Durante la carrera de Natalia Romero –semifinalista olímpica en 800 metros- nadie le explicó el impacto que su deporte, el atletismo, le podía estar produciendo en el suelo pélvico. El desconocimiento sobre algunas facetas de su cuerpo era real, pero en este caso tomó conciencia cuando se introdujo en la investigación a través de las Ciencias del Deporte y de su formación como fisioterapeuta. “Hay mucho pudor, es un tema tabú, y la consecuencia es que alrededor del 50-60% de las deportistas sufren disfunción del suelo pélvico”.
El problema, explica Natalia Romero, es que partimos de una sociedad en la que se entiende que la disfunción del suelo pélvico está asociada a ser madre. “Evidentemente es un factor a tener en cuenta, cuando tienes hijos la estructura cambia, pero hay muchas más incidencias. En el caso del deporte, comprobamos que la disfunción en las deportistas es muchísimo más alta que en las mujeres con una vida sedentaria”.

El interés por investigar y concienciar sobre la relación del deporte con el suelo pélvico nace del desconocimiento que percibe y se fomenta con la investigación que está realizando, Proyecto Actitud, escuchando a atletas de todos los niveles en un estudio respaldado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y que verá sus resultados a final de año. Antes de estos datos, ya insistía en la falta de formación en este ámbito. “Cuando empecé a investigar en 2020, vi que apenas había literatura científica al respecto, era un tema muy ignorado”.
“Hay deportistas que tienen pérdidas de orina o dolores y no se preguntan por qué”
Las carencias que Natalia Romero encontró en el inicio de sus investigaciones se deben, explica, a una cuestión de visibilidad y no de rentabilidad. “Es simplemente que lo que no se ve, no existe”, lamenta. “Nos hemos dado cuenta de que la disfunción del suelo pélvico es un tema prevalente, que hay aproximadamente un 50-60% de deportistas con disfunción, y son cifras muy superiores a las de personas sedentarias por el mero hecho de que no hay conciencia sobre la importancia de entrenar bien, entre otras cosas porque es un tema tabú y porque no hay formación en el entorno de la deportista”.
“Nadie me ha dicho nunca cómo se hace un ejercicio para no dañar el suelo pélvico”, explica Natalia Romero. “Todo va en la dirección de normalizar cosas que no son normales. Hay deportistas que tienen pérdidas de orina o dolores y no se preguntan por qué, sólo lo asumen. Y son los síntomas más conocidos pero no los únicos. Hay muchas consecuencias de entrenar de forma errónea, y esto es aplicable a todos los niveles del deporte”.
Problemáticas de la disfunción del suelo pélvico:
- Prolapsos: desplazamiento de órganos.
- Incontinencia urinaria y fecal.
- Dolores en las relaciones sexuales.
- Pérdida de sensibilidad.
- Estreñimiento.
- Dolor pélvico.
Cómo entrenar el suelo pélvico para evitar la disfunción
Para la atleta, hay un trabajo de concienciación y educación por delante muy importante porque el pudor no ha permitido elaborar un entorno sano en el que hablar de estos temas. “Hay muchas deportistas que se orinan en los entrenamientos, haciendo un salto por ejemplo. Y el problema de fondo es que esas cosas se perciben como normales por un lado, y por otro se siente vergüenza al expresarlo. Hay incluso atletas que se deshidratan en los entrenamientos porque necesitan ir constantemente al baño”.
Por estos motivos, Natalia Romero insiste por un lado en no dar pautas genéricas, porque insiste en la individualización del entrenamiento, y por otro en la necesidad de formarse y acudir a especialistas y sanitarios. En ese sentido, el proyecto que ha puesto en marcha se basa en dos puntos.
Trabajo con las deportistas en dos líneas:
- Concienciación: dónde está el suelo pélvico, qué se nota con ciertos ejercicios, cómo se contrae y cómo se fortalece.
- Práctica: relajación, atención e información.
El Proyecto Actitud está dirigido a mujeres de todos los niveles que quieran identificar su musculatura y trabajar con ella de forma correcta. De momento la investigación se centra en el atletismo, aunque espera ampliarse. Para eso, la investigadora insiste en conocer las contraindicaciones de los ejercicios que se realizan. “El deporte ayuda al suelo pélvico, pero hay que conocerlo. Es importantísimo que cada mujer acuda a profesionales porque, como en todos los aspectos del deporte, hay que hacer una individualización”.
“Los hombres también tienen que verlo como algo necesario”
Estos ejercicios, apunta Natalia Romero, son similares al trabajo de musculatura abdominal. “Cuando una estructura es profunda y no se conoce suficiente, se necesita más educación. Cualquier ejercicio debería ser individualizado porque el aprendizaje es diferente. Los tips que me sirven a mí, puede que a otra mujer no. Es clave el autoconocimiento sobre una estructura profunda”, recalca.
Para ello, el proyecto trabaja con una herramienta que vigila la presión intravaginal durante los diferentes ejercicios con el objetivo de identificar los movimientos. “Cualquier ejercicio que suponga hiperpresión va a ser más perjudicial que si es hipopresivo. En definitiva, hay que evitar el estrés del suelo pélvico, el empuje hacia abajo”.
Por último, insiste en que la falta de concienciación influye en toda la población, incluidos los hombres. Aunque su investigación radica en el cuerpo femenino, recalca la necesidad de advertirles también a ellos. “Tienen diferente anatomía y biomecánica, son cuerpos distintos, pero también tienen que concebir el ejercicio del suelo pélvico como algo necesario. Y precisamente ellos tienen más tabús”, concluye.
Natalia Romero es:
- Semifinalista de 800m en Tokio 2020.
- Campeona de España de 800m en pista cubierta
- Profesora titular en la Universitat de les Illes Balears (UIB).
- Doctora en fisioterapia y graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
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