Máquinas de tatuar, joyas, ropa o fotografías de DNI para falsificar tarjetas son algunos de los objetos incautados que tienen cada vez más presencia en los centros penitenciarios españoles. Pero a lo largo de los años, concretamente entre 2015 y 2022, son las sustancias tóxicas (como las drogas), los accesorios eléctricos auxiliares (por ejemplo, una regleta) o los teléfonos móviles las incautaciones más numerosas.
En concreto se han producido 51.595 incautaciones de sustancias tóxicas, 18.139 de accesorios eléctricos y más de 15.000 teléfonos, como se desprende de una solicitud de información vía ley de transparencia de Newtral.es al Ministerio del Interior.
¿Qué se hace con los objetos prohibidos incautados? Por una parte, están los que son legales en la calle y no lo son en prisión por motivos de seguridad, que se custodian y se devuelven a los internos cuando salen en libertad. Así lo recoge el artículo 317 del reglamento penitenciario, que establece que los objetos de valor intervenidos al ingresar se custodiarán y se dará un resguardo a los internos, aunque éstos pueden emitir una autorización para que otra persona pueda retirarlos. Por otro lado, los que son ilegales en ambos lugares, como las drogas o las armas, se remiten a los juzgados para que abran un procedimiento judicial.
El ‘top 10’ de objetos incautados desde 2015 en los centros penitenciarios
Los diez objetos que más se han incautado en los centros penitenciarios de la Administración General del Estado entre 2015 y 2022 están, en primer lugar, las sustancias tóxicas, los accesorios eléctricos auxiliares (como las regletas) y los teléfonos móviles. Le siguen los objetos punzantes, las joyas o bisutería no autorizadas y las tarjetas telefónicas. También entran en la lista los objetos cortantes, los objetos auxiliares que añaden funciones a objetos prohibidos (como un cargador de móvil, por ejemplo) y los aparatos de música.
Desde el Ministerio del Interior explican a Newtral.es que las incautaciones se pueden producir tanto durante la estancia de la persona en prisión como en su momento de ingreso, es decir, que esos objetos prohibidos no llegan a entrar en el centro penitenciario y son retirados en el procedimiento de entrada.
También pueden ser objetos que en un principio fueron autorizados para un uso concreto o limitado, que una vez transcurrido el tiempo permitido o tras un uso indebido es retirado. Indican que también se retiran en el traslado de una persona de un centro a otro con diferencias características (por ejemplo, de uno ordinario a uno con régimen cerrado, y viceversa), ya que hay objetos que estaban autorizados en un centro pero no el otro.
Máquinas de tatuar, ropa, joyas… Estas son las incautaciones que más han crecido en los centros penitenciarios
En el año 2018, según ha indicado la cartera ministerial, se produjo una recodificación de los objetos prohibidos. Por lo que, teniendo en cuenta las cifras a partir del año en el que se reclasificaron, es decir, entre 2018 y 2022, algunos de los objetos incautados que más han aumentado en número son las máquinas de tatuar: mientras que en 2018 no se incautó ninguna, en 2019 ya eran 129 y en 2022 la cifra ha ascendido hasta los 592, la más alta de estos últimos cinco años.
En cuanto a los teléfonos móviles, los datos van desde los 1.858 incautados en el año 2018 a 2.733 este 2022. Los aparatos informáticos como ordenadores han pasado de 32 a 438, los accesorios eléctricos auxiliares de 217 a 2.241, las joyas o bisutería no autorizadas de 16 a 163 y los objetos auxiliares como los cargadores de teléfonos móviles de 2019 a 1.224. La ropa ha pasado desde las 88 prendas hasta las 283 el año pasado.
También destacan por su incremento los aparatos y dispositivos de música (de 87 a 548), los depiladores (de uno a 15) y las fotografías tipo DNI (de cuatro a 59). Fuentes penitenciarias aclaran a Newtral.es que estas fotografías están prohibidas porque con ellas se falsifican tarjetas de identificación para pasar a otros módulos.
Este medio solicitó los datos desglosados por centros penitenciarios, pero desde la cartera han explicado que “supondría el riesgo de colocar a las instituciones penitenciarias en una situación de vulnerabilidad que comprometería seriamente la función pública que desempeña” y que pondría en riesgo las estrategias de seguridad de las mismas. En cuanto a las sanciones por estas incautaciones, explican que “no es posible una explotación estadística que vincule las incautaciones habidas y las sanciones, en su caso, que pudieran significar estos hechos”.
Correspondencia, drones y otras vías para introducir objetos prohibidos
No todos los objetos incautados se introducen desde el exterior, sino que muchos son fabricados por los propios internos. Las limas, por ejemplo, que aparecen en el listado de prohibiciones entregado por Interior a este medio, pueden ser utilizadas para hacer objetos punzantes a partir de trozos de plástico o huesos de pollo, como indican fuentes penitenciarias.

Según últimos datos conocidos, publicados por Europa Press en mayo de 2022, hasta esa fecha Instituciones Penitenciarias había avistado en lo que iba de año 23 drones sobrevolando cárceles o sus cercanías, e interceptaron varios de ellos. La agencia de noticias señalaba, además, que el organismo extendería el sistema SIGLO-CD de detección de drones utilizado en las cárceles madrileñas al resto de centros penitenciarios de la Administración General del Estado.
Sin embargo, fuentes penitenciarias indican que a pesar de estos avistamientos de drones, las vías de entrada siguen siendo las tradicionales: llevarlas camufladas en las pertenencias o en el propio cuerpo. La normativa que regula el reglamento penitenciario recoge que cuando existan sospechas sobre que el interno “oculta en su cuerpo” algún objeto peligroso o “sustancia susceptible de causar daño a la salud o integridad física de las personas o de alterar la seguridad o convivencia”, se podrá realizar un cacheo con desnudo integral con autorización del Jefe de Servicios. La ley también indica que la correspondencia que reciben los internos es abierta previamente por el funcionario en presencia del destinatario para comprobar que no contiene objetos prohibidos.
Metodología
Para establecer los objetos han tenido un mayor aumento en relación a las incautaciones a lo largo de los años se ha elaborado un porcentaje de variación para cada uno, teniendo en cuenta los de 2018 y los de 2022.
Aunque Interior ha facilitado las cifras desde el 2015, se ha elegido como año de partida el 2018 porque en él se produjo una recodificación de los objetos prohibidos, circunstancia que supone que en los años 2015, 2016 y 2017 figuran algunos con valor “0” porque antes no se contabilizaban como tal.
Una vez hallados estos porcentajes, se ha partido de aquellos cuyas cifras son significativas, ya que en algunos casos el porcentaje es alto pero porque se ha pasado de 0 a 2 unidades incautadas, por ejemplo. Por lo que se ha elegido un margen que sea, al menos, superior a 10 unidades.
- Petición de información vía ley de transparencia
- Instituciones Penitenciarias
- Ministerio del Interior
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