No vender más coches de combustión en la Unión Europea para 2035. Ese fue el objetivo que el Parlamento Europeo anunció en 2022, en línea con los objetivos europeos de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, un año más tarde, la obstrucción por parte de países como Alemania y Polonia consiguió que la Eurocámara diera marcha atrás con esta política climática, y acotarla a solo la prohibición de la gasolina y el gasóleo en el ámbito de la UE. Según el reglamento aprobado, los coches convencionales podrán seguir vendiéndose si usan electrocombustible sintético (e-fuels), algo que los especialistas dudan sobre si se merece la etiqueta verde.
Este no es un caso aislado, según un nuevo informe dirigido por la Climate Social Science Network (CSSN) de la Universidad de Brown (Estados Unidos). El análisis, publicado por Oxford Press, desvela las redes de think tanks, empresas y partidos políticos que obstaculizan la acción de la UE frente al cambio climático.
Un “obstruccionismo” coordinado e intencionado de políticas climáticas en la UE
Con “obstrucción climática”, el informe se refiere a “acciones y esfuerzos intencionados” para frenar o bloquear políticas sobre el cambio climático “que sean acordes con el consenso científico actual”.
Dieter Plehwe, investigador del Centro de Ciencias Sociales de Berlín (WZB) y uno de los autores del informe, apunta a la red de think tanks como una parte importante en esta obstaculización. “Son los medios detrás de los medios”, dice a Newtral.es. “Hacen circular documentos con desinformación criticando políticas climáticas que, a su vez, son difundidos en medios de comunicación”, señala.
Entre ellos, el documento destaca al Istituto Bruno Leoni, en Italia, el Europäisches Institut für Klima- und Energieforschung (EIKE) de Alemania, o el Instituto Juan de Mariana en España, y subraya su coordinación entre distintos países. También señala el liderazgo por parte de partidos de extrema derecha europeos, “respaldados por los intereses de empresas de combustibles fósiles como Shell y Eni”.
Plehwe afirma que estos actores de obstrucción perpetúan el negacionismo climático en la UE, pero ya no niegan su existencia, sino que rechazan su gravedad y la urgencia para actuar, aunque esto choque con la evidencia científica. Así, el objetivo es socavar la percepción de que son necesarias políticas para hacer frente a la crisis climática. Esto también se traduce en una gran diferencia en la inversión de esta red de obstrucción en grupos de presión en el Parlamento Europeo y la de asociaciones y empresas que sí que abogan por políticas verdes en la UE.

Otra de las estrategias de obstrucción que señala la investigación es lo que llaman “perfeccionismo de las políticas”, que consiste en atacar medidas como las energías renovables y abogan por retrasar su adopción y esperar a “soluciones perfectas”.
También apuntan al greenwashing “sistemático” llevado a cabo por las principales petroleras y gasísticas, que ha llegado hasta la Taxonomía Verde de la UE, es decir, a la clasificación de qué tipo de proyectos se consideran ecológicos y pueden beneficiarse de incentivos. Esto es lo que ocurrió cuando en 2022 el Consejo Europeo consideró al gas como una energía verde “parte de la transición” para mitigar el cambio climático (a cuya decisión España estaba en contra) y, desde entonces, puede beneficiarse de los incentivos como las renovables.
En España: guerra cultural y presiones de grupos de petroleras y energéticas
En España, el informe destaca la creación de una guerra cultural por parte de los actores de la obstrucción, como partidos de extrema derecha, que usan las divisiones culturales para polarizar la opinión sobre la acción climática. Así, presentan las preocupaciones científicas como amenazas a la estabilidad económica y los valores tradicionales, identificados con acciones como usar el coche o comer carne.
Jose Antonio Moreno, investigador de la Universitat Pompeu Fabra y uno de los autores del capítulo español, recalca que la principal consecuencia de este obstruccionismo climático en España y en la UE es “que no estamos enfrentando esta crisis con la contundencia necesaria”.
“Esta obstaculización provoca que la mitigación de emisiones no sea tan rápida como debería. Por tanto, cada vez estaremos más expuestos a los impactos de este cambio climático que ya estamos sufriendo de diversas maneras”, explica a Newtral.es.
La sección española del informe también señala resistencia por parte de grupos de empresas como la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC), que representan los intereses de Endesa, Iberdrola y Naturgy, o la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos, que representa a petroleras como Repsol, Cepsa y BP.
A nivel europeo, el documento destaca que la tarea de esta “red negacionista” no es demostrar definitivamente que el clima no está cambiando o que las soluciones nunca funcionan, “sino infundir las dudas suficientes para ralentizar o detener los esfuerzos reguladores y mantener los sistemas del statu quo”.
- Declaraciones a Newtral.es de Jose A. Moreno, investigador de la Universitat Pompeu Fabra y unos de los autores del informe
- Declaraciones a Newtral.es de Dieter Plehwe, investigador del Centro de Ciencias Sociales de Berlín (WZB) y uno de los autores del informe
- ‘Climate Obstruction Across Europe’ elaborado por CSSN