La sequía es uno de los principales problemas a los que se enfrenta la sociedad actual y afecta cada día a más personas en el mundo. Un informe publicado en 2022 por Naciones Unidas estima que más de 2.300 millones de personas en el mundo sufren una situación de estrés hídrico y que el número y la duración de las sequías han aumentado un 29% desde el año 2000.
Uno de los retos más importantes a los que hacen frente los gobiernos de todo el mundo es, precisamente, saber cómo gestionar los efectos de la sequía severa en la agricultura. Para lidiar con este problema que ya es una realidad, un equipo de investigadores del CRAG (Centro de Investigación en Agrigenómica) trabajan en un campo pionero: generar plantas modificadas que sean resistentes a la sequía.
Plantas resistentes a la sequía: una esperanza de futuro
En los últimos años, la sequía severa ha puesto contra las cuerdas la seguridad alimentaria del planeta. El Centro de Investigación en Agrigenómica (CRAG) de Barcelona advierte que “la disminución de las precipitaciones y las elevadas temperaturas en el norte y en el este de Europa han ocasionado grandes pérdidas en los cultivos de cereales, patata y otras especies hortícolas”. Además, avisa del anuncio que los expertos llevan décadas haciendo, que “para garantizar la disponibilidad de alimentos será necesario utilizar variedades vegetales que sean productivas en condiciones de sequía”.
Es por ello por lo que un equipo de investigadores del CRAG, liderado por Ana Isabel Caño-Delgado, trabaja desde hace años en plantas editadas para ser resistentes a la sequía severa. Para ello, han modificado artificialmente los brassinoesteroides, esto es, los esteroides de las plantas responsables de su crecimiento. Con esta edición genómica, los científicos han logrado que la planta siga desarrollándose sin apenas agua, reduciendo el estrés hídrico que sufre.
“Hemos identificado unos receptores que están en la membrana de las células que son importantes para que la planta emita una señal en respuesta al estrés”, afirma Ana Isabel Caño-Delgado en el programa Gabinete de Crisis que se emite en laSexta. “Lo que hemos conseguido en nuestro laboratorio es desacoplar el proceso en el cúal la planta es capaz de seguir creciendo en condiciones de sequía. La hemos engañado, por así decirlo”, explica la científica.
Plantas que garanticen el acceso a alimentos en situación de sequía
Los efectos de esta modificación son sorprendentes y en ningún caso afectan al crecimiento de la planta. “No es que no pueda crecer, pero podemos hacer que en vez de padecer hoy, empiece dos semanas más adelante. Esto en la agricultura puede tener mucho impacto porque puede permitir salvar una cosecha”, admite Caño-Delgado.
El estudio sobre plantas resistentes a la sequía se ha realizado con Arabidopsis thaliana, una planta modelo que, según el CSIC, se introdujo en los laboratorios hace 40 años, siendo la primera planta de la que se obtuvo la secuencia de su genoma. Actualmente es muy utilizada por los investigadores.
El avance científico liderado por Ana Isabel Caño-Delgado, se ha publicado en la revista Nature Communications y está financiado por el Consejo Europeo de Investigación (ERC, de las siglas en inglés), a través de la ayuda competitiva Consolidator Grant. “Nosotros, siendo España un país en el sur de Europa muy penalizado por las elevadas temperaturas y la sequía, y además siendo un país agrario, creo que tenemos un rol muy importante y una responsabilidad enorme de entregar a la sociedad soluciones sostenibles, eficaces y también rentables”, finaliza Caño-Delgado en el programa Gabinete de Crisis.
- Naciones Unidas
- Centro de Investigación en Agrigenómica
- Ana Isabel Caño-Delgado. Investigadora del CSIC
- CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas)
- Revista Nature
- Consejo Europeo de Investigación
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