El año cierra sin dar tregua en el ámbito sanitario. La semana pasada el tabloide británico The Sun publicaba la siguiente noticia: “La cepa mutante de ‘supergonorrea’ aumenta en una tormenta perfecta con Covid-19 ya que las infecciones de transmisión sexual (ITS) podrían volverse ‘intratables’».
El artículo cita a un portavoz de la OMS, aunque no detalla su nombre, y añade que “el uso excesivo de antibióticos puede impulsar la aparición de resistencia a los antimicrobianos en la gonorrea. La azitromicina, un antibiótico común para tratar infecciones respiratorias, se usó para el tratamiento de Covid-19 al principio de la epidemia”.
En las declaraciones, se apunta a que “durante la pandemia, los servicios de ETS también se han visto interrumpidos. Esto significa que más casos de ITS no se diagnostican correctamente y, como resultado, más personas se automedican. Esta situación puede impulsar la aparición de resistencia en la gonorrea, incluida la superbacteria de la gonorrea (supergonorrea) con un alto nivel de resistencia a los antibióticos actuales recomendados para tratarla».
Varios medios de comunicación se hicieron eco de estas declaraciones advirtiendo que “un abuso de determinados antibióticos para la fase inicial de la covid-19 habría dado paso a la mutación de la bacteria”.
La OMS apunta a que la pandemia ha podido incidir en la resistencia de la gonorrea a los antibióticos
Aunque no se trata de un nuevo estudio comprobado científicamente, desde la OMS han confirmado a Newtral.es que han detectado que durante la pandemia, los servicios para prevenir y tratar las ITS se han interrumpido en muchos países.
“Esto significa que muchos casos de ITS no se diagnostican y tratan adecuadamente y, como resultado, más personas se automedican. Esta situación puede impulsar la resistencia a antibióticos en la gonorrea, incluida la “superbacteria de la gonorrea” o la gonorrea con un alto nivel de resistencia a los antibióticos actuales recomendados para tratarla (por ejemplo, cefalosporinas y azitromicina)”, explican.
En concreto, la azitromicina es uno de los antibióticos para el tratamiento de pacientes con infección por SARS-CoV-2 que figuran en el protocolo publicado por el Ministerio de Sanidad. Aunque el mismo protocolo precisa que “los antibióticos no están recomendados de inicio, aunque, en función de la clínica, la analítica o los resultados microbiológicos podrían estar indicados, especialmente en casos graves en los que no se pueda descartar otra etiología, sepsis asociada o sospecha de sobreinfección bacteriana”.
La Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) también publicó un comunicado sobre el uso de la hidroxicloroquina para tratar la COVID-19 en el que advertía que “la cloroquina/hidroxicloroquina constituyen un potencial tratamiento para COVID-19 y se están utilizando en la práctica clínica de forma extensa en estos pacientes, a dosis superiores a las recomendadas en sus indicaciones autorizadas y frecuentemente en asociación con azitromicina”.
Sobre este componente advertía que “los casos graves de alteraciones cardíacas notificados al Sistema Español de Farmacovigilancia indican que estos pacientes recibían de forma concomitante otros medicamentos que pueden prolongar el QT, siendo el más frecuente la azitromicina, o se administraban a dosis muy altas mantenidas de hidroxicloroquina”.
Gonorrea resistente a antibióticos
La gonorrea resistente a los antibióticos no es un fenómeno nuevo, aunque sí se ha acrecentado con el uso de algunos medicamentos, como explica la OMS y otros organismos como los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos. En 2019, en España se detectaron 6.463 casos de infección gonocócida (gonorrea), según los datos de la Red Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
Desde 2001, las tasas de infección gonocócica registran un ascenso continuado, según Sanidad, que señala que entre 2013 y 2017 “se ha producido un importante incremento, con una subida media anual del 27,3%”. Las tasas más elevadas se dan en hombres y la más elevada, de 98,8 casos por 100.000 habitantes, se produce en jóvenes de entre 20 y 24 años.
La OMS advierte que el uso de distintas opciones de tratamiento, incluido penicilinas, sulfonamidas, tetraciclinas, quinolonas y macrólidos (como la azitromicina), hacen que la gonorrea sea resistente a múltiples fármacos.
“Esta resistencia es causada por una serie de factores, incluido el acceso irrestricto a los antimicrobianos, la selección inadecuada y el uso excesivo de antibióticos y los antibióticos de mala calidad. Además, las mutaciones genéticas dentro del organismo han contribuido a aumentar la resistencia a los medicamentos”, señalan en su web.
Fuentes:
- Departamento de prensa de la OMS
- The Sun
- Infecciones de transmisión sexual (ITS), Ministerio de Sanidad
- Hoja informativa sobre la gonorrea resistente a múltiples medicamentos, OMS
- Hoja informativa sobre las ITS, OMS
- Manejo clínico del COVID-19, Ministerio de Sanidad
- Agencia Española de Medicamentos (AEMPS)
- Clínica Mayo
- Centros para el Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos
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