas unas horas, contradijo Cuca Gamarra, secretaria general de los populares: “Esa cuestión no se encuentra sobre la mesa, ni ha estado ni está sobre la mesa. Somos un partido serio, predecible y previsible”. Defendió la misma postura el número tres del partido, Elías Bendodo, quien aseguraba que no se planteaban hablar con Junts porque el PP había fijado sus límites “en la Constitución”.
Múltiples argumentos para justificar una reunión con Junts
Sin embargo, el mismo Bendodo se desdecía el 10 de agosto. En una entrevista en RNE, dejó todo en manos de la “actitud” de Junts: “Tenemos que tener la capacidad de hablar con todos (…) Una cosa es hablar con todos y otra cosa es tragar con todo, y ahí el PP no está dispuesto”.
En paralelo, en Junts seguían en el mismo punto desde el principio, tal y como insistieron después de llegar a un acuerdo con el PSOE para hacer presidenta del Congreso a Francina Armengol: “Junts nunca da ni dará sus votos a cambio de nada ni con el objetivo de estabilizar el Estado. El objetivo de Junts es la independencia de Catalunya y todos los acuerdos que suscribe sirven para avanzar en esta dirección”, reiteraba en un comunicado.
Cuando el Rey designó a Feijóo como candidato a la investidura, el líder del PP anunció que haría una ronda de contactos con el resto de formaciones. Formaciones entre las que Génova vetó a EH Bildu, pero no a Junts. En las entrevistas que concedieron los dirigentes populares al día siguiente cada uno dio un motivo para legitimar ese hipotético encuentro. Para Esteban González Pons, el grupo encabezado por Nogueras “representa un partido cuya tradición y legalidad no está en duda”.
Cuca Gamarra, por su parte, señalaba la necesidad de partir de la “realidad parlamentaria” del hemiciclo. Y Borja Sémper defendía que era parte de la “responsabilidad constitucional” del PP hacer “ronda de conversaciones” y, aunque situaba a Junts “fuera de la racionalidad”, no lo hacía de la “legalidad”.
Alejandro Fernández se enfrenta a Feijóo: para él, Junts sí es rival del PP
En la misma línea se mostraba el propio Alberto Núñez Feijóo en una entrevista en El Mundo, donde daba por hecho su reunión con los de Puigdemont. ¿La propuesta que les pondría sobre la mesa? “La Constitución (…) Escuchar cuáles son sus reivindicaciones, sus propuestas. Y le vamos a ofrecer que, en lo que estemos de acuerdo, lo vamos a cumplir”, aseguraba antes de insistir en una idea: “Yo no soy un rival político e ideológico de Junts”.
En este punto, sin embargo, se mostró en desacuerdo el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, quien cuestionó en X (antes, Twitter) la posición del presidente de su formación: “Junts sí es mi rival (…) Que alguien me diga de qué hay que ‘hablar’ con ellos…”
Llega el veto de Feijóo, sorprendido al “conocer la postura de Puigdemont”
En este contexto, Carles Puigdemont volvía este martes a reiterar sus exigencias para facilitar una investidura. Antes de apoyar a ningún candidato, el dirigente independentista reclamaba la aprobación de una ley de amnistía: “Exigimos el abandono completo y efectivo de la vía judicial contra el independentismo a través de una ley de amnistía que incluya el amplio espectro de la represión iniciada antes del 9 de noviembre de 2014”.
Recogía el guante de estas declaraciones el propio Alberto Núñez Feijóo que, después de un verano manteniendo abierta la puerta a sentarse con Junts, cerraba de un portazo la posibilidad. ¿El motivo? “Después de conocer la postura del señor Puigdemont, si nos va a proponer la amnistía como requisito para mi investidura, nos podemos ahorrar la reunión tanto Junts como el PP (…) Las condiciones de Junts ni son aceptables ni son asumibles”.
Sin embargo, estas condiciones expuestas por Puigdemont, aunque sí que son más concretas, no han supuesto ninguna sorpresa respecto a la posición mantenida por su partido desde el mismo 24 de julio. Y es que ese día, el portavoz de Junts, Josep Rius, ya lo advirtió: “Lo que haremos será negociar en base a dos grandes hechos: la autodeterminación y la amnistía”.
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