El pleno del Congreso de los Diputados convalidó la semana pasada el Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre por el que se adoptan medidas urgentes en el ámbito de la educación no universitaria. A raíz de esta nueva norma se han compartido publicaciones en redes sociales y en medios de comunicación afirmando que se podrá pasar de curso sin límites de suspensos.
La ministra de Educación y Formación profesional, Isabel Celaa, ha reiterado en varias ocasiones que el decreto «no significa titular con suspensos», sino que la decisión depende ahora de los docentes de cada centro y «se titulará tras conseguir los objetivos generales de la etapa».
Entonces, ¿quién toma la decisión de repetir o pasar de curso? ¿Hay un límite de suspensos? Explicamos aquí las claves.
¿Qué establece el decreto?
El Real Decreto-ley 31/2020 implanta medidas urgentes en el ámbito de la educación no universitaria derivadas de la situación provocada por la pandemia del coronavirus. Así, entre otras, excepcionalmente se permite a los centros contratar a personas que no hayan hecho el máster de profesorado, que hasta ahora era obligatorio para poder dar clases.
La medida que más destaca y que ha creado polémica es que se permitirá a las administraciones educativas «modificar los criterios de evaluación, promoción y titulación» en Primaria, Secundaria, Bachillerato y FP «para adecuarlos mejor a la situación provocada por la pandemia».
En concreto, en su artículo 6 se recoge que «los equipos docentes adoptarán las decisiones relativas a la obtención del título de acuerdo con lo regulado en su caso por las administraciones educativas, de forma colegiada, basándose para el de ESO en la adquisición de los objetivos generales establecidos para la etapa y el desarrollo de las competencias».
Artículo 6. Criterios para la titulación en la Educación Secundaria Obligatoria y en Bachillerato.
Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre
Los equipos docentes adoptarán las decisiones relativas a la obtención del título de acuerdo con lo regulado en su caso por las administraciones educativas, de forma colegiada, basándose para el de Graduado en Educación Secundaria Obligatoria en la adquisición de los objetivos generales establecidos para la etapa y el desarrollo de las competencias, y en el de Bachiller, en la evolución del alumno o alumna en el conjunto de las materias, y su madurez académica en relación con los objetivos del Bachillerato y las competencias correspondientes. La decisión de titulación se adoptará garantizando la adquisición de los objetivos generales de la etapa de manera que permitan al alumno o alumna continuar su itinerario académico y, en consecuencia, no quedará supeditada a la no existencia de materias sin superar para el acceso a ambas titulaciones. En todo caso para la obtención del título de Bachiller será necesaria una calificación media igual o superior a la requerida para la superación de cada materia.
Según el texto de la norma, estas modificaciones son «medidas excepcionales, y de carácter temporal». Desde el equipo de comunicación del Ministerio han explicado a Newtral.es que estará en vigor «mientras dure la situación sanitaria derivada de la pandemia, que es la que hace que la educación no pueda desarrollarse en condiciones normales».
Entonces, ¿se puede pasar de curso con suspensos?
Para la ministra, la nueva norma no significa que los alumnos con suspensos deban pasar. «Afirmar que podrá titularse con suspensos es sencillamente falso», aseguró Celaá en su intervención en el Congreso, en la que añadió que se titulará «tras conseguir los objetivos generales de la etapa». Sin embargo, la nueva norma no establece cuáles son dichos objetivos.
Además, tal y como está redactado el real decreto ley, la decisión queda supeditada a cada centro educativo. A efectos teóricos, no habría una evaluación del alumno en función de los aprobados y los suspensos que tenga, puesto que se trata de un modelo nuevo. A efectos prácticos, esto quiere decir que no habría límite de suspensos. No obstante, desde el Ministerio recuerdan que esto no quiere decir que no se pueda repetir curso.
¿Quién decide quién pasa o no pasa de curso?
Educación precisa que «es el equipo docente» el que decide «de forma global y colegiada» quien pasa y no pasa de curso. «Son quienes mejor conocen al alumno y su evolución académica», añade. La propia Isabel Celaá defendió en una entrevista en RNE que «el trabajo colegiado para decidir evaluar a un alumno de acuerdo a su evolución académica tiene muchísima más garantía de no equivocarse con respecto al alumno que cuando se hace en solitario».
Así, reiteran que es una medida de libre interpretación por parte de cada centro. Se trata de un sistema de evaluación nuevo en el que el alumno puede promocionar o titular si el equipo docente, de manera colegiada y global, valora que el estudiante ha adquirido los objetivos generales de la etapa de manera que le permitan continuar su itinerario académico.
«Se hace una evaluación global, no fragmentada. De igual forma, se puede decidir que el alumno debe repetir curso«, aclara Educación. Por tanto, tal y como insisten desde el ministerio, se trata de una medida de emergencia durante la pandemia y que, según recoge el real decreto ley, se volverá a la situación anterior una vez haya vuelto la normalidad.
La evaluación, promoción y titulación se adaptan al contexto de la pandemia para permitir la continuidad del aprendizaje con las mayores garantías. El equipo docente decidirá de forma colegiada y global si un alumno titula o repite en función de su evolución académica. pic.twitter.com/zQWvIpUrle
— Ministerio de Educación y Formación Profesional (@educaciongob) October 16, 2020
¿Cuál era el modelo hasta la fecha? ¿Con cuántos suspensos se repetía?
Hasta la entrada en vigor de las modificaciones temporales del real decreto, la norma que establece los criterios para lograr los títulos preuniversitarios es la Ley orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa (LOMCE).
En esta también se recoge que la promoción de los alumnos de un curso a otro «serán adoptadas de forma colegiada por el conjunto de profesores del alumno o alumna respectivo, atendiendo al logro de los objetivos de la etapa y al grado de adquisición de las competencias correspondientes».
No obstante, pone unos límites de asignaturas suspendidas para poder pasar de curso. Así, en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) no se puede pasar curso con más de dos suspensos. Además, en caso de que sean a la vez Lengua Castellana y Literatura y Matemáticas se deberá repetir curso, aunque existen excepciones, «cuando el equipo docente considere que el alumno puede seguir con éxito el curso siguiente».
En el caso de Bachillerato, la ley también establece que no se puede pasar de curso con más de dos asignaturas suspensas y que se debe tener todo aprobado para obtener el título.
Las nuevas medidas que introduce el real decreto ley —por las cuales los centros educativos pueden modificar los criterios de evaluación y se recoge el modelo de semipresencialidad o a distancia en el aula— ya se utilizaron durante el confinamiento de la primera ola de COVID-19 para el curso 2019/2020, según explica Educación. «No es una situación normal, por lo tanto hay que adaptar la normativa», argumentan.
Así, desde el Ministerio manifiestan que «es lo mismo que ha ocurrido con la contratación de docentes», en referencia a la supresión de la necesidad de haber cursado el máster habilitante de profesorado para poder ejercer la docencia, tal y como también expresa el real decreto ley aprobado basado en el BOE del 30 de septiembre de 2020. En este se eliminaba el requisito de posgrado para trabajar como educador en enseñanzas no universitarias de carácter público o privado.
¿Cómo defiende Celaá las medidas introducidas sobre pasar de curso con suspensos?
Tanto en el Congreso de los Diputados como en entrevistas y redes sociales la ministra de Educación ha defendido la aprobación del decreto y ha asegurado que «el sistema educativo español es abusivo con las repeticiones«. «La repetición ha de ser y es, así está concebida en el sistema, una medida excepcional por su propia naturaleza», ha comentado en en una entrevista en RNE.
Así, según su opinión, el decreto «da un paso cualitativo muy significativo en términos de mejora de la calidad de la enseñanza» y que «la lectura que hacen algunos» de la norma «es incorrecta».
Celaá hace hincapié en que hacer repetir a un estudiante «afecta al alumno y afecta al sistema«. «Yo no quiero hablar de lo que significa para el sistema en términos económicos que también, pero sobre todo en términos personales. Cuando un alumno no ha aprendido, no es una cuestión de que necesita más tiempo para aprender sino que necesita que el profesional que trabaja con él identifique qué es lo que no ha aprendido y lo refuerce», ha afirmado.
Con todo esto, la ministra asegura que «tenemos que reducir el número de repeticiones«, algo que se busca con el nuevo real decreto ley.
Belén Espejo, experta en Educación de la Universidad de Salamanca, comenta a Newtral.es que la discusión de las repeticiones «se enmarca en un contexto más de política educativa internacional». «Desde hace ya muchos años la OCDE viene diciendo que España es uno de los países donde más se está abusando de la repetición y que hay que tratar de evitarla», asegura Espejo.
La experta explica que «la repetición es costosa a nivel económico pero sobre todo a nivel personal y a nivel social». «Está muy demostrado que la repetición no necesariamente ayuda a mejorar el rendimiento académico del alumno ni el aprendizaje que realiza, sino que se pueden utilizar otros sistemas de apoyo alternativo. Si trabajamos con refuerzo, la repetición no es necesaria o solo es utilizable en casos extremos», afirma.
Así, defiende que el nuevo decreto ley entra dentro de políticas alternativas a la repetición y que va en línea con la autonomía de los centros. «Lo que se trata es de que los centros, que son los que mejor conocen la evolución del alumnado, en la medida de lo posible puedan decidir sobre criterios de evaluación de una manera colegiada», comenta Espejo.
Para la experta, esto supone «una responsabilidad de todo el equipo». «Del departamento de orientación, tutores, profesores, del equipo directivo… Se está viendo de qué manera se pueden hacer valoraciones sobre la evolución de un alumno y cómo se debe gestionar ese problema de rendimiento que haya tenido», afirma Espejo, que defiende que «no debe hacerse uso político» de estas medidas. «Son cuestiones que deben de ser de Estado, de consenso educativo, y que cada centro va a elegir la alternativa que mejor se ajuste», sentencia.
¿Qué opinan las asociaciones y sindicatos de profesores?
Francisco García, secretario de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CCOO) asegura a Newtral.es que no ven que la nueva situación «sea nada radicalmente diferente a lo que pasaba otros años». «Al final la decisión sobre una evaluación, titulación o promoción del alumnado del curso depende del equipo docente, de su autonomía, de su independencia y de su profesionalidad. Es decir, como siempre», asegura García.
El secretario de Enseñanza de CCOO aclara que la medida «no es un aprobado general». «Eso es rotundamente falso», sentencia y añade: «el decreto no dice que se pueda pasar de curso de cualquier manera, dice que es si el equipo docente considera que ha cumplido los objetivos del curso o de la etapa».
Por su parte, la Asociación Nacional de Profesionales de la Enseñanza (ANPE) considera que el decreto supone «una dejación de funciones por parte del Ministerio de Educación y Formación Profesional, ya que es competencia estatal la expedición de títulos académicos».
Así, defienden que los criterios de promoción y titulación «deben ser comunes para todo el territorio nacional» al tener los títulos validez en todo el Estado, por lo que critican que no se puede dejar a las comunidades autónomas «la regulación de los criterios de promoción y titulación y trasladar la responsabilidad de modificarlos a los centros y equipos docentes».
«Con lo recogido en el RD-Ley 31/2020, se puede llegar a producir una vulneración del principio de igualdad de oportunidades del alumnado que, en función de su lugar de residencia, podrá contar con condiciones distintas de promoción y titulación. Esta decisión agravaría la brecha ya existente entre las Comunidades Autónomas», denuncia ANPE.
La asociación pide a las comunidades que mantengan los actuales criterios de promoción y titulación recogidos en la LOMCE y que para evitar el fracaso escolar se tomen medidas como bajar las ratios máximas de alumnos por aula y el horario lectivo del profesorado.
¿Cuánto apoyo tiene el real decreto ley?
El real decreto ley se ratificó en una votación en el Congreso de los Diputados el 15 de octubre con 187 votos a favor, 154 en contra y 7 abstenciones. El grupo Popular en el Congreso votó en contra, así como el de Vox y Ciudadanos.
Fuentes:
- Real Decreto-ley 31/2020, de 29 de septiembre por el que se adoptan medidas urgentes en el ámbito de la educación no universitaria
- Votación del 15 de octubre de 2020 del Congreso de los Diputados
- Ley orgánica 8/2013, de 9 de diciembre, para la mejora de la calidad educativa
- Intervención en el Congreso de la Ministra de Educación y Formación Profesional, Isabel Celaá el 15 de octubre de 2020
- Comunicación del Ministerio de Educación y Formación Profesional
- Belén Espejo, experta en educación de la Universidad de Salamanca
- Francisco García, secretario de la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (CCOO)
- Nota de prensa de ANPE
- Entrevista de RNE a Isabel Celaá del 14 de octubre de 2020
- Tuit del Ministerio de Educación y Formación profesional
Pues no creo que repetir les haga bien a un adolescente. La mia por ejemplo desde qye comenzó la Eso peleando para que le pusueran en Proa y jamás quisieron. Hadta en el tercer trimestre. Casi hable con el ministro. Pues no aprueba la cambio de centro y si aprueba también potqye estuve muy pendiente y ni caso
Es estupenda, que en el tercer trimestre te pongan un 4.89 .me hace oensar
¿Y esta ley se aplicará en toda España?
arab funny camel
Sólo dos cosas:
1- como bien dice la norma es una medida excepcional para un tiempo excepcional. Poco diferente a lo que desde hace años se viene haciendo en ESO y Bachillerato.
2- Respecto al comentario del Sr. Jimeno, no estaría mal que algunos "profesorandos" se dedicaran a distraer al alumnado, en vez de acudir (o no) a los centros a denigrar la educación.
Con este Real Decreto la ministra Isabel Celaá autoriza a los centros que se pueda promocionar de curso y dar los títulos de ESO, Bachillerato y FP a todos sus alumnos aunque hayan suspendido todas las asignaturas. Bastará una decisión del equipo docente y se hará aunque el profesorado no quiera porque si no lo hiciera se quedarían sin alumnos, ya que al año siguiente estos se matricularían en otro centro más permisivo. Por otro lado, como la repetición se considerará algo excepcional y se deberá justificar exhaustivamente, ningún equipo docente lo hará. En estas condiciones casi ningún alumno se esforzará en aprender. Es el final del sistema educativo. Los centros se convertirán en guarderías de niños y en simples clubs culturales y lúdicos para adolescentes. Esto implica la reconversión de la profesión de maestro y de profesor en animador de grupos infantiles y juveniles.
"En estas condiciones ningún alumno se esforzará en aprender..." Sr. Jimeno, desconozco su relación con el sistema educativo pero como alumno le diré algo: si hasta ahora consideraba que aprender era la prioridad del alumno está usted muy equivocado. El alumno se esfuerza por aprobar; aprender lo hacemos pocos. El sistema español premia al que tiene memoria para tragar y vomitar (historia, filosofía, literatura, biología...) y paciencia para repetir el mismo ejercicio hasta que sistematizas como hacerlo entiendas bien o no el porqué (física, matemáticas, química...). De verdad le digo que aprender, en el sentido que usted lo dice, aprendemos pocos, aquellos que no nos quedan más narices que entenderlo todo a la perfección para sacar una nota suficiente para cursar ciertas carreras (esa es otra, el sistema de acceso a la universidad también debería replantearse pero eso es otro tema). No digo que defienda a capa y espada los nuevos criterios de paso de curso aunque sí entiendo que con menos presión por aprobar a toda costa, quizás no salgan alumnos con "conocimientos vacíos" imbuidos como si de ocas se tratase sino que aunque se promocionen "sabiendo menos", eso que han aprendido lo integrarán mejor.
Igualmente, creo que hace muchas suposiciones al respecto del funcionamiento del claustro, la decisión de suspender o no y la habilidad de cambiarse de centro así a la torera. De ser todos centros de igual nivel y similares criterios no veo porqué uno va a ser más permisivo que otro. Quizás eso sea algo que los diferencia ahora al funcionar de formas distintas pero en un futuro ya no lo hará.