Los anillos de Saturno son algo más que un icónico adorno alrededor del segundo planeta más grande del sistema solar. Sus discos mantienen una melodía en forma de vibración que ha servido para caracterizar mejor qué hay en el interior de este gigante de gas.
Con datos de la sonda Cassini de la NASA (que terminó sus días en una misión suicida estrellada en el planeta en 2017), Christopher Mankovich y Jim Fuller se han dedicado en los últimos años a interpretar la música de los anillos de Saturno para ‘escuchar’ el sonido más desconcertante y revelador posible: el de su núcleo. Para su sorpresa, el corazón del planeta es colosal, contra lo pensado hasta ahora.
Constituye “el 60% del radio de Saturno y tiene 55 veces la masa de la Tierra”, según han publicado en Según su artículo, publicado el lunes en la revista Nature Astronomy. Saturno es gaseoso, pero no tanto. Y demuestra tener un gran corazón rocoso.
Núcleo de hielo y roca
La mejor manera de saber qué hay dentro de un planeta es posarse en él y perforarlo. Es lo que hacemos en lugares como Marte, una de cuyas misiones, InSight, analiza los martemotos. Recientemente nos ha dado alguna sorpresa sobre el interior del planeta rojo. Sin embargo, hacer esto en Saturno es imposible.
Igual que en Júpiter, su vecino gigante, la mayor parte del planeta está hecha de gas. O eso se creía. Así que no hay nave que pueda fácilmente aterrizar sin terminar completamente destruida, como Cassini. La ventaja de Saturno es que, al tener anillos la ciencia cuenta con un instrumento natural para medir las vibraciones que se producen más abajo. Incluso aunque los efectos gravitaciones del núcleo de Saturno sean muy débiles.
Las oscilaciones en el anillo C de Saturno han revelado lo que las técnicas tradicionales no pueden. Ese interior saturnal. En las últimas tres décadas, se han observando extrañas ondas espirales en el anillo a través de imágenes de las misiones Voyager y Cassini. “Son simplemente terremotos constantes que existen en todas partes del planeta”, asegura Mankovich desde el instituto CalTech de Estados Unidos. “Saturno suena como una campana prácticamente todo el rato”.
El núcleo de Saturno hace una música incomprensible
No es que se pensase hasta ahora que Saturno fuera apenas sólo de gas. De hecho, se tendía a representar como una esfera pequeña y multicapa. Ahora sabemos que el núcleo tiene roca y hielo. Pero también por hidrógeno metálico líquido mezclado, no en una capa propia. Es decir, el corazón saturnal es bastante difuso en cuanto a sus materiales, no una bola de regiones uniformes.
A pesar del éxito de la técnica, los científicos aún no saben qué está causando que el núcleo oscile. De hecho, que tenga un núcleo dinámico, fluido, complica la teoría de los remolinos de su anillo C en cierta medida. Es sencillo imaginar cómo una cuerda de guitarra produce música a vibrar. Pero la cuerda es rígida. Si fuera fluida, como el núcleo de Saturno, no habría semejante orquestación. Y el caso es que la hay.
Según los autores, “esta distribución gradual de elementos pesados limita los procesos de mezcla que operan en Saturno y puede reflejar la estructura primordial y la historia de acreción (formación a partir de pedazos de roca) del planeta”. Lo que no explica es por qué el planeta tiene un campo magnético tan extraño. Quizás la misión Juno a Júpiter sugiera alguna explicación por su parecido con el ‘señor’ de los anillos.
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