Pagar con el móvil: Tecnología sin contacto para pagos en pandemia

Pago móvil | Shutterstock
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La llegada de una pandemia en la que hay que aumentar las distancias y tocar superficies ajenas lo menos posible ha favorecido el uso de las tecnologías contactless o sin contacto. El pago con tarjetas y más aún con móviles con este sistema viene creciendo en los últimos años, y la vida postpandemia previsiblemente lo convierte en tendencia. 

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Las herramientas digitales se usan cada vez más para compras diarias. En abril de este año, 40 millones de estadounidenses entraron a la web para hacer la compra de alimentos.

El miedo a la transmisión del virus y las medidas oficiales de administraciones han hecho que las tiendas y los restaurantes favorezcan los pagos con tarjetas o móviles para reducir la exposición de sus empleados. 

Valdis Dombrovskis, vicepresidente económico de la Comisión Europea, ha pedido facilitar los pagos sin efectivo con una solicitud incluso a los proveedores de servicios de elevar los límites para pagos sin contacto. 

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Aún es pronto para medir el impacto total del COVID-19 a nivel global en esto, pero ya algunos indicadores tempranos de pagos en plena pandemia muestran un aumento del uso sin contacto (contactless) en  pagos domésticos como farmacias y tiendas de alimentación. 

En un informe obtenido a través de una serie de entrevistas hechas a 17.000 usuarios en 19 países del 10-12 de abril de este año por Mastercard, el 79% dijo estar usando pagos sin contacto, y un 74% dijeron que los seguirían usando después de la pandemia.

Según Visa, 31 millones de estadounidenses usaron una tarjeta sin contacto o un monedero virtual en marzo de 2020. Son 6 millones más que en noviembre de 2019, con un aumento de 150% desde marzo del año pasado. 

Cómo funciona

Aunque las últimas tarjetas de plástico de los bancos ya permiten pagar sin contacto, acercando la tarjeta al lector del vendedor, la verdadera mejora está en utilizar directamente el móvil para pagar, utilizando un monedero virtual o electrónico. ¿Cómo funciona esto? En la práctica, consiste en llevar en el móvil una imagen de la tarjeta de crédito que actúa como una de verdad, y en el momento de pagar, abrir el móvil y tocarla, o en algunos dispositivos, simplemente acercar el móvil al terminal. 

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La tecnología contactless utiliza un chip de ordenador integrado en el sistema físico del dispositivo y una antena de radiofrecuencia. Al acercar tu dispositivo en el momento de pagar, los detalles del pago son enviados vía inalámbrica a la red del proveedor de servicios de pago. Segundos después, recibirás confirmación del pago. 

El monedero virtual es un sitio donde guardas tus tarjetas y un gestor de pagos. Su uso es gratuito. Los teléfonos móviles utilizan para ello la tecnología NFC (Near Field Communication) que transmite información desde la tarjeta (o el chip de tu teléfono) y no depende de una marca, teléfono o aplicación en particular. En móviles se puede usar en Apple Pay, Google Pay, Samsung, y en otros dispositivos tipo wearables, o “tecnología ponible”, como los relojes inteligentes. 

Qué es la tecnología NFC

NFC, o Near Field Communication, quiere decir “comunicación de campo cercano”. Es una tecnología inalámbrica de alta frecuencia. No es algo totalmente nuevo, sino una variante de algo que ya existía: el RFID, siglas que significan Identificación por Radio Frecuencia. Su estándar se estableció hace una década y es por ejemplo la tecnología que está detrás de las alarmas colocadas en los productos de una tienda para que suenen si pasan por el arco de entrada sin ser desactivadas.  

Al igual que el RFID, el NFC funciona a la frecuencia de 13,56 MHz pero con particularidades propias: la principal es la limitación del alcance, por motivos de seguridad.

El NFC no funciona a más de 20 centímetros según el standard, y en la práctica no supera los 4-5 centímetros, para evitar, justamente que nuestro móvil esté haciendo pagos lejos de nosotros. Es una tecnología diseñada para poner en contacto dos dispositivos y transferencia bastante limitada de información: soporta únicamente 424 kb/s, y por eso no es buena para transferencias de información pero sí para funciones de identificación (como cuando pasas tu abono de transporte), recogida de datos o sincronización de dispositivos.  

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Hay dos modos de funcionamiento del NFC. El modo pasivo es en el que sólo hay un dispositivo con chip NFC y el otro aprovecha el campo de inducción para intercambiar la información; y el modo activo, en el que ambos equipos tienen chip NFC y pueden generar ese campo electromagnético para intercambiar datos. 

Para poder usarlo es necesario, primero, que el terminal o teléfono móvil tenga incorporado dentro un chip NFC. En esta base de datos se puede comprobar qué modelos lo tienen, aunque probablemente es más rápido buscar si en los ajustes del teléfono te da esta opción.

En segundo lugar, para pagar directamente con el móvil en España, tu  banco debe estar asociado a una app de pago activa y por último el establecimiento debe usar un terminal de pago (TPV o datáfono) contactless

Más seguros

La comodidad de usar estas tecnologías de pago invisibles las hace parecer magia, pero son reales y seguras. 

A pesar de que como con toda comunicación existe la posibilidad de que se realice una lectura de la transmisión, la poca distancia característica de este estándar lo pone bastante difícil. Tanto como que el ladrón debería estar muy cerca tuyo. Mucho, al nivel de invadir tu espacio vital. En otras palabras, te enterarías.

Os preguntaréis, ¿y si estoy en el metro en hora punta? Tampoco sería tan fácil para el carterista devenido digital: una de las características de NFC es que se activa cuando tú quieres. El chip se activará cuando estés frente a un datáfono pero no funciona cuando el teléfono está en modo standby

Son varios los puntos que juegan a favor de su seguridad. Las tarjetas de crédito que tengas en un monedero virtual permanecen cifradas y ocultas dentro de tu teléfono, lo que hace imposible que un comerciante con tu tarjeta pueda copiar el número o clonarla.   

Por otro lado, hay menos información en este tipo de transacciones que en otras que hacemos, como explica Margaret Reid, Risk Officer de Visa en este vídeo. Entre los datos que pasan al terminal del vendedor no están ni el nombre ni el código de tres dígitos, ambos necesarios para un ladrón que quiera utilizar nuestro número de tarjeta para pagos.

El sistema de pagos móviles es más seguro que las tarjetas físicas incluso, y se considera un sistema de pago de alta seguridad, porque puede combinarse con sistemas de verificación biométrica, por ejemplo mediante huella dactilar o reconocimiento facial.