En 2020 se desperdició el 15,4% del agua suministrada a los usuarios de la red en España

pérdidas agua redes suministro
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En un escenario caracterizado por la escasez de agua y los largos períodos de sequía, cada vez más frecuentes, las pérdidas de la red de suministro de agua contribuyen a agravar el problema. En España, los municipios de las zonas rurales son los más afectados por las fugas, roturas o averías de las canalizaciones de agua, provocadas por el deterioro de las infraestructuras. Pero, ¿cuál es el volumen real que se desperdicia cada año en nuestro país?

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En 2020 se desperdició una cuarta parte del volumen total de agua suministrada a las redes españolas
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2020, último informe disponible, el consumo medio de agua de los hogares españoles fue de 133 litros por habitante y día. En el mismo año, las pérdidas reales (fugas, roturas y averías en la red de suministro) se estimaron en 38 litros diarios por habitante, mientras que las pérdidas aparentes (errores de medida, fraudes y consumos autorizados no medidos) alcanzaron los 24 litros diarios por habitante. En 2020, el porcentaje de pérdidas reales sobre el volumen de agua suministrada a las redes de abastecimiento supuso un 15,4%, el mismo que en 2018.

Si contabilizamos las pérdidas por su volumen, en 2020 se desperdiciaron 1.065 hectómetros cúbicos (hm³) de agua (pérdidas reales y aparentes) de los 4.243 hm³ que se suministraron a las redes públicas de abastecimiento urbano. Estas cifras indican que alrededor de una cuarta parte del volumen total de agua suministrada a las redes españolas se perdió por el camino, la cantidad equivalente a 31 piscinas olímpicas.

La titularidad de las empresas que gestionan el abastecimiento influye en las pérdidas de agua 

Según los resultados del XVII Estudio Nacional de Suministro de Agua Potable y Saneamiento en España 2022, elaborado por la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamientos (Aeas), el 35% de la población es abastecida por entidades públicas, el 33% por empresas privadas, el 22% por empresas mixtas y el 10% restante por servicios municipales. En 2012, este mismo estudio indicaba que el 40% de la población era abastecida por empresas públicas, el 35% por empresas privadas, el 15% por empresas mixtas y el 10% restante por la administración local. Los expertos contactados por Newtral.es aseguran que la titularidad de las empresas que gestionan las redes de suministro del agua influye en las pérdidas que estas registran.

Julio Barea, Doctor en Geología especializado en Hidrogeología, Ingeniería Geológica y Geología Medioambiental por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y responsable de campañas de consumo y biodiversidad de Greenpeace, afirma que “la tendencia a la privatización de la gestión del agua en muchos de los municipios españoles dificulta que se invierta en mejorar las canalizaciones, puesto que se prima el beneficio económico”.

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Para Santiago Martín, ingeniero agrónomo y activista de Ecologistas en Acción, “el coste económico que supone para las empresas privadas reducir las pérdidas de agua, que para ellas es un bien muy barato, no compensa porque reduce sus beneficios. En cambio, las empresas públicas pueden invertir dinero de forma más directa para minimizar estas pérdidas”.

La antigüedad de las redes de suministro y la ausencia de control de fugas incrementa  las pérdidas de agua

Las pérdidas de agua que se contabilizan en las redes de suministro varía considerablemente entre comunidades autónomas. Entre las comunidades con un mayor porcentaje de pérdidas reales sobre el volumen de agua suministrada se encuentran Ceuta y Melilla (25%), Canarias (24,4%) y Extremadura (22%). En el otro extremo, las comunidades que registran un menor porcentaje son Madrid (4%), Murcia (11,4%) y País Vasco (13,2%).

Martín pone el foco sobre “la gran diferencia de pérdidas entre los más de 8.000 municipios que tiene España”, así como en el impacto ambiental que esto supone: “No puede ser que, por ejemplo, se destruya un valle para construir un embalse y que, al final, ese agua no valga para nada”.

Para Barea, “la ausencia de un ente público que controle los datos del agua: lo que se produce, lo que se consume, lo que se factura, lo que se pierde…, sumada a la antigüedad de muchas de las redes de suministro del país, provoca esta cantidad de pérdidas de agua”. Una solución podría ser “la creación de un ente independiente y público, como en el caso de Portugal, que controle el suministro de agua a nivel nacional. Es importante diagnosticar las fugas para poder solucionarlas”, explica Julio Barea.

En este sentido, con el objetivo de disminuir el impacto ambiental de las pérdidas de agua, el Gobierno obligará a los municipios a contabilizar la totalidad de las fugas que detecten en sus redes de suministros en 2025.

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*Este artículo se ha realizado con la colaboración de Paula Arrojo

Fuentes
  • Instituto Nacional de Estadística (INE)
  • Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento (Aeas)
  • Real Decreto 3/2023, de 10 de enero, por el que se establecen los criterios técnico-sanitarios de la calidad del agua de consumo, su control y suministro

1 Comentarios

  • Hola compañeros, primero mi apoyo a una propuesta editorial que intenta dar información transparente y, quiero creer, "menos sesgada por ideología", que la mayoría de medidos de comunicación.
    También quiero aprovechar para comentar que 1.065 hm3 de fugas anuales no equivalen a 31 piscinas olímpicas si a 426.000 piscinas olímpicas. Ojalá solo se perdiera al año el volumen equivalente a 31 piscinas olímpicas.