La carrera de Ron DeSantis a gobernador de Florida no estuvo exenta de polémicas, pero ya adelantaba lo que sería su futuro dentro del partido republicano que ahora lidera Donald Trump. Durante una emisión televisiva, llegó a hacer una analogía sobre simios que le granjeó acusaciones de racismo. Su entonces rival, Andrew Gillum, es afroamericano. Pero eso le permitió ganar experiencia en dos frentes:
- El señalamiento mediático que podría sufrir en asuntos como la raza, y que después se extendería a la orientación sexual, la identidad de género o el aborto.
- Y la forma en la que podía aprovechar ese señalamiento para jugar el papel de víctima y generar empatía entre su electorado conservador, generalmente blanco y agraviado por lo que mucha veces se ha descrito como la hegemonía de lo políticamente correcto (o lo woke).
Ron DeSantis ya conocía esa sucesión de narrativas porque Trump las explotó al máximo para llegar a la Casa Blanca. Pero a diferencia del expresidente, DeSantis ha abanderado una doctrina que sus aliados describen como «trumpismo competente» o, con algo más de sorna, «Trump con cerebro». Esas diferencias pueden dividirse en dos partes:
- DeSantis es mucho más calculador que Trump en las batallas que elige. Rivales y consejeros destacan que es un estudioso de los temas que enfrenta y sabe marcar las líneas cuando las encuestas indican que está entrando en terrenos pantanosos.
- Trump es bastante más carismático que Ron DeSantis. Aunque el gobernador sabe cómo hablarle a las bases, no tiene la capacidad del expresidente de entretener a sus audiencias. Que eso sea bueno o malo es algo que quizá tengan que decidir los votantes republicanos en 2024.
Florida, laboratorio de la derecha
En los primeros coletazos de su mandato, distrajo a sus críticos nominando a jueces negros y aprobando políticas moderadas y populares, como los miles de millones que destinó para asegurar el futuro del parque natural de humedales de los Everglades. Pero Ron DeSantis pronto se alejó de esas iniciativas y promovió polémicas leyes para:
- Prohibir las llamadas ‘ciudades santuario’ en las que los gobiernos locales evitaban cooperar con agentes federales para deportar inmigrantes indocumentados. Todo y pese a que no existen ciudades así en Florida.
- Convertir en crimen las ‘protestas violentas’, pero con un uso tan ambiguo de esa definición que la ley podría haber criminalizado por ejemplo a personas que protestaban de forma pacífica. Los juzgados lo acabaron declarando anticonstitucional.
- Limitar lo que el profesorado puede enseñar sobre el racismo y la historia del racismo en Estados Unidos, incluso rechazando libros de matemáticas que incluían lecciones sobre raza o aprendizaje social y emocional.
- Prohibir conversaciones sobre orientación sexual e identidad de género en los primeros cursos de la escuela primaria. La ley es tan ambigua que las restricciones están provocando que profesores en clases con alumnos más mayores se autocensuren en esos temas.
Esa última iniciativa, conocida entre sus críticos como No digas gay, provocó la crítica de The Walt Disney Company.
- La compañía es uno de los mayores empleadores de Florida por la presencia de sus parques temáticos en Orlando.
- DeSantis intentó quitarle la capacidad a Disney de gobernar el distrito especial en el que operan esos parques, pero la medida está pendiente de implementarse.
- El enfrentamiento Ron DeSantis vs. Disney es un ejemplo de cómo el gobernador ha sabido demostrar un estilo combativo a imagen y semejanza de Trump.
La pandemia, una gran oportunidad
Pero ningún frente político ha sido tan importante para el futuro político de Ron DeSantis como la pandemia. El gobernador llegó a ser descrito como DeathSantis [en español, MuerteSantis] por los altos números de fallecimientos por COVID-19 en Florida. Por supuesto, no dejó correr la oportunidad de pasar a la contraofensiva. Ron DeSantis aprovechó la baja popularidad de las medidas de restricción para proponer una estrategia distinta aunque no exenta de polémicas.
- Abrió el estado antes que muchos otros en el país, a veces incluso en rechazo de las políticas que proponía la administración de Trump y priorizando la reapertura económica.
- Evitó imponer mandatos que obligaran al uso de mascarillas e incluso tramitó una orden para prohibir que gobiernos locales las impusieran.
- Reabrió los colegios casi antes que nadie en el tercer estado más poblado del país. Así, se ganó el apoyo de una mayoría de padres que estaban en desacuerdo con los cierres extendidos de las escuelas.
La posición contraria de Ron DeSantis con respecto a gran parte de la comunidad científica estadounidense, el partido demócrata e incluso la Casa Blanca de Trump, más dados a las restricciones, sumada a su estilo combativo y a veces cargado de ira, le convirtieron en un héroe de las bases conservadoras del país.
Ron DeSantis vs. Trump: destino 2024
Durante más de dos años, Ron DeSantis usó la pandemia para resaltar los principios conservadores que había abanderado a lo largo de su carrera. Según esa filosofía, los políticos deben priorizar la libertad individual, mientras que el estado debe tener un papel mínimo en la vida de los constituyentes.
Con el tiempo, y pese al historial de polémicas relacionadas con la COVID-19, muchas de las medidas de Ron DeSantis han probado ser populares en Florida. Y la situación económica es sin duda optimista. La tasa de desempleo es baja, la población está en alza y el estado tiene un superávit presupuestario del que Ron DeSantis ha presumido de cara a su futuro: las elecciones de medio mandato en noviembre.
Sus rivales demócratas en las elecciones de noviembre están peor organizados que en el pasado, cuando Florida todavía era un estado competitivo y no lo que ahora parece ser el bastión de la nueva derecha populista estadounidense. El futuro sin duda parece esperanzador para Ron DeSantis:
- Con una victoria casi asegurada en noviembre, podrá ahorrar gran parte del increíble cofre de guerra con el que cuenta ahora mismo. Tiene más de 130 millones de dólares que le ponen casi al nivel de Trump en capacidad de recaudar dinero entre las bases y los donantes ricos del partido republicano.
- Y con un Trump sumido en controversias legales y obcecado con su derrota en 2020, tiene la oportunidad perfecta para nombrarse sucesor designado. También, para conquistar a las bases de cara a una candidatura presidencial en 2024 para la que las encuestas dicen que tiene madera de sobra.
- The New Yorker: Can Ron DeSantis Displace Donald Trump as the G.O.P.’s Combatant-in-Chief?
- The New York Times: Could Ron DeSantis Be Trump’s G.O.P. Heir? He’s Certainly Trying.
- Tampa Bay Times: Ron DeSantis: Capitol Hill loner, Fox News fixture, Trump favorite in Florida governor’s race
- NBC News: ‘Full-throttle’: How the Florida Legislature is making Ron DeSantis a GOP juggernaut