El Plan B de los demócratas si Biden abandona entre críticas por su edad

Lo esencial. Joe Biden tiene 81 años de edad. Cuando nació, en noviembre de 1942, Casablanca estaba a seis días de estrenarse en cines. Todavía faltaba año y medio para que los Aliados desembarcaran en Normandía. Y, sin embargo, entre críticas voraces contra la vejez de Biden, los demócratas apenas debaten en público la posibilidad de un plan B para las elecciones presidenciales de noviembre.

• Ya han pasado casi todas las fechas límite para que un rival demócrata salga a la palestra a desafiar la nominación presidencial de Biden.
• Y en la eventualidad de que ocurra algo, es difícil imaginar un escenario distinto a un abandono decidido por el propio Biden (o por su salud).

Lo último. Los ataques a Biden por su edad se dispararon hace una semana con la publicación de un informe acerca de su gestión de documentos clasificados. El fiscal especial adscrito al caso de los documentos, Robert Hur, concluyó en su informe que no presentaría cargos contra Biden. Pero sí dejó unos juicios de valor contundentes y preocupantes sobre el presidente.

• Hur describió a Biden como «un hombre mayor y bienintencionado con una mala memoria» para justificar por qué no presentó cargos.
• Y mencionó pasajes de sus entrevistas con él en los que olvidó cuándo murió su hijo o hasta cuándo fue vicepresidente con Barack Obama.

Contexto. El informe desencadenó una tormenta mediática que ha vuelto a poner en primera plana la edad de Biden, una narrativa habitual de la campaña.

• Los republicanos aprovecharon para señalar a Biden como un anciano «senil» incapaz de liderar la mayor potencial del mundo.
• Los demócratas tacharon el informe de «inapropiado» y de usar un lenguaje «altamente perjudicial», destacando que Hur es republicano y que llegó al cargo por Trump.
• Otros aprovecharon para señalar que Trump solo tiene cuatro años menos y que muestra opiniones y comportamientos más erráticos que los de Biden.

Pero, entonces, ¿qué puede hacer el presidente ahora? Biden tiene dos opciones: convivir con la narrativa sobre su edad o plantear un plan B.

Biden y el plan B

A estas alturas de las primarias demócratas, es casi imposible que un candidato alternativo logre ganarle la partida a Biden.

• Primero, porque un desafío al presidente sería repudiado por el establishment del partido, y ya es conocido lo que ocurre con quienes siguen esa vía.
• El congresista demócrata Dean Phillips no ha supuesto ninguna amenaza a Biden en las primarias pese a ser la única alternativa viable de la contienda.

Por eso el plan B pasa por lograr que Biden se eche a un lado. Conseguirlo implicaría convencer a un político que ha ganado elecciones al Senado desde los 30 años y que ya salió victorioso contra Trump una vez.

• Biden ganó las primarias demócratas a la presidencia en 2020 tras haberlo intentado en dos ocasiones en el pasado, en 1988 y en 2008.
• Es decir, Biden tendría que abandonar un puesto como presidente por el que lleva peleando durante gran parte de su carrera política.

Si cabe imaginar un abandono de Biden por su edad, entonces la clave está en saber en qué momento se producirá. Y ahí la fecha determinante es la Convención Demócrata Nacional de agosto.

• Si es antes, los delegados asignados a Biden durante el proceso de primarias de esos meses quedarían técnicamente libres para apoyar a otro candidato. Ahí, el presidente tendría mucho poder para elegir a un sucesor y Kamala Harris, pese a su impopularidad, tendría casi todas las papeletas para serlo.
• Si es después, las reglas del Comité Nacional Demócrata dicen que le corresponderá a ellos designar un nuevo candidato mediante una votación interna de sus miembros. De nuevo, Harris sería la candidata probable en un caso así.

Es importante recalcar que Biden todavía carece de candidata a la vicepresidencia, por lo que una retirada no implicaría automáticamente que Harris se convirtiese en candidata principal. Pero cualquier rechazo a que Harris sea la sucesora de Biden podría tener implicaciones muy negativas entre las bases del partido, especialmente entre mujeres negras, uno de los bloques demográficos más importantes de los demócratas.

Una opinión pública convencida

Lo más probable es que Biden sea el candidato demócrata a la presidencia pese a las críticas a su edad. Y ahí los demócratas y el propio presidente tienen que aprender a convivir con una vulnerabilidad que no va a mejorar: Biden seguirá envejeciendo.

• Biden es y será el presidente de mayor edad en toda la historia de Estados Unidos y podría acabar su segundo mandato con 86 años.
• El deterioro físico y cognitivo de Biden irá a peor. Eso implicará, con casi total probabilidad, más fallos, más olvidos y más dificultades para desarrollar sus funciones presidenciales diarias.

Los votantes son muy conscientes de la edad de Biden. Sus constantes meteduras de pata y sus caídas, así como su forma de caminar y hablar despacio, han hecho mella en la imagen pública del presidente.

• El 86% de los estadounidenses creen que Biden es demasiado viejo para ser presidente, según un panel reciente de ABC News e Ipsos. Solo un 59% piensa lo mismo de Trump, cuatro años más joven.
• El 70% de los votantes en seis estados que serán determinantes en las presidenciales creían que Biden es demasiado viejo como para ser «un presidente efectivo», según una encuesta de The New York Times y Siena del pasado otoño. Menos de la mitad pensaba lo mismo de Trump.
• Y un 44% de los votantes registrados en el país creen que Biden será reemplazado en algún punto antes de las elecciones presidenciales, según una encuesta reciente de Monmouth University.

Convivir con la edad de Biden

Pese a las opiniones de la ciudadanía estadounidense sobre su edad, Biden sigue siendo competitivo con Trump en un cara a cara que pocos quieren, según esas y otras encuestas. El presidente y sus asesores deben considerar ahora qué estrategia seguir para acallar las críticas. Existen varias rutas expuestas por expertos, asesores y miembros de ambos partidos:

• Asumir que la vejez es parte de la conversación y convertirla en parte del mensaje, siendo honesto con las dificultades y aprovechar para decir que también trae consigo sabiduría y experiencia.
• Usar a Trump para mostrar el contraste. Biden está mayor, sí, pero Trump también y además mostrando actitudes y comportamientos más problemáticos e impropios de un presidente.
• Aparecer más en público, interactuar más con votantes y no dejar pasar oportunidades para conceder entrevistas con los medios, como con la Super Bowl. Biden lleva encadenando dos años en los que descarta ser entrevistado con motivo del mediático partido de fútbol americano.

Hay un factor que juega a favor de Biden en ese sentido: Trump tampoco tiene interés en que la edad sea parte del debate de campaña. Él mismo lo dejó caer en una entrevista reciente:

«La edad es interesante porque algunas personas son muy lúcidas y otras pierden facultades. Pero no, él no es demasiado viejo en absoluto. Es sumamente incompetente. Si miras a algunos de los grandes líderes mundiales, estaban en sus 80 y lo hicieron… Churchill, tantas personas, estaban fenomenales en sus 80».

Trump cumpliría 80 años en la Casa Blanca si es elegido presidente este noviembre.