La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) es una alianza militar controlada por Rusia que incluye otras cinco repúblicas exsoviéticas: Armenia, Bielorrusia, Kazajistán, Kirguistán y Tayikistán. Como la OTAN, su mandato principal se apoya en el compromiso entre sus seis integrantes de actuar en bloque en caso de ataque exterior a uno o varios de sus miembros. En cualquier caso, como apuntan los expertos consultados, “la OTSC no es equiparable a la OTAN ni en capacidades ni en competencias”.
Pese a todo, desde su creación en 2002, la OTSC se ha mantenido inoperativa incluso en momentos en los que los países que forman parte de la alianza han solicitado su intervención militar. Esta tendencia, sin embargo, podría cambiar en el curso del conflicto abierto en Ucrania. La anexión unilateral de cuatro territorios ucranianos ocupados por el ejército ruso (Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia) podría movilizar por primera vez a las tropas de la OTSC.
La OTSC, la “pálida” consecuencia de la alianza militar del Pacto de Varsovia
La semilla de la OTSC brotó en 1991, al final de la Guerra Fría, cuando la URSS se disolvió y con ella el Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, el contrapeso soviético a la OTAN, también conocido como Pacto de Varsovia. La caída de esta organización obligó a Rusia a crear otra para mantener su influencia en un espacio postsoviético cada vez más fragmentado. Sin embargo, quedó en un tímido intento, ya que el ámbito de la OTSC no abarca todos los Estados socialistas del Pacto de Varsovia y geográficamente está mucho más desplazado hacia el continente asiático, a excepción de Rusia y Bielorrusia (el Pacto de Varsovia comprendía a países como Bulgaria, Hungría, Polonia o Rumanía).
Para formalizar la creación de la nueva organización, se firmó un año después de la caída de la URSS el Tratado de Seguridad Colectiva entre Armenia, Kazajistán, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán. Un año después, se unieron Azerbaiyán, Bielorrusia y Georgia.
Hasta 2002, el Tratado funcionó únicamente como un acuerdo regional y no fue hasta la creación de la OTSC cuando el pacto se institucionalizó a través de esta alianza militar permanente que acordaron seis de los nueve Estados, todos menos Azerbaiyán, Georgia y Uzbekistán.
“La OTSC es la pálida consecuencia del Pacto de Varsovia, una alianza militar para agrupar a los Estados más cercanos que sobreviven al naufragio de la URSS”, resume a Newtral.es José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad San Pablo CEU.
Para José Ángel López, profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas, “la alianza tiene importancia sobre todo para Rusia, ya que es una coalición de Estados al servicio de los intereses del Kremlin”. Véase Bielorrusia, la frontera occidental de Rusia frente a la OTAN, o Kazajistán, un país rico en recursos naturales con el que comparte 7.000 kilómetros de frontera.
El tratado de la OTSC establece el principio de seguridad colectiva, aunque hasta ahora se ha mantenido inoperativa
El artículo más importante de la OTSC es el cuarto, que se refiere al principio de seguridad colectiva, parecido al que rige en la OTAN: “Si uno de los Estados miembros sufre una agresión externa, será considerada como una agresión a todos los países de la alianza”, que deberán prestar ayuda, “incluida la militar”.
Sin embargo, hasta ahora, la alianza militar no ha actuado en ninguno de los conflictos que ha sufrido el territorio que protege a pesar de haber sido requerida por los países agredidos. “La excusa ha sido que todas han sido agresiones internas y no externas”, precisa López.
El experto se refiere a los levantamientos y revoluciones del espacio convulso que dejó la caída de la URSS. Kirguistán, por ejemplo, pidió la intervención de la OTSC para resolver un conflicto étnico que sufrió el país en 2010; también en la guerra entre Armenia y Azerbaiyán por el control del Alto Karabaj, o la tensión en el enclave prorruso de Transnistria, la región separatista de Moldavia. “Rusia consideró estas crisis como conflictos internos que no aplicaban a los tratados de la OTSC, los cuales requieren de una agresión de un país tercero para actuar”, recuerda el experto de Comillas.
Solo hubo una “tímida” intervención a principios de este año en Kazajistán, como explicamos en este reportaje. Sin embargo, no todos los expertos consultados coinciden en definir este apoyo militar como una actuación de la OTSC. Para López, el espaldarazo militar en Kazajistán fue solo del Kremlin y no de toda la alianza.
La anexión de parte del territorio ucraniano podría ser una excusa del Kremlin para actuar
Según el profesor de la Universidad de Comillas, la anexión de las cuatro provincias ucranianas Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia por parte de Rusia tiene una lectura para la estrategia geopolítica de Putin que podría desembocar en un escenario sin precedentes para la alianza militar. “Estos territorios recientemente incorporados forman parte de la integridad territorial de Rusia, por lo que, como Crimea, si ahora Ucrania los atacara para recuperarlos, se consideraría como una agresión a Rusia que podría movilizar a la OTSC”.
No obstante, Orella discrepa. Aunque en teoría Rusia podría requerir la actuación de la OTSC por el principio de seguridad colectiva, en la práctica no ocurrirá. “Las repúblicas que forman parte de la alianza no quieren comprometerse y buscarán excusas para no intervenir”, argumenta.
Sin ir más lejos, Kazajistán ya manifestó que no reconoce los referéndums de integración a Rusia de estas provincias y que defiende el principio de integridad territorial de los Estados, como informa la Agencia Efe. “Lo primero que hizo el Gobierno kazajo cuando estalló la guerra fue asegurar que ningún ciudadano de Kazajistán pueda entrar en el ejército ruso para invadir Ucrania”, indica Orella.
La OTSC en la práctica: una alianza militar para luchar contra el terrorismo yihadista y el narcotráfico
Otro objetivo relevante de la OTSC es el que fija la finalidad de la alianza militar: “Fortalecer la paz, la seguridad internacional y regional, y la estabilidad” en el espacio postsoviético. Justamente, este punto es el que sí ha desarrollado la alianza militar.
La puesta en práctica de la OTSC ha permitido a Rusia establecer bases militares en los Estados miembros con el fin de mantener el control del territorio y su estabilidad. “El despliegue de la OTSC se centra en mantener a raya el peligro talibán de Afganistán y el que supone el tráfico de opio que cruza Asia central”, indica Orella.
“La única experiencia que están teniendo actualmente se asemeja más a fuerzas policiales que a movimientos militares del estilo de la OTAN”, añade el profesor de Historia Contemporánea.
En cualquier caso, la OTSC está vinculada con la Comunidad de Estados Independientes (CEI), que colabora con la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y con la ONU como miembro observador.
- José Ángel López, profesor de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales de la Universidad de Comillas
- José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea en la Universidad San Pablo CEU
- Página web de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)