La nueva variante del SARS-CoV-2, conocida como ‘mutación inglesa‘ (técnicamente, VUI 202012/01 o B.1.1.7) es en realidad un conjunto de mutaciones o cambios en distintas partes del coronavirus. No hay consenso sobre si hablar científicamente de ‘cepa’ para referirse a esta variante británica, que ya ha saltado, por otro lado, a varios países.
Según el Centro Europeo de Control y Prevención de Enfermedades (ECDC), los análisis preliminares “sugieren que esta variante es significativamente más transmisible que la que circulaba anteriormente”.
Aunque algunos cálculos referidos en su informe, publicado este 20 de diciembre, estiman “un aumento de la transmisibilidad de hasta un 70%” (a la R0 del virus se le añadirían 0,4 puntos) lo que preocupa en Europa es otra cosa: “Esta nueva variante ha surgido en una época del año en la que tradicionalmente incrementa la mezcla familiar y social”.
Esto también complica medir si laVUI 202012/01 es más transmisible en sí o, como pasó con la bautizada como ‘variante española’, fue más bien el movimiento veraniego (en este caso, navideño) y el retorno de turistas a sus países lo que terminó por hacerla circular masivamente por Europa.
Las nueve mutaciones en el sitio más sensible del virus
La variante inglesa VUI 202012/01 o B.1.1.7 presenta 29 cambios en los llamados nucleótidos, o sea, letras (bases) junto a otras moléculas que dan forma al libro de instrucciones genético del virus. Simplificando, han saltado letras, por error, en determinadas frases de ese libro de instrucciones, respecto al original, que se leyó por primera vez en Wuhán.
Es llamativo un número tan alto de mutaciones en la ‘llave’ del virus en tan poco tiempo, pero aún no se conoce el efecto real en la epidemia.
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Se han visto nueve mutaciones recientes (siete cambios de una letra por otra y dos letras borradas) en la llamada espícula del virus, o sea, cada uno de los ‘pinchos’ con puntas que lo caracterizan (proteína S). Esto es muy importante, porque es la llave con la que se abre paso en las células. No todas son igual de importantes. En el gen de las puntas del virus van acumuladas 4.000.

Por concretar: Las mutaciones más importantes en esta variante son: dos borrados (en las posiciones 69-70 y 144) y siete sustituciones de aminoácidos denominadas N501Y, A570D, D614G, P681H, T716I, S982A y D1118H, según explica el Catedrático de Microbiología, Universidad de Navarra Ignacio López Goñi en The Conversation.
La mutación más relevante estudiada es la llamada N501Y. Es la que se piensa que puede hacer más contagioso al SARS-CoV-2 por lo ensayado en animales. Es algo tan simple y relevante como que donde había una A ahora hay una T. Esa errata puede cambiarlo casi todo (…o no). Pero hay otra que se observa con detenimiento: 69-70del, el borrado de un aminoácido.
Algunas de estas mutaciones son viejas conocidas: por ejemplo la de los visones de granja u otra que desempeña un papel en la capacidad del virus para evadir el sistema inmunológico en humanos.
En marzo, explicábamos con Fernando González Candelas (Consorcio FISABIO y Universidad de Valencia) cómo se secuencian genomas del coronavirus y qué nos dicen. Este genetista explicaba, también, cómo funciona el ARN y cómo la mayoría de mutaciones no tienen mayor implicación ni en la biología del SARS-CoV-2 ni es su capacidad para contagiar o ser más mortífero:
«La variante nueva también alberga un gen ORF8 truncado, con borrados asociadas previamente con una disminución de la gravedad de la enfermedad«, explica Lucy van Dord desde el University College de Londres. “Está por ver el efecto de estas mutaciones”. Puede que se quede en nada.
Un número tan grande de mutaciones es llamativo. «Que estas hagan que se comporte de modo tan distinto para que consideremos al virus resultante una cepa nueva se verá más adelante», asegura el experto en edición genética e investigador del CNB-CSIC Lluis Montoliu.
Muchas mutaciones de golpe, ¿un único ‘paciente incubadora’?
Las mutaciones o cambios se van acumulando, por lo que es más que normal que lo que ahora circula en cualquier parte del mundo sea muy distinto al coronavirus de Wuhán. Lo ha hecho más de 30.000 veces. Pero nunca se habían visto tantas, surgidas aparentemente en tan poco tiempo, en las puntas o llaves.
La espícula de este coronavirus está mutando a un ritmo de dos mutaciones al mes. Con esto, se esperaría que las nuevas variantes presenten unas 22 sustituciones de nucleótidos en lugar de 29.
Según el ECDC, “una posible explicación para la aparición de la variante es la infección prolongada por SARS-CoV-2 en un solo paciente, potencialmente con las defensas tocadas (inmunodeprimido), similar a lo que se ha descrito previamente”.
Por su parte, el director del Laboratorio de Neurovirología y profesor de Microbiología la UAM José Antonio López-Guerrero señala a Newtral.es que «no es raro que pase algo así, ocurre con muchos otros virus». En algunos casos, los virus medio cronifican en una persona y se generan «cuasi especies, acumulando mutaciones, aunque se tienen que dar varios parámetros».
Se mueve mejor entre células, ¿y entre humanos?
Es como si hubiera pulido el dibujo de esa llave y ahora encajase más rápido y mejor en la cerradura de las células. También hay otra mutación, P681H que, siguiendo la metáfora, permite girar más fácilmente el bombín de la cerradura, una vez metida la llave.
Se sabe que esta es la variante que se está imponiendo en el sureste de Inglaterra, Londres incluida. Más entre menores de 60 años. Pero eso es todo. Una cuestión observacional. Nadie ha podido determinar qué hace a nivel molecular a esta versión del SARS-CoV-2 en acción en células de una persona.
El tiempo dirá si la explosión de casos en Inglaterra tiene que ver con estas mutaciones del virus o, sencillamente, está ocurriendo como en muchas otras partes del mundo: son las dinámicas de la población, las restricciones o su ausencia lo que está provocando esta expansión.
Factores sociales, junto a cribados masivos y la llegada de la vacuna pueden haber favorecido la relajación de medidas, dando lugar a una explosión de casos.
María Tomás, microbióloga y experta en técnicas diagnósticas
Para la microbióloga experta en técnicas diagnósticas María Tomás. portavoz de la SEIMC, los casos disparados ahora pueden responder a más cosas: “Varios factores sociales, junto con cribados masivos y la llegada de la vacuna puede que hayan favorecido la relajación de medidas restrictivas, dando lugar a una explosión de casos”.
En rueda de prensa el sábado, el asesor científico jefe de Inglatera, Patrick Vallance, dijo que la variante, que apareció por primera vez en un virus aislado el 20 de septiembre, representó alrededor del 26% de los casos a mediados de noviembre. Primos de esta variante han seguido su evolución en Australia y Dinamarca.
“La semana del 9 de diciembre, estas cifras eran mucho más altas”, dijo. “Entonces, en Londres, más del 60% de todos los casos fueron la nueva variante”. Fue el primer ministro Boris Johnson agregó que la gran cantidad de mutaciones puede haber aumentado la transmisibilidad del virus en un 70 %.
En posible que una versión del virus se haga predominante por pura casualidad, como un evento de superpropagación. Imaginemos una sola persona en donde ha mutado el virus mucho (por ejemplo, porque lleva mucho incubándolo o infectándolo asintomáticamente).
Esa persona tiene una gran vida social y no respeta las medidas de protección. Acude a lugares donde se concentran muchas personas que, a su vez, no están bien protegidas o están confiadas. La nueva cepa termina imponiéndose en varias semanas y contagios secundarios y terciarios. Independientemente de su contagiosidad intrínseca.
No tiene por qué hacernos enfermar peor… ni lo contrario
Hasta la fecha, no hay evidencia de que esta variante haga enfermar más gravemente a quien la contrae. Si se sigue con atención el borrado 69-70del de los pinchitos del virus es porque una teoría apunta a que, sin ese trozo del genoma, el virus se hace más resistente a los anticuerpos.
Existe evidencia anecdótica de que un variante con N501Y encontrada en Sudáfrica puede estar haciendo eso en los jóvenes y en aquellas personas sin enfermedades o condiciones previas, según John Nkengasong, director de los CDC de África, en palabras recogidas por Science.
«Es preocupante, pero realmente necesitamos más datos para estar seguros». El Grupo de Trabajo Africano para el Coronavirus ha convocado una reunión de emergencia para discutir el tema el lunes, dice Nkengasong.
Ravindra Gupta, virólogo de la Universidad de Cambridge siguió la mutación 69-70del (una de esas letras borradas) que apareció junto con otra mutación denominada D796H. Lo hizo en un paciente que estuvo infectado durante varios meses y recibió plasma (anticuerpos) de convalenciente para tratar la enfermedad.

El tratamiento no funcionó. Gupta llegó a la conclusión de que estas mutaciones que pueden evadir los anticuerpos dirigidos contra el virus según, escribió en una estudio sin revisar por otros científicos todavía, este mes. Ahora, este científico trata de comprobar en laboratorio si, efectivamente, B.1.1.7 infecta de manera más efectiva a un cultivo de células.
El epidemiólogo jefe de Alemania, Christian Drosten, cree que “hay demasiadas incógnitas para decir algo así”. Por un lado, la rápida propagación de B.1.1.7 podría deberse al azar. Por otro, apela a pruebas en modelos animales para conocer más detalles sobre su virulencia.
Para Montoliu, “sin que necesariamente cambie nada en el virus, agresividad o gravedad (que no sabemos), lo único cierto es que con un 70% más de infecciones va a haber más contagiados y, por ello, más muertos”.
O sea, que va a ser difícil achacar directamente más hospitalizaciones de pacientes a las mutaciones del coronavirus en plena fase expansiva, salvo que la proporción sea verdaderamente anómala.
En general –aunque no necesariamente– los cambios en los virus tienden a hacerlos más eficaces a la hora de propagarse y (por tanto) menos mortíferos, ya que necesitan hospedadores vivos, contagiosos y en moviviento, no gravemente enfermos, conforme explicaba a Newtral.es el genetista Fernando González Candelas a Newtral.es
Una posible reformulación de la vacuna
La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha asegurado este lunes que “no hay evidencias” de que la vacuna de Pfizer-BioNTech y respaldada hoy para ser usada en la Unión Europea, no vaya a funcionar contra la nueva cepa de coronavirus detectada en el Reino Unido.
Según la directora de la EMA, Emer Cooke, el SARS-CoV-2 no ha sufrido suficientes cambios como para dejar sin eficacia a la vacuna, aunque insistió en que hay que hacer un seguimiento “cercano” a las campañas de vacunación para medir su efectividad.
Las vacunas basadas en ARN (Moderna y Pfizer–BioNTech) como las que usan adenovirus (Oxford–AstraZeneca o Sputnik V), se pueden modificar de forma sencilla, porque inyectan de un modo u otro ese libro de instrucciones. Con cambiar las letras que se han alterado en el virus circulante para imitarlo, bastaría.
Serían nuevas vacunas, pero no partiendo de cero. “Si la plataforma (técnica y tecnología) que se usa ya funciona y está aprobada para su uso en humanos, como ARN mensajero o vector, no necesitaría pasar por todas las fases”, señala Sonia Zúñiga (CNB-CSIC), indicando que sería un proceso similar al de las vacunas de la gripe, que se desarrollan una cada año.
Teóricamente, se podría vacunar de forma diferenciada a la población en regiones dominadas por cada variante. Pero eso, en la práctica, puede derivar en que existan varias versiones circulando del SARS-CoV-2, o que si se vuelve plenamente estacional, cada año se imponga una, como ocurre con la gripe.
Habría que atinar con la vacuna específica de cada variante. En todo caso, incluso perdiendo efectividad, toda vacuna genera cierto grado de protección. Los inmunólogos esperan que, como mínimo, cualquiera de las vacunas contra el SARS-CoV-2 puedan evitar una COVID-19 grave.
Para el profesor de Microbiología de la Universidad de Zaragoza Carlos Martín Montañés, otras vacunas, “como las de virus inactivado, al contener todas las diferentes proteínas del virus, en teoría podrían sortear mejor las mutaciones”. Aquí te explicamos qué significa exactamente eso y por qué la vacuna española del Laboratorio de Coronavirus del CNB-CSIC también es de las mejor posicionadas para proteger a pesar de haber ciertas mutaciones.
Con la implementación de las vacunas, “la presión selectiva sobre el virus va a cambiar”, explica José Antonio López-Guerrero. Esto significa que el virus tratará de escapar y proliferarán variantes que ayuden a que el virus prospere. Lo importante en los próximos meses será seguir este tipo de eventos.
Para Van Dorp, “debemos estar seguros de que las vacunas estimulan una amplia respuesta de anticuerpos a toda la proteína de la espícula, se prevé que su eficacia no se verá afectada significativamente por mutaciones. Esto ya se está probando”, según explica en The Conversation.
Puede estar ya por todas partes
Reino Unido tiene uno de los sistemas de monitorización genética del virus más afinados de Europa. Quizás por ello han saltado antes las alarmas. Pero puede haber llegado a muchos más lugares de los detectados hasta la fecha.

En Países Bajos se detectó a principios de diciembre en un paciente. Este domingo, se confirmó al menos en un viajero italiano procedente de Reino Unido.
María Tomás hace hincapié en que en Reino Unido se han estado haciendo varios cribados masivos que han hecho aflorar muchos casos. Y que “han podido dar falsa sensación de seguridad”.
El tipo de PCR más común en Inglaterra detecta tres trozos de genoma del virus. Si al hacer un test sale negativo en la zona del ARN donde se ha producido una de las mutaciones, se puede deducir fácilmente que esa persona tiene la nueva variante.
“Todos estos países han realizado grandes esfuerzos para secuenciar el genoma y es muy posible que estos análisis no reflejen la verdadera distribución de esta variante del virus, que podría existir en otros lugares sin haber sido detectada”, concluye Lucy van Dorp.
Fuentes:
- María Tomás, microbióloga experta en técnicas diagnósticas en CHUAC, portavoz de la SEIMC.
- José Antonio López-Guerrero, director del Laboratorio de Neurovirología y profesor de Microbiología la UAM.
- Lluis Montoliu, experto en edición genética e investigador del CNB-CSIC.
- Carlos Martín Montañés, vacunólogo y profesor de Microbiología de la Universidad de Zaragoza.
- Sonia Zúñiga, Laboratorio de Coronavirus, CNB-CSIC en Sinc
- Lucy van Dorp, investigadora en genómica microbial del University College de Londres, en The Conversation.
- ECDC, resumen de evaluación del riesgo por mutaciones en la espícula del SARS-CoV-2, a 20 de diciembre.
- Consorcio Británico de Genómica, documentación sobre evidencia alrededor de la nueva variante.
- Science, ‘El coronavirus mutante en el Reino Unido’.
- Declaración del Primer Ministro el 19 de diciembre.
- British Medical Journal, ‘Los cribados masivos son inexactos‘
Excelente explicación. Muchas gracias.
Aunque compleja, explicación muy didáctica y fenomenalmente expuesta. Mil gracias.