Después de todo, PP y Vox van a compartir cinco gobiernos autonómicos en los próximos años. A Castilla y León, Comunidad Valenciana, Extremadura y Aragón, se ha unido el reciente pacto en la Región de Murcia, donde Fernando López Miras va a ser investido solo unas horas antes de que terminara el plazo legal y se convocaran automáticamente elecciones.
A cambio de esquivar la vuelta a las urnas, los populares han tenido que abandonar la idea de un gobierno en solitario e incorporar al gabinete a dos integrantes de Vox -uno con rango de vicepresidente- que se pondrán al frente de las consejerías de Seguridad, Interior y Emergencias y de Fomento. Justo dos son los escaños que le faltaban al PP en la Asamblea para llegar por sí solo a la mayoría absoluta, cifrada en los 23 diputados.
Más votos no es sinónimo de más consejerías
Según se desprende de los diferentes acuerdos, no hay una relación directa entre la diferencia de votos logrados por el PP y Vox en las urnas y la cesión de consejerías a la formación de ultraderecha. En el caso de la Región de Murcia, los populares multiplicaron por 2,4 las papeletas que obtuvo Vox, al que han dado dos departamentos. Misma cifra que en Aragón, donde Jorge Azcón triplicó los apoyos obtenidos por Alejandro Nolasco.
Mejor parada ha salido Marga Prohens, líder del PP en Baleares, quien ha mantenido a Vox fuera del Gobierno autonómico, si bien les ha cedido puestos en los consells de Mallorca y de Menorca. En el lado opuesto, se encuentra el valenciano Carlos Mazón. A pesar de casi multiplicar por tres los votos de Vox en las elecciones autonómicas, les ha cedido tres consejerías, las mismas que Alfonso Fernández Mañueco en Castilla y León en 2022. Allí, por cada voto obtenido por la lista liderada por Juan García Gallardo, la del PP obtuvo 1,78.
Otros cargos a reparto: vicepresidencias en el Ejecutivo y presidencias en el Parlamento autonómico
A la hora de cerrar los pactos, PP y Vox no solo han negociado propuestas y consejerías. También han entrado en juego el rango que tendrían estos cargos y la presidencia del parlamento autonómico.
María Guardiola, dirigente extremeña, ha sido la única que no ha dado a Vox ni una cosa ni la otra. La representante de la ultraderecha no es vicepresidenta del Ejecutivo y, precisamente por no llegar a un acuerdo con esta formación, en la Mesa de la Asamblea de Extremadura no hay ni un miembro de Vox. Es más, la preside el PSOE.
Junto con Murcia -donde ocurre lo mismo-, supone la excepción que confirma las reglas de los pactos entre Vox y el PP: a cambio de su apoyos en la investidura, los populares han cedido la presidencia parlamentaria y una vicepresidencia gubernamental.
Las consejerías pactadas por PP y Vox en Murcia
Aunque la homogeneidad no se da en el número y el rango de los cargos pactados, sí que se observa en mayor medida respecto a las áreas cedidas por el PP a Vox. En tres de los cinco gobiernos de coalición, el consejero de Agricultura es del partido de Abascal. Extremadura y Murcia son, de nuevo, las excepciones: en la primera, Camino Limia está al frente de Gestión Forestal y Mundo Rural y en la segunda, la mantiene el PP porque la gestión del Mar Menor ha sido una de las prioridades de López Miras debido a las enormes discrepancias que mantiene con su socio sobre este tema.
En Castilla y León y la Comunidad Valenciana Vox también dirigirá el departamento de Cultura y Deporte. La Consejería de Justicia es otra de las cesiones hechas a Vox por parte tanto de Mazón y como de Azcón en Aragón. En la Región de Murcia, por su parte, López Miras les ha dado Seguridad, Interior y Emergencias y Fomento
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