La avalancha de contagios que ha traído consigo la variante ómicron ha multiplicado por tres el número de pruebas que se hacen en España en el último mes. Los cribados masivos en varias comunidades, el desabastecimiento de test de antígenos de autodiagnóstico y las filas a las puertas de los centros de salud ya son parte de la postal navideña del 2021.
Sin embargo, España sigue haciendo menos test de los que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS) para medir la expansión del virus y, pese al aumento de las últimas semanas, suponen tres veces menos que otros países como Portugal o Reino Unido y la mitad que en Francia o Italia, en proporción a su población.
El número de test de antígenos pasa de 310.000 a más de un millón en el último me
El aumento de los contagios por la variante ómicron ha supuesto un auge de los test de antígenos, que han pasado de los 310.000 a más de un millón en apenas cuatro semanas. Este tipo de test ha pasado de suponer un 30% de las pruebas que realizaba Sanidad a comienzos de año a cerca de un 45% en la última semana, recortando la distancia con las PCR.
El gráfico muestra el tipo de prueba de los casos notificados a Sanidad, pero no refleja los casos de autodiagnóstico que algunas comunidades como Madrid comienzan a considerar para las bajas médicas.
España hace la tercera parte de test que en Portugal y la mitad que en Francia
En la última semana, España ha hecho un promedio de 6,8 test por cada 1.000 habitantes al día. En esas mismas fechas, Portugal ha realizado 20,4 y Reino Unido 22,3, como reflejan los datos de Our World in Data, la organización de visualización y análisis de datos de la Universidad de Oxford.
Menos test para tomarle el pulso a la sexta ola
La OMS estableció que la tasa de positividad de las pruebas para detectar el covid, es decir, el porcentaje de test positivos por cada 100 test realizados, no debe superar el 5%. Sanidad también fija en su valoración de riesgo que la positividad debe estar por debajo del 4% para una circulación controlada del virus, y define el riesgo alto por encima del 10% y muy alto, por encima del 15%. En España, el último dato llega hasta el 20,37%.
El indicador se calcula a partir de dividir el promedio de casos diarios notificados en los últimos siete días entre el promedio de pruebas diarias.
“Esta métrica nos ofrece dos ideas clave: en primer lugar, una medida de qué tan adecuadamente están realizando las pruebas los países; y, en segundo lugar, nos ayuda a comprender la propagación del virus, junto con los datos sobre casos confirmados”, explica la organización.
Para poder monitorear y controlar la propagación del virus, los países deben realizar más pruebas. Pero en el último mes en España, el número de pruebas se ha multiplicado por tres, mientras que los contagios se han multiplicado por 10.
“Un número limitado de pruebas hace que sea probable que se pasen por alto muchos casos”, añade la organización. “En países con una alta tasa de positivos, es probable que el número de casos confirmados represente solo una pequeña fracción del número real de infecciones. Si la tasa de positividad está aumentando en un país, esto puede sugerir que el virus en realidad se está propagando más rápido que el crecimiento observado en los casos confirmados”.
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