Nobel para Karikó y Weissman, pioneros de las vacunas contra la COVID-19

Premio Nobel de Fisiología para Karikó y Weissman por las vacunas de ARNm | Nw, Elmehed
Premio Nobel de Fisiología para Karikó y Weissman por las vacunas de ARNm | Nw, Elmehed
Tiempo de lectura: 9 min

Katalin Karikó (BioNTech) y su colega Drew Weissman de la Universidad de Pensilvania han recibido el Premio Nobel de Medicina 2023. Son los nombres propios tras la tecnología de ARN mensajero que han permitido las revolucionarias vacunas de nueva generación contra la COVID-19 y otros posibles usos.

Publicidad

“Los descubrimientos de los dos premios Nobel fueron fundamentales para desarrollar vacunas de ARNm eficaces contra la COVID-19 durante la pandemia que comenzó a principios de 2020. A través de sus descubrimientos innovadores, que han cambiado fundamentalmente nuestra comprensión de cómo interactúa el ARNm con nuestro sistema inmunológico, los galardonados contribuyeron a la tasa sin precedentes de desarrollo de vacunas durante una de las mayores amenazas a la salud humana en los tiempos modernos”, ha señalado la organización.

En concreto, Karikó (Szeged, Hungría, 1955) fue la primera en plantear una tecnología de ARN mensajero modificado para que el organismo produzca los componentes que entrenarán al sistema inmunitario. De su tecnología y derivados se han servido las vacunas anticovid de Moderna y Pfizer-BioNTech. Karikó es vicepresidenta del laboratorio alemán BioNTech, socio del gigante farmacéutico azul.

Su colega en la universidad de Pennsilvania Drew Weissman (Lexington, Massachusetts, Estados Unidos, 1959), cogalardonado ahora, es uno de los fundadores del laboratorio Moderna, que se ha envuelto en un pleito con Pfizer y BioNTech por la patente de la tecnología que permite empaquetar con éxito el ARNm a introducirse en las células, algo relacionado aunque no idéntico a lo que premia este Nobel. Los respectivos empleadores de los ahora galardonados están, por lo tanto, en un litigio. Ni Karikó ni Weissman se hicieron ricos por sus descubrimientos.

En realidad, la tecnología de ARNm se comenzó a explorar como una vía terapéutica para el cáncer. Sin embargo, se ha demostrado como altamente efectiva para disponer de vacunas. Las del SARS-CoV-2 son sólo el primer paso de una tecnología llamada a experimentarse con éxito en trastornos neurodegenerativos, enfermedades autoinmunes o deficiencias enzimáticas.

[Ni modifica tu ADN ni serás “transgénico”: los bulos sobre la técnica del ARN-m de las vacunas anticovid]

Publicidad

Karikó, de científica ignorada a ser la gran Nobel del ARNm

Karikó ha estado cerca de cuatro décadas trabajando fuera de los focos, tratando de hacer que las moléculas de ARN se convirtieran en mensajeras de buenas noticias en nuestras células. De encontrar un método para que pudieran ser portadoras del mensaje que queramos y que ni se degraden por el camino ni sean atacadas por nuestro organismo, que tiende, por naturaleza, a ‘matar’ a cuanto llega de fuera. Incluido el mensajero.

Nacida en la ciudad centrohúngara de Szolnok, pasó su adolescencia en Kisújszállás, lugar en el que su padre trabajaba como carnicero. Empezó a trabajar con 23 años en el Centro de Investigaciones Biológicas de la Universidad de Szeged, donde se doctoró.

Los tiempos no le fueron propicios. “En los noventa estaba mucho más ‘de moda’ investigar con ADN que con ARN”, explica el genetista del CNB-CSIC Lluís Montoliu en el stream #Newtrinos de Newtral.es. Ignorada en Europa cada vez que presentaba su idea, consiguió más atención en la Universidad de Pensilvania. En particular, en el laboratorio de Drew Weissman, mientras mantenían una conversación en la fotocopiadora. La clave, justamente, estaba en el lenguaje de los virus y células para copiarse. En la letra U, en concreto.

Karikó y Weissman: El Nobel de la letra ‘U’

Para Montoliu, “el hallazgo fundamental de estas vacunas es cuando Karikó y Weissman se dieron cuenta en 2005 de que cambiando una letra U de los ARN por otra llamada pseudouridina (se sustituye la letra U por la letra ψ) engañaban a la célula y evitaban la reacción que montaría nuestra célula contra la vacuna”. Es decir, no era sólo la tecnología de ARN mensajero lo que cambiaría todo, sino el engaño que urde la vacuna a nuestro sistema inmune como para que la inyección no le resulte algo ajeno.

Publicidad

“Nuestros ARN, los de las células, también producen esos cambios de manera natural, y es la clave que usa la célula para pillar a los virus cuando entran y los eliminan”, dice el científico español. “Si lo que metes en la célula es un ARN que usa la misma clave para ocultarse, el organismo se creerá que es un ARN propio y permitirá llegar a la vacuna a los ribosomas, que son las fábricas de proteínas. El Nobel se dará por esto, por un hallazgo de ciencia básica”. Fue su publicación de 2005 la que permitió abrir este camino, hasta ahora poco explorado, y que parecía orientado más bien a terapias contra el cáncer.

Sus investigaciones se centraron en lo que técnicamente se llama ‘ARN mensajero no inmunogénico modificado’. De este invento han derivado más de una decena de patentes, muchas, inicialmente en manos de RNARx, empresa que Karikó creó con Weissman en 2006, a cuyo frente estuvo la científica hasta 2013, antes de dar el salto a BioNTech, socia de Pfizer en la vacuna antocovid, rival de Moderna.

Para el químico y especialista en el origen de los componentes de la vida, Carlos Briones (CAB-INTA-CSIC), se trata de un premio “más que merecido, por el que había apostado y que me alegra especialmente”, después de dos años en que Karikó estaba en todas las quinielas de los Nobel. “El galardón vuelve a destacar la relación entre la investigación básica y sus aplicaciones biotecnológicas, y subraya la importancia que el ARN ha tenido en la biología desde que comenzó la vida en la Tierra, hace unos 3.800 millones de años”, explica Briones desde el SMC de España.

Karikó y Weissman estuvieron en España recogiendo sendos premios Princesa de Asturias (2021) y Fronteras del Conocimiento de la FBBVA (2022).

Publicidad

Esto pasa en tu organismo cuando te pones una vacuna de ARNm

Las vacunas de ARNm no modifican el genoma ni alteran para siempre el ADN de las células. Sencillamente, introducen instrucciones para que las factorías de proteínas que tenemos a nivel celular se pongan a fabricar fragmentos muy concretos de un patógeno. En el caso de la covid, las espículas o puntas del virus SARS-CoV-2. Luego, ese ARN se degrada y deja de dar esas instrucciones a las células.

El sistema inmunitario reconoce las proteínas (o trozos del virus) que han fabricado esas células que han leído el ARN. Las defensas generarán unos anticuerpos específicos, que en el caso de las vacunas anticovid, serán eficaces hacia una semana después de la segunda dosis o las sucesivas. Los anticuerpos impedirán el contagio del SARS-CoV-2 cuando el cuerpo se exponga a él de verdad, mientras que otras células de las defensas podrán reconocer rápidamente la patógeno cuando llegue, evitando la enfermedad grave a largo plazo.

Gilbert, la inmunóloga que tenía la vacuna “medio hecha” antes incluso del SARS-CoV-2

Queda fuera de este Nobel otra mujer destacada en el desarrollo de vacunas: la bióloga británica Sarah Gilbert. Ella es una de las personas clave en la vacuna anticovid de la Universidad de Óxford, comercializada por AstraZeneca y que ha sido otra de las distribuidas por buena parte del mundo, incluida España.

Cuentan en el libro Vaxxers tanto Sarah Gilbert, quien finalmente ha quedado fuera de la elección, como la jefa de producto de la vacuna de Oxford Catherine Green, que no tienen “sirvientes ni chófer ni niñera” y, como los demás, tienen otros asuntos en sus vidas. Eso, frente a la imagen a la que se enfrentan cada día en la calle, entre escépticos y negacionistas, que las sitúan en el centro de una elite conspirativa y todopoderosa.

Tampoco se hicieron multimillonarios Karikó y Weissman. Aunque patentaron conjuntamente su método de mensajería junto a la Universidad, esta cedió los derechos a una pequeña empresa por apenas 300.000 euros. Cinco años después, en Massachusetts, nació un laboratorio llamado Moderna.

En las últimas dos décadas ha dado tiempo a inventar, patentar, vender, fusionar empresas… todo un entramado de ramas que confluyen en tres grandes nombres: BioNTech (donde ahora trabaja la premio nobel Karikó), Curevac y la pionera Moderna. Aparecen en las etiquetas de los viales de vacunas de ARNm y cada una es titular de 13 patentes en EE.UU., entre activas y pendientes. Pero tras estas marcas hay contratos millonarios con compañías desconocidas, además de las citadas Arbutus o Cellscript, que suman otro medio centenar junto a la Universidad de Pensilvania.

Poco después de mostrar su éxito, las dos grandes compañías de ARNm se enzarzaron en un fuego cruzado de litigios en EE.UU., donde BioNTech ha pedido un juicio con jurado. Este vearno, Moderna ha abierto dos nuevos frentes en su guerra de patentes de vacunas COVID-19 con Pfizer y BioNTech en los tribunales de Irlanda y Bruselas, según Juve Patent. El lío legal comenzó cuando Moderna presentó demandas por infracción de patentes en América, Alemania, Países Bajos y Reino Unido.

Fuentes
  • The Nobel Prize
  • Lluis Montoliu (CNB-CSIC)
  • Carlos Briones (CAB-INTA-CSIC)
  • Juve Patent

6 Comentarios

  • Qué pena, cuántos intereses. Cuando nos vamos, todo se queda aquí. Allí
    no sé necesita nada de nada. Parece que el ser humano no se da cuenta o no sé entera por muchos años que tengan en la Tierra de lo verdadero de la vida, con lo sencillo que es.

  • Criminales condecorando a criminales. Una expropiación más, la de la salud natural y la del derecho a tener un sistema inmunitario fuerte por sí mismo. También criminales ensalzando a criminales y ocultando todos los espeluznantes datos sobre sobremortandad, miocardities, coid largo por la inoculación y más. A ver, listos de la metodología, ¿dónde está la comparación entre poblaciones inoculadas y poblaciones no inoculadas?

  • Si nobel por envenenarnos ...bravo!!

  • Si nobel por envenenarnos...bravo!!

  • Mucho cuento pero siguen negándose a informar públicamente los productos que contienen y sus efectos secundarios de cada uno de los componentes. Niegan información sobre la experimentación. Una estafa, violación a los DERECHOS HUMANOS y a cobrar.