Varias comunidades autónomas, en concreto Euskadi, Asturias, Extremadura, Cataluña, La Rioja, Navarra y Melilla, han pedido este viernes al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que declare el estado de alarma para restringir la movilidad nocturna de la población y frenar al avance de la segunda ola de la pandemia, una medida que consideran debería adoptarse en toda España.
Ya el jueves, el presidente de Melilla, Eduardo de Castro (Cs), informaba de que había pedido la declaración del estado de alarma en la ciudad autónoma para aplicar el confinamiento nocturno, tal como había defendido en el Consejo Interterritorial de Salud, que aplazó la decisión de decretar el toque de queda nocturno por falta de un acuerdo sobre el marco legal. Posteriormente, ha sido el lehendakari, Iñigo Urkullu, el que ha reclamado al Gobierno que decretase el estado de alarma por un período inicial de 15 días «en todo el Estado», aunque con el mando y la gestión en manos de los presidentes autonómicos.
Una petición a la que posteriormente se han unido otras comunidades autónomas. Tanto el presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, como el de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, han reclamado a Sánchez la declaración del estado de alarma con el fin de poder contar con el respaldo legal necesario para restringir la movilidad nocturna de la población y frenar así el avance de la segunda ola de la pandemia de la COVID-19. Se solicita «no para confinar a la ciudadanía» sino para restringir la movilidad, ha asegurado el presidente extremeño, que ha considerado que esta figura jurídica como «la mejor de las soluciones posibles».
El Govern catalán también se ha unido a las comunidades autónomas para solicitar al Ejecutivo la declaración del estado de alarma en Cataluña después de haber superado este viernes la barrera de los 5.000 casos positivos en 24 horas. La presidenta de La Rioja, Concha Andreu, también ha solicitado este viernes al Gobierno, a través de una declaración institucional, que se aplique la declaración del estado de alarma para esta Comunidad, con mando y gestión del Ejecutivo autonómica y de manera coordinara con el Estado.
La presidenta de Navarra, María Chivite, también le ha solicitado a Pedro Sánchez recurrir a este instrumento jurídico y ya suman seis comunidades con la misma petición y una ciudad autónoma (Melilla).
Sánchez cree que la situación es preocupante
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que ha comparecido este viernes en una declaración institucional ha calificado la situación actual en España como “grave” y ha advertido de que vienen meses “duros, muy duros”. Por este motivo, Sánchez ha pedido a los ciudadanos “resistencia y disciplina social” antes de exponer el plan de alertas acordado por el Consejo Interterritorial de Salud y que reemplazará al estado de alarma.
Así, Sánchez ha expuesto que el dato fundamental que determinará los diferentes niveles de alerta, que conllevarán varios niveles de restricción a la movilidad, será el de número de casos detectados por cada 100.000 habitantes en 14 días. Así, una tasa de contagio inferior a 25 marcará un nivel de alerta bajo, entre 25 y 150 será medio, entre 150 y 250 será considerado alto y por encima de 250, “extremo”. En el conjunto de España, ese dato es de 348, según los datos del Ministerio de Sanidad hechos públicos este jueves.
Sánchez ha indicado que el estado de alerta extrema “podrá requerir el estado de alarma”, aunque ha subrayado que, en todo caso, “la decisión de las medidas a adoptar y el momento de adopción” se realizará a través de las autonomías, respetando las “recomendaciones de los científicos”.
Diferencias con el mes de marzo
El presidente del Gobierno ha insistido que la situación no es similar a la que conllevó decretar el estado de alarma en el mes de marzo. “Ahora se detectan el 70% de los casos”, ha explicado, antes de desgranar las “ventajas” (mayor número de test, aprovisionamiento sanitario, concienciación sobre las medidas) con las que se afronta la segunda ola del coronavirus.
No obstante, ha señalado que es necesario “evitar llegar al punto del 14 de marzo”, es decir, a las circunstancias que llevaron a declarar el estado de alarma, “para evitar consecuencias en la vida social, y también el impacto económico”. El camino es la “reducción de la movilidad y de los contactos entre personas”, puesto que “el virus se transmite entre personas”. Lo que tenemos que hacer es reducir la movilidad, los contactos entre personas. Si por el contrario reducimos la movilidad y los contactos, reducimos la probabilidad de que se propaguen esos contagios.