Hasta 15 años de cárcel: los periodistas rusos se enfrentan a la censura de Putin por protestar contra la guerra

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Una periodista rusa irrumpe en directo en un estudio de televisión con una pancarta de "No a la guerra". EFE/ Dsk
Tiempo de lectura: 9 min
(*) Actualización 22/03/2022

Los periodistas y ciudadanos rusos se enfrentan a la censura cuando el Kremlin ha decidido reforzar las leyes para perseguir cualquier rechazo a su ofensiva en Ucrania. Desde el 5 de marzo, las personas que se manifiesten en contra de la guerra rusa en Ucrania podrán ser encarcelados durante un máximo de 15 años por realizar “llamamientos públicos para evitar el uso de las Fuerzas Armadas Rusas”. Esta es la nueva norma que ha establecido Moscú para castigar tanto la “desinformación” como el apoyo a las sanciones de Occidente impuestas contra Rusia por su invasión en Ucrania

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[Más de 3.200 protestas en toda Europa contra la invasión rusa de Ucrania]

“Existe la posibilidad de que (…) las normas castiguen, y muy severamente, a aquellos que mintieron e hicieron declaraciones que desacreditan a nuestras Fuerzas Armadas”, advirtió el presidente de la Duma Estatal, Viacheslav Volodin, como recoge la cámara en un comunicado

Hasta el momento, la ley se ha aplicado ya para bloquear a varios medios de comunicación occidentales, como la BBC -el servicio público de radio, televisión e internet de Reino Unido- o la Deutsche Welle -el organismo estatal de radiodifusión en Alemania-. Pero no solo.

Tras 27 días de guerra, las protestas en Rusia por la invasión de Ucrania suman ya cerca de 15.000 detenciones, según la organización OVD-Info, que monitorea la persecución política en Rusia. Tampoco se libran de la censura los periodistas rusos que se han atrevido a manifestar su rechazo a la ofensiva de Putin.

250 euros de multa por interrumpir un informativo con un cartel contra la guerra

La periodista Marina Ovsianikova interrumpió en la noche del lunes 14 de marzo la retransmisión en directo del informativo vespertino del principal canal de Rusia. La editora de la sección de internacional irrumpió en el plató detrás de la presentadora con un cartel que llevaba escrita la frase: «No a la guerra. No creáis en la propaganda. Te están mintiendo». 

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Ovsianikova, de 43 años, también gritó consignas como “No a la guerra, parad la guerra”, mientras la presentadora seguía leyendo desde el teleprompter. Se pudo ver y escuchar a la periodista protestar durante varios segundos antes de que el canal cambiara a otro reportaje para sacarla de la pantalla. 

La periodista rusa intentó sortear la censura manifestándose contra la guerra durante la emisión del programa Vremya (Tiempo), en antena en Pervyi Kanal (Canal 1, el principal de Rusia) desde 1968. El incidente ha sido difundido por la prensa rusa con el cartel difuminado para evitar la censura.

Volodin, el presidente de la cámara baja, calificó la protesta de Ovsianikova de “vil” y señaló que el mensaje del cartel estaba dirigido a “la audiencia occidental”. Volodim instó a reflexionar sobre “cuál sería el castigo si ocurriera una situación similar en Ucrania o en Estados Unidos”, tal y como recoge la agencia de noticias rusa Tass.

Ovsianikova fue declarada culpable por el tribunal de Moscú en virtud de la parte 2 del artículo 20.2 del Código de Infracciones Administrativas de la Federación Rusa («Organizar o celebrar un evento público sin presentar una notificación»). De momento, la periodista ha sido multada con 30.000 rublos (unos 250 euros) por publicar antes de irrumpir en televisión un vídeo en el que instaba a protestar contra la guerra. 

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Este es solo el comienzo de su comparecencia ante la justicia y aún no se descarta que vaya a evitar la cárcel. Según informa el canal ruso Baza a través de su cuenta de Telegram, que también ha divulgado la sentencia, la periodista no fue arrestada porque es madre de dos niños (uno de ellos menor de 14 años), pero está previsto iniciar un caso penal contra ella e imputar el artículo 207.3 del Código Penal por la “difusión pública a sabiendas de información falsa sobre el uso de las Fuerzas Armadas rusas».

Una conocida presentadora de la televisión rusa renuncia tras 16 años en antena

Lilia Gildeeva, una conocida presentadora, renunció un día después de que Ovsianikova interrumpiera un informativo con un cartel de “No a la guerra”, tras permanecer 16 años en antena. La periodista de 45 años natural de Zainsk, una localidad tártara de Rusia, trabajaba desde 2006 como co-presentadora del programa Segodniya (Hoy, en ruso). “Lilia Gildeeva ya no trabaja para NTV”, se limitó a comentar un portavoz del canal a la agencia de noticias Ria Novosti

Poco antes, el canal Varlamov News publicó en su canal de Telegram que Gildeeva había abandonado el país de improviso por temor a que no la dejaran salir. Según cita Varlamov News, la periodista afirmó: “Primero me fui [del país], temiendo que no me dejaran ir así como así, más tarde presenté mi dimisión”.

NTV es uno de los principales canales de televisión rusos. Propiedad en 1992 de Vladímir Gusinski, fue transferido al monopolio gasístico Gazprom en 2001 cuando el empresario opositor fue acusado por el Gobierno de Vladímir Putin por un supuesto delito de malversación de fondos. Desde entonces, la agenda de la cadena está más alineada con el Kremlin. Otro de los pioneros del canal, el impulsor de Los guiñoles en Rusia, el escritor satírico Víktor Senderóvich, también abandonó el país en diciembre tras haber sido declarado agente extranjero por las autoridades.

Gildeeva nunca ha criticado abiertamente al gobierno ruso. De hecho, Putin la felicitó en abril de 2008 “por su apoyo informativo y su trabajo social activo en el progreso de la sociedad civil en la Federación Rusa”. Más recientemente, en 2021, fue incluida en la lista de periodistas que el presidente Putin agradeció por sus “logros en el desarrollo de los medios de comunicación y sus muchos años de trabajo”.

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Una exreportera de la principal televisión rusa asegura que dimitió por el uso propagandístico del canal por parte del Kremlin

Zhanna Agalakova, excorresponsal en París de Pervyi Kanal (Canal 1, el mismo en el que protestó Ovsianikova con un cartel contra la guerra), aseguró que su dimisión se debió al uso propagandístico que hace el Kremlin del medio para el que trabaja desde 1999. Agalakova, declaró en una rueda de prensa: “Cuando hablé con mis jefes, les dije que no podía seguir haciendo este trabajo“, informa la agencia Reuters.

El inicio de la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, la pilló cubriendo la Semana de la Moda de Milán, y su dirección le pidió que no abandonara esa cobertura. Cuando volvió a París, el 3 de marzo, presentó su dimisión y se mantuvo en el puesto las dos semanas necesarias más para organizar su sucesión. “No era cuestión de continuar, de llamar a lo que está ocurriendo ‘operación de pacificación’. Hay que decirlo claro, es la guerra“, apuntó en la sede en París de Reporteros Sin Fronteras (RSF).

Agalakova, de 56 años, lleva 17 años fuera de Rusia, entre su corresponsalía en París, en Nueva York de 2013 a 2019 y después de nuevo en París: “Nunca dije mentiras, pero la propaganda funciona así. Coges cosas reales, las mezclas, y de esa composición acaba saliendo algo propagandístico“.

La reportera admitió que en estos últimos años el poder ruso ha intentado “estrangular“ a los medios independientes, “que intentan sobrevivir“, y criticó que la prensa de su país solo ofrezca un punto de vista, el del Kremlin.

El Kremlin endurece la ley para sancionar la desinformación

El recrudecimiento de las represalias contra los periodistas rusos que decidan enfrentarse a la censura o contra las manifestaciones en Rusia que condenen la ofensiva de Putin en Ucrania se ha reforzado desde el 4 de marzo, después de que la Duma, el parlamento en Rusia, promulgara dos reformas que castigan con penas de hasta 15 años de prisión la desinformación. 

En concreto, las nuevas reformas penalizan “los llamamientos públicos para evitar el uso de las Fuerzas Armadas Rusas” y la “información deliberadamente falsa que contiene datos sobre el uso de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa para proteger los intereses de la Federación Rusa y sus ciudadanos”, como recoge la cámara en un comunicado

Además, la Duma también ha extendido esta ley para castigar lo que las autoridades consideran como información no veraz acerca de la labor de las instituciones rusas en el extranjero. La legislación penará las “noticias falsas” sobre organismos estatales con multas de hasta cinco millones de rublos (más de 43.000 euros) o penas de hasta 15 años de cárcel.

Marie Struthers, directora de Amnistía Internacional para Europa Oriental y Asia Central, criticó que “mediante el uso de la fuerza para dispersar manifestaciones contra la guerra y la censura de la prensa, las autoridades rusas se sumergen cada vez más en la represión a medida que crece el sentimiento público contra la guerra”.

“Estas nuevas leyes son parte del despiadado esfuerzo de Rusia para suprimir toda disidencia y asegurarse de que la población no tenga acceso a ninguna información que contradiga la narrativa del Kremlin sobre la invasión de Ucrania”, dijo Hugh Williamson, director de Derechos Humanos de Human Rights Watch.

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