“Terminé en un hospital por no comer”: la vida sin hogar antes y después

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Antonio, una de las personas que ya no está en situación de calle gracias al programa Hábitat | HogarSí y Provivienda
Tiempo de lectura: 5 min

Hay un mantra que se repite habitualmente, el de que las personas sin hogar no quieren salir de su situación de calle o que en el intento fracasan, tal y como denuncia José Manuel Caballol, director de la Fundación HogarSí. Sin embargo, un programa habitacional adecuado a las circunstancias de estas personas sí funciona, según se desprende del reciente informe Soluciones al sinhogarismo, publicado por HogarSí y por la organización Provivienda. 

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En él, investigadores del ámbito de la psicología, de la economía y de la política pública de la Universidad Complutense de Madrid y de la consultora Fresno han evaluado el método Housing First en España implementado por HogarSí y Provivienda a través de un proyecto piloto llamado Hábitat.

El modelo del Housing First, según explican en el informe, “proporciona un acceso inmediato e incondicional a una vivienda individual con la oferta de los apoyos que necesite”: “Antepone y enfatiza la importancia de la elección de la persona como un elemento central en la intervención. Las personas participantes eligen, por ejemplo, el tipo, la frecuencia y la secuencia de los servicios. También pueden elegir su barrio y el apartamento en función de la disponibilidad”. 

Rita, una de las personas que ya no está en situación de calle gracias al programa Hábitat | HogarSí y Provivienda

Personas sin hogar: La calidad de vida, en datos

La evaluación examina variables como la higiene, la alimentación, la satisfacción o la salud mental 18 meses después de acceder a una vivienda sin condiciones y con acompañamiento por parte de las organizaciones que trabajan en este ámbito. El estudio muestra que la tasa de retención o permanencia es muy alta: un 96% de las personas que estaban en situación de calle o cuya solución habitacional era temporal (albergues, chabolas, pisos colectivos…) mantiene su vivienda

Muchos otros indicadores han mejorado significativamente. Por ejemplo, para la variable “en la última semana, he dejado de comer alguna vez a lo largo del día”, el 58,3% respondía que sí, porcentaje que descendió hasta el 15,5% tras un año y medio en el programa Hábitat. También con la higiene: las dificultades para el aseo personal pasaron de un 55,1% a un 5,8%. 

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El impacto en la calidad de vida de estas personas sin hogar también se mide en que el tutelaje es menos necesario pero el acompañamiento familiar aumenta. Así, el uso de servicios sociales pasa del 14,5% al inicio al 3,2% a los 18 meses de ingresar en el programa Hábitat; el contacto telefónico semanal con familiares pasa del 26% al 41,4%. Además, el 59,3% de ellos afirmaban sufrir victimización, porcentaje que pasó a ser de un 19,6% tras un año y medio. 

Relación coste y efectividad

A todas estas cuestiones le ponen voz algunos de los usuarios del programa Hábitat y cuyos testimonios están recogidos en el informe publicado. José Alberto señala: “Con esta casa he ganado en autoestima y en seguridad. Veo la vida de otra forma”, pero también reconoce cómo ha mejorado su salud: “En la calle no te preocupas de la salud. Yo terminé en un hospital por no comer. Con la casa ahora como y descanso bien”. Rita apunta: “Ahora me tratan con mucho respeto, como la persona que soy yo”. Y Antonio destaca: “Aquí mis hijos vienen como unos hijos normales, a visitarme, a comer…”. 

Como apunta Leticia Henar, investigadora y coordinadora de la evaluación, “el sinhogarismo mata al deteriorar la salud de estas personas”: “Dar una vivienda es apostar por salvarles la vida”. 

José Alberto, usuario del programa Hábitat | HogarSí y Provivienda

En España, según datos aportados por la Fundación Hogar Sí, hay entre 30.000 y 40.000 personas en situación de sinhogarismo en España. Además, un 12,6% de la población ha visto vulnerado su derecho a la vivienda en algún momento de su vida.

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Para poder evaluar con mayor precisión el beneficio del Housing First, la metodología también incluye una evaluación a otro grupo de personas sin hogar que no están en el programa Hábitat pero sí reciben recursos asistenciales. Si se compara un grupo con otro —el que tiene vivienda frente al que no lo tiene—, se observa que la salud mental mejora casi tres puntos en el grupo con una vivienda individual (Housing First) en relación con el Grupo del sistema tradicional de atención, disminuyendo el padecimiento de dolor, la ansiedad y los estados depresivos. 

El informe señala, además, que el coste medio mensual por persona no difiere mucho: 1.743,82 euros en el grupo del programa Hábitat frente a 1.715,69 en el otro grupo. “La evaluación demuestra que estas soluciones tienen un coste por plaza similar al de los albergues o alojamientos colectivos, pero ofrecen prestaciones muy superiores para las personas usuarias en cuanto a estabilidad y calidad del alojamiento y asistencia personalizada”, concluye el informe. 

2 Comentarios

  • Lástima de políticas sociales que dependen de una redistribución de rentas que no acaba de llegar a todos y en las cantidades necesarias.
    Mientras tanto seguimos con el dilema de si "¿son galgos o podencos?"

  • Me alegro muchísimo por ti Jose Alberto, y por ti Rita y por ti Antonio, porque por fin habéis conseguido que se os trate como a personas. Siempre que paseo por la calle y veo a alguien acostado en un cajero o en un portal me pregunto que ha llevado a esa persona a esa situación y me falta el valor para acercarme e interesarme por su situación. Pero cuando a cualquiera se le trata con el respeto y la dignidad que nos gusta que nos den a nosotros las cosas siempre mejoran para esas personas. No es preciso ser psicólogo o haber estudiado ningún master para saber que si tratamos a los vulnerables con la dignidad que necesitan sus vidas mejoran infinitamente. Por supuesto que siempre habrá algunos que no aprovechen estas oportunidades, pero igualmente hay gente en la sociedad que no cumple las leyes, y no por ello se considera que toda la sociedad es ruin, igualmente a las personas sin hogar que no cumplen, vamos a considerar a todos los demás como no merecedores de la ayuda. Esto me recuerda a aquella mujer sin hogar que fue quemada en un cajero por cuatro "........." que se divirtieron viéndola sufrir. Resulto que esa indigente había sido secretaria de alta dirección en alguna empresa, con una vida potentada, pero que ciertas sustancias la llevaron a esa situación. Lo que demuestra que estas personas tienen un pasado y que si se les diera una oportunidad nuevamente tendrían un futuro. Felicidades a José Manuel Caballol y a la gente que trabajan en Fundación HogarSI. Y gracias por este artículo que es una pincelada de las buenas personas que forman parte de nuestra sociedad