El 23 de octubre el secretario general de la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), Hussein Ibrahim Taha, inició su visita a Rusia en un contexto marcado por su invasión en Ucrania. Durante su viaje, Taha se reunió con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, el 24 de octubre, como anunciaron tanto la Organización como el ministerio ruso.
En su encuentro, Lavrov agradeció que “en la difícil situación internacional actual, complicada por las acciones unilaterales de los países occidentales, el mundo islámico no comprometa su independencia”, como recoge la nota de prensa compartida desde el ministerio.
Rusia es, junto a otros cuatro países y siete organismos, miembro observador de la organización. De hecho, esta es la segunda vez que el secretario general de la OCI se reúne con el Kremlin en Moscú. El primer encuentro se celebró en mayo. Pero, ¿qué es este ente y cuál es su relación con Rusia?
¿Qué es la Organización para la Cooperación Islámica?
La Organización para la Cooperación Islámica es un organismo internacional formado por 57 países, entre los que se encuentran Egipto, Afganistán, Turquía o Nigeria. Fundada en 1969 tras una cumbre celebrada en Rabat, Marruecos, es la segunda organización intergubernamental más grande por detrás de Naciones Unidas, de la que forman parte 193 Estados.
Como explica a Newtral.es Alejandra Álvarez Suárez, profesora del Grado en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), “más de un tercio de sus miembros forman parte de la Liga Árabe”. Sin embargo, Álvarez señala la diferencia entre ambos organismos: “mientras la liga reivindica la herencia común de la cultura árabe, sin referencia a la religión, la Organización se basa en el denominador común de la fe”, aunque no todos los países miembros declaran el islam religión estatal.
La experta señala que el objetivo de la OCI es “proteger los intereses de la comunidad islámica y resolver los conflictos regionales mediante el diálogo”. En esto coincide Antonio Javier Martín Castellanos, coordinador de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Cádiz, que, como señala a Newtral.es, “pretende establecer un marco de diálogo interconfesional para intentar resolver los problemas entre comunidades con distinta fe” ya que “los países islámicos viven en su mayor parte en un entorno interreligioso, con varias religiones presentes en un mismo Estado”.
Además, desde la Organización para la Cooperación Islámica explican que buscan impulsar acciones con las que pretenden eliminar la “discriminación contra los musulmanes”. Álvarez explica que en los últimos años, el organismo también aborda temas como la lucha contra el terrorismo internacional.
No es solo un ente religioso sino que cuenta con varios comités permanentes en los que tratan cuestiones económicas, tecnológicas, educativas o científicas. Aun así, y como destaca Martín Castellanos, “su papel se limita a unas reuniones para tratar una cuestión concreta y expresa su opinión como organización internacional”, por lo que “su alcance efectivo es muy limitado”.
El objetivo de Rusia: fortalecer lazos internacionales ante el aislamiento occidental
“Ya se trate de trigo o de cuestiones relacionadas con la energía, Rusia es una potencia difícil de aislar”, asevera Álvarez, a lo que añade que en Oriente Medio y en África no está tan aislada política y económicamente como en Europa, “de ahí que su estrategia pueda estar orientada a fortalecer lazos con organizaciones intergubernamentales” presentes en esas regiones, como la OCI. La experta destaca la naturaleza multifacética de Rusia, cuyos lazos con la organización islámica siguen estrechándose y una muestra de ello ha sido la reunión del 23 de octubre.
Por su parte, Martín Castellanos recuerda que Rusia “lleva tiempo esforzándose en buscar elementos de cooperación con la OCI” para atraer sus intereses al mundo islámico. Desde Moscú se estaría intensificando un discurso con el que, según el coordinador de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Cádiz, se intentaría oponer el mundo occidental a los valores tradicionales de Rusia, China y el mundo islámico.
Como apunta Martín Castellanos, “tal vez no sea solo ideología, sino que también busca generar un consenso en un conjunto de sistemas políticos que rechazan los valores morales de Occidente como manera de atraerlos a sus propios intereses”.
Para el profesor de la Universidad de Cádiz, "Rusia busca temas en los que los miembros de la OCI, entre los que no hay unanimidad a la hora de buscar aliados, puedan coincidir”.
Los temas que trata la OCI: Palestina, la India y otros conflictos internacionales
Desde que se fundó hace 53 años, la Organización para la Cooperación Islámica “ha dado su opinión sobre conflictos que afectan de lleno a países islámicos”, señala Martín Castellanos, que lo ejemplifica con Palestina. “Es el caso más notorio, ya que es el catalizador de los grandes conflictos regionales, que afecta a un territorio islámico en el que se ha establecido una estructura política que no es islámica (el Estado de Israel)”, explica.
De hecho, para Álvarez, la lucha por la emancipación de Palestina, así como contra el imperialismo occidental, es una de las metas de la organización.
Sin embargo, no es el único conflicto sobre el que la Organización para la Cooperación Islámica se ha pronunciado, como señala el profesor de la Universidad de Cádiz. También lo ha hecho sobre conflictos entre las comunidades budista y musulmana en la India y países de alrededor; la situación de Afganistán, el conflicto de los Balcanes en los noventa, las guerras del Golfo Pérsico o los conflictos en Sudán, entre otros.
Las diferencias y similitudes entre la OCI y la ONU
Aunque ambas abogan por la cooperación y el diálogo para resolver conflictos internacionales, su estructura es muy diferente, señala Martín Castellanos. “Aunque Naciones Unidas, por culpa del derecho a veto de algunos países, tiene también un papel limitado, ha logrado imponer el alto el fuego en ciertos conflictos, algunos de los cuales afectaban al mundo islámico, como el del Canal de Suez en 1956 o algunas fases del conflicto árabe-israelí, como en 1973”, explica el experto. Martín Castellanos considera que la OCI opera “como una simple reunión política de un conjunto de países”.
Álvarez destaca que, en 1990, la Conferencia para la Cooperación Islámica adoptó una Declaración de los Derechos Humanos Islámicos. “El texto nació con la pretensión de erigirse en alternativa a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, ya que, aunque esta fue respaldada por todos los países islámicos salvo Arabia Saudí, algunos teólogos islamistas consideraron que era incompatible con la fe islámica”, aclara la experta, como la posibilidad de cambiarse de religión o ser ateo.
- Antonio Javier Martín Castellanos, coordinador de Estudios Árabes e Islámicos de la Universidad de Cádiz
- Alejandra Álvarez Suárez, es profesora del Grado en Ciencias Políticas de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR)
- Organización para la Cooperación Islámica
- Naciones Unidas
- Declaración de los Derechos Humanos Islámicos