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Nueva York quiere seguir sana: así comprobarán bares y restaurantes que sus clientes se han vacunado

Un cliente compra en una tienda en Nueva York con mascarilla. (SHUTTERSTOCK)
Tiempo de lectura: 8 min

La ciudad de Nueva York será pionera en Estados Unidos con una medida polémica en tiempos de pandemia: el requerimiento de pruebas de vacunación para interiores de bares, restaurantes, gimnasios y centros de ocio y entretenimiento.

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  • La medida tomará efecto a partir del próximo 16 de agosto, aunque la ciudad concederá un periodo de gracia a los negocios hasta mediados de septiembre para adaptarse a la nueva exigencia.
    • Que por cierto será tanto para clientes como para trabajadores.

Bill de Blasio, alcalde de Nueva York, ha preferido priorizar la vacunación por encima del uso obligatorio de mascarillas en interiores que numerosas ciudades como Washington D.C. han ido reimponiendo en estas últimas semanas.

  • De Blasio cree que poder tener acceso a un rango mayor de actividades puede suponer un incentivo lo suficientemente grande como para que más gente se vacune.

El requerimiento se llevará a cabo a través de aplicaciones o de pruebas fehacientes de vacunación, ya sea una carta de vacunación o una copia del documento oficial que así lo demuestre. Las apps son dos:

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  • Excelsior Pass, una app con código QR que el estado de Nueva York lanzó al público hace meses y que hasta ahora se había usado para eventos multitudinarios como partidos de béisbol o conciertos en estadios.
    • Tiene un proceso de verificación que se sincroniza con el historial de vacunación oficial del estado.
  • NYC Covid Safe, una app para almacenar con una fotografía la prueba oficial de vacunación.
    • No tiene proceso de verificación de las imágenes que se almacenen en la app.

Los turistas solo necesitarán llevar consigo una carta de vacunación oficial de sus lugares de origen o una copia de ese mismo documento. También podrán almacenar una imagen de la misma en la app NYC COVID Safe App. Los turistas y extranjeros también tendrán la posibilidad de demostrar que se han vacunado incluso si lo han hecho con vacunas todavía no aprobadas en territorio estadounidense, donde solo han recibido la aprobación de emergencia Pfizer, Moderna y Johnson & Johnson.

  • Las otras que aceptarán en NYC son las aprobadas para uso de emergencia por la Organización Mundial de la Salud: AstraZeneca, Sinopharm y Sinovac.
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Con el 55.2 por ciento de su población con la pauta completa de vacunación, la ciudad de Nueva York todavía está lejos de alcanzar los ratios de vacunación de los que presumen estados del norte como:

  • Massachusetts (64.2 por ciento).
  • Connecticut (63.6 por ciento).
  • El propio estado de Nueva York en general (57.5 por ciento).

El problema es especialmente destacado en las comunidades de minorías, siendo hispanos y negros algunos de los más reticentes a ponerse la vacuna, según datos demográficos oficiales de la ciudad de Nueva York.

  • Los blancos están completamente vacunados en un 46 por ciento, mientras que los hispanos solo lo están en un 42 por ciento.
    • Entre los negros, el ratio cae al 32 por ciento.
  • Y en barrios de clase trabajadora de Queens y el Bronx, los ratios de vacunación entre adultos negros de 18 y 44 años caen por debajo del 30 por ciento.
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Esa diferencia en los ratios de vacunación es al final también una diferencia de clase, lo que ha generado críticas entre representantes políticos y líderes de los principales grupos de empresas de la ciudad.

  • Pero no hay consenso en las críticas. Otros legisladores de barrios de minorías han aplaudido la iniciativa con tal de frenar el avance de la variante delta en las comunidades menos vacunadas.

Cabe recordar que Nueva York fue uno de los estados más golpeados por el coronavirus, especialmente al comienzo de la pandemia, y que más de 33.000 personas han perecido a causa del virus.

  • Bronx y Queens son los distritos con el mayor número de muertes, con barrios en los que hasta 7 de cada 1.000 personas han muerto por complicaciones de COVID-19.

La excepcionalidad de la medida en la ciudad de Nueva York contrasta con la falta de restricciones e iniciativas similares en estados del sur estadounidense, con diferencia la región más afectada por la nueva ola de la variante Delta.

  • Florida, con más de 18.000 casos diarios, y Texas, con más de 10.000, encabezan la lista de estados con los rebrotes más graves. Y sin embargo sus gobernadores son también los más destacados opositores a medidas como las de NYC.

Ron DeSantis, gobernador republicano de Florida, emitió la semana pasada una medida para bloquear cualquier mandato de uso obligatorio de mascarillas en las escuelas del estado.

  • Y pese a que las agencias federales todavía no han aprobado el uso de emergencia de las vacunas entre menores de 12 años.

Y Greg Abbott, gobernador republicano de Texas, emitió la pasada primavera una orden ejecutiva para multar a los gobiernos locales que impusieran medidas de uso obligatorio de mascarillas.

Es en estados menos poblados y más pobres del sur profundo estadounidense como Louisiana, Mississippi y Alabama donde el aumento de casos promete agravar los rebrotes en los condados rurales con menor ratio de vacunación.

  • Allí, la cultura ideológica, la desinformación y la retórica política habrían tenido especial influencia, a juzgar por el seguimiento de encuestas realizado por la Kaiser Family Foundation.

La cultura ideológica tiene que ver con la oposición conservadora, más presente en el sur profundo estadounidense, a medidas gubernamentales que pongan limitaciones a la libertad de los ciudadanos. Por ejemplo:

  • Un 85 por ciento de republicanos se oponen a que los empleadores requieran la vacunación entre sus trabajadores, según encuesta de KFF.
    • Solo el 37 por ciento de los demócratas piensan lo mismo.
  • Entre un 32 y un 33 por ciento de republicanos se oponen a que colegios y universidades exijan la vacunación entre sus estudiantes, según encuesta de KFF.
    • Entre demócratas, el 74 por ciento cree que deberían exigirla en escuelas y el 82 por ciento que deberían exigirla en universidades.
  • Entre un 52 y un 54 por ciento de republicanos se oponen a que los gobiernos locales, estatales o federales impongan medidas de uso obligatorio de mascarillas, tanto en exteriores como en interiores, según encuesta de POLITICO y Morning Consult.
    • Solo el 10 por ciento de los demócratas piensan lo mismo.

La desinformación también ha hecho mella entre los votantes republicanos, donde hasta un 58 por ciento de ellos dicen haber escuchado mitos sobre las vacunas de COVID-19 y dicen creerlos o estar inseguros acerca de qué piensan sobre ellos, según encuesta de KFF.

  • Solo ocurre lo mismo con un 44 por ciento de demócratas, con menor presencia en los estados sureños de Estados Unidos.
    • Aquellos que han escuchado mitos sobre las vacunas son mucho más dados a no querer ponérsela, según encuestas de KFF.

Y la retórica política conservadora, con políticos y voceros de la derecha que pregonan inseguridad sobre las vacunas o priorizan la libertad de sus ciudadanos a decidir si ponerse o no la vacuna, ha sido una constante de los últimos meses.

  • Casi 100 congresistas republicanos se niegan a decir públicamente si se han vacunado y algunos legisladores como el senador Rand Paul han puesto en duda la efectividad de las vacunas.
  • Legisladores estatales republicanos invitan a conocidos antivacunas y desinformadores a testificar en los comités de sus cámaras legislativas.
  • Presentadores de Fox News o Newsmax llevan meses destacando los posibles peligros de la vacuna o los supuestos excesos de las autoridades para promover la administración de las mismas.
  • Y políticos republicanos como Marjorie Taylor-Greene abanderan un mensaje en el que rechazar la vacuna es una forma de oposición al gobierno demócrata de Joe Biden.
    • Solo el mes pasado, podía escucharse al público en una conferencia conservadora aplaudir que la administración de Biden estaba quedándose corta de alcanzar sus objetivos de vacunación.

El presidente estadounidense ha pedido a gobernadores republicanos que cambien la narrativa para potenciar la campaña de vacunación, hasta hace poco estancada tras unos primeros meses del 2021 muy optimistas.Y aunque más ciudades y más estados demócratas están tomando medidas para incentivar la vacunación, la oposición en lugares como Florida sigue siendo demasiado fuerte. DeSantis es el mejor ejemplo:

“¿Por qué no haces tu trabajo? ¿Por qué no aseguras la frontera? Y hasta que hagas eso, no quiero escuchar una sola palabra de ti sobre COVID. Gracias”.

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