No se ha demostrado que tomar granada prevenga el coronavirus o cure la COVID-19

Granada madura | GoncharukMaks/Shutterstock
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Nos habéis preguntado a través de nuestro servicio de verificación de WhatsApp por una publicación que circula en redes sociales que asegura que «la granada puede convertirse en un arma contra la COVID-19«. La afirmación procede de una web de venta de suplementos alimenticios elaborados con extracto de granada.

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Según la propia web, la granada es capaz de «inhibir la actividad de varias proteínas de la COVID-19», pero también asegura que el fruto es capaz de «reforzar la respuesta inmunitaria a la COVID-19» de manera que puede ayudar “en la prevención y el control de la propagación” del virus. Para realizar dichas afirmaciones, la empresa que vende estos suplementos se basa en varios artículos cuyas conclusiones no son las que se señalan en la web.

No se ha demostrado que el consumo de granada inhiba la internalización del coronavirus

Los investigadores del Estudio computacional de polifenoles del extracto de cáscara de granada como inhibidores potenciales de la internalización del virus SARS-CoV-2, publicado en Molecular and Cellular Biochemistry, administraron oralmente a ratas punicalagina y la punicalina, unos componentes que se encuentran en la piel de la granada, concluyendo que se advierte una posible actividad inhibidora en estos compuestos contra el proceso de internalización del SARS-CoV-2. 

“Para empezar, extrapolar a humanos resultados de un un estudio realizado en ratas, no es adecuado”, explica la profesora titular de Nutrición Humana y Dietética e investigadora en la Universidad de Navarra, Marta Cuervo, a Newtral.es. “Los autores dicen que estos hallazgos invitan a continuar con más estudios. De ahí a decir que se puede utilizar en humanos para frenar la COVID-19, hay un trecho importante”, agrega.

“Los autores hablan de la posible actividad inhibitoria de estos polifenoles, pero no se ha demostrado que la tengan. Hablan de su posible actividad inhibitoria, por lo que esos pigmentos son candidatos para nuevos estudios —prosigue Cuervo— A fecha de hoy no se puede decir que se haya probado, sino que los investigadores sugieren que son candidatos prometedores para nuevos estudios”.

La investigadora, de hecho, alude a otro de los artículos citados, que concluye que no se ven efectos claros en el consumo de estos pigmentos y considera que se podrá arrojar un resultado más definitivo si se realizan estudios futuros.

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“No se pueden extrapolar los resultados in vitro a los estudios in vivo. Los estudios no mienten, pero no dicen lo que la empresa concluye que dicen”, relata Cuervo, que cree que este tipo de empresas se apoyan en estudios científicos porque “la gente normalmente no tiene criterio para determinar si el estudio dice lo que ellos están diciendo, pero pueden estar manipulando la información en su beneficio”.

Además, tres de los cinco estudios citados por la empresa son preprints [1, 2, 3], es decir, son estudios preliminares que no han sido validados por científicos ajenos a la investigación en el proceso conocido como revisión por pares. Antes de salir a la luz, un artículo científico debe ser revisado y evaluado por investigadores expertos en esa misma área, que pueden exigir a los autores experimentos adicionales, considerar teorías alternativas o simplemente rechazar el trabajo.

No hay “alimentos milagro”, pero una buena nutrición potencia el sistema inmune

Entre los bulos que se han difundido sobre la COVID-19 y que hemos desmentido desde que comenzó la pandemia, muchos tienen que ver con la alimentación. No hay evidencias de que puedas contagiarte de COVID-19 a través de los alimentos, pero tampoco se ha demostrado que los taninos del vino “ayuden a combatir” la COVID-19 o que los alimentos con un determinado pH ayuden a vencer el SARS-CoV-2.

No hay ningún alimento milagro que nos libre de contagiarnos del coronavirus o cuya ingesta pueda curar, por sí sola, la COVID-19. La propia Organización Mundial de la Salud, además, recuerda que ningún alimento impide contraer la COVID-19 y que no hay pruebas de que el consumo de infusiones o suplementos a base de plantas prevengan o curen la COVID-19.  

Sin embargo, la alimentación sí tiene relación directa con el estado de inmunidad. “Las personas que están bien nutridas, siguiendo una alimentación variada y saludable, tienen mejor sistema inmune, lo que hace que se defienda mejor contra cualquier agresión externa o infección, por ejemplo, el coronavirus”, explica la investigadora en la Universidad de Navarra, Marta Cuervo.

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La experta en nutrición advierte que una buena alimentación no va a evitar que enfermemos, “pero nuestras defensas van a estar mejor preparadas frente a un potencial contagio. Las personas en riesgo nutricional son las que tienen mayores tasas de contagio y síntomas graves de COVID-19”, añade.

La investigadora se muestra de acuerdo con que la granada es uno de los alimentos con los que debemos enriquecer nuestra dieta, “pero lo que no podemos decir es que sea la solución al coronavirus”.

“Hay otros alimentos ricos en polifenoles que ayudan a potenciar nuestro sistema inmune, por ejemplo el té o los frutos rojos silvestres como la grosella, la fresa o la mora, pero el mensaje importante —añade Cuervo— es que no hay un alimento bueno o un alimento malo: hay patrones dietéticos buenos o patrones dietéticos malos”.

Es decir, que mientras que es cierto que el consumo de este fruto puede contribuir a enriquecer nutricionalmente nuestra alimentación, no curará a un paciente diagnosticado con COVID-19 ni prevendrá la infección en una persona sana.

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