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El metaverso no es tan diverso: qué pasa con las mujeres artistas en el mundo NFT

Las mujeres artistas NFT buscan su espacio digital | María Emege
NFT: María Emege
Tiempo de lectura: 2 min

“Las mujeres no llegamos ni a un cuarto del total de artistas en las galerías NFT”, dice María Emege, autora del NFT que ilustra este reportaje. Esta artista y diseñadora de videojuegos con más de 13 años de experiencia tiene obras a la venta en tres plataformas diferentes, lleva en esto desde julio, y se refiere a la gente que lleva desde febrero como “casi veterana”. 

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Olatz Díaz también es ilustradora y tiene una agencia de comunicación. Comenzó a hacer trabajos sobre la red blockchain en 2017, a través de un contacto en China y Corea, y actualmente tiene obras en venta en Opensea y MITO. Cree que las mujeres “estamos pegando fuerte en el arte y nuestro punto de vista y saber hacer se están viendo en el sector. Pero sí que es curioso que los más ‘grandes’ por así decirlo siempre son hombres en el mundo NFT”. Su trabajo es una oda a la mujer, como ella misma lo define en su web, y dice que ve muy poquitas en este mundo. ¿Cómo es la proporción?, le pregunto y estima un 70% hombres, 30% mujeres, más o menos. 

Los datos de varios estudios son incluso más pesimistas. Un análisis hecho por ArtTactic, una firma de investigación londinense, ha revelado que las mujeres sólo representan el 16% del mercado del arte digital, y obtienen sólo el 5% de las ventas. La investigación, publicada en noviembre de 2021, se hizo con datos obtenidos de las ventas primarias y secundarias de una de las galerías más conocidas de NFT, Nifty Gateway, durante los 21 meses anteriores. 

Aún así, sería un gran avance para las mujeres artistas si llegaran a representar el 16% de las ventas de obras de arte, pero no parece estar sucediendo eso. Como señala un informe reciente de Artnet, solo seis mujeres entraron en la lista de los 100 artistas más vendidos en subasta en la primera mitad de 2021. Entre 2008 y junio de 2019, las obras de mujeres representaron apenas un 2 % de los 196.600 millones de dólares en ventas totales de subastas de arte, según el mismo informe. 

Las creadoras han intentado hacerse un hueco en el nuevo espacio de NFT, y artistas Michele Pred, Bud Snow y Wildcat Ebony Brown lanzaron una venta por el Día Internacional de la Mujer en Opensea en marzo de 2021. Pero a pesar de sus esfuerzos, ninguna de sus ventas superó los 0,6 ETH, el equivalente a poco más de 1.000 dólares en ese momento.

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Del mercado del arte tradicional a las galerías NFT

El mercado del arte tradicional adolece de una fuerte desigualdad de género a juzgar por los datos que arroja una investigación publicada por el Journal of Cultural Economics, que analizó las diferencias de precio para artistas hombres y mujeres en el mercado de arte global. Descubrió que las obras de artistas mujeres representan menos del 4% de las ventas en subastas de arte, y que ninguna artista femenina figura en el ranking de los 40 artistas que más venden. Esos 40 artistas hombres representan además, el 40% de la cuota de mercado total del período estudiado, 2000-2017. 

María Emege sabe lo que es el techo de cristal, y ha vivido experiencias de ese tipo tanto en entornos de videojuegos, como en cómic y en publicaciones de deportes. “Muchos compañeros y clientes han sido maravillosos, han valorado mi trabajo y facilitado que lo desarrollara de la mejor manera, aspirando a más, pero también tengo registro de situaciones que son agotadoras en ese aspecto. Hace años era más notorio, pero aún ocurre”, dice esta madrileña licenciada con varias matrículas de honor en Bellas Artes. 

Una ventaja de los nuevos mercados del arte digital que se destaca a menudo es la democratización y la oportunidad de acceso de cualquiera que tenga conexión a internet. Pero esta promesa de un nuevo espacio que permite a artistas desconocidas ampliar horizontes por el momento repite esquemas machistas de dos ámbitos históricamente dominados por hombres: el arte y la tecnología. 

En el top 10 de ventas de tokens no fungibles hay una única mujer: la cantante canadiense Grimes, que también es artista gráfica y obtuvo 8,9 millones de dólares en ingresos por su criptoarte. La siguiente mujer en la lista es Jo-Ani Charland, y para llegar a ella tenemos que bajar hasta el número 50.

Blanca Gervilla es una artista urbana, tatuadora e ilustradora que hace un año comenzó su carrera en el mundo cripto. Antes de eso se sentía algo frustrada como artista, y “esclava del mundo del tatuaje”, así que pensó que empezar con NFTs podía ser una buena excusa para avanzar como ilustradora. 

También es coleccionista de arte digital y dice que le ha interesado encontrar artistas mujeres. “Sigue habiendo una brecha brutal y el NFT puede ayudar a que la brecha mengüe”, dice a Newtral.es. “Durante muchos años el arte ha sido cosa de hombres, que retrataban a las mujeres como simples musas”, dice y cita el 6,4% de mujeres artistas españolas representadas en ARCO 2020, según la organización Mujeres en las Artes Visuales

“La feria del mercado del arte más internacional de nuestro país sigue sin mostrar mujeres”, señala Gervilla. “Pero es cierto que en el espacio NFT veo mucho movimiento por la visibilización de la artista femenina. La gente está cansada de esos paradigmas arcaicos, por eso mismo creo que la comunidad NFT está ayudando a menguar la brecha, tanto con nosotras como con otros colectivos minoritarios”, agrega.

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Cuánto ganan estas artistas por sus NFTs

Gervilla coincide con Emege y con Díaz en que poner su obra en formato NFT les ha supuesto nuevas salidas y vías de ingresos para ellas, y que en este ámbito encuentran una comunidad amable que les da visibilidad online. Las tres venden más fuera de España. 

María Emege produce originales de acuarela en físico, encargos de particulares y empresas de diversa índole (desde un retrato para una celebración hasta una portada, o una campaña de publicidad) y láminas impresas.

María Emege, pintando una de sus obras

Sus obras de mayor precio son las de formato NFT, que tiene a la venta en tres plataformas: StadioPlus, Makersplace y MITO. Hasta la fecha en total ha vendido 33 NFTs. 

Las obras físicas van de 150 a 2.200 euros, mientras que los NFT que tiene en venta van de los 0.5 ETH (1.390 euros) a los 5 ETH (13.900 euros). Un ETH equivale a 2.870 euros en el momento de escribir este reportaje. 

En uno de los mercados en los que vende, MITO, la obra más cara hasta el momento es Primer viaje al espacio, de Zigor, que se ha vendido por 9100 MATIC (18.700 euros).

Esta galería, como plataforma NFT, permite hacer trazabilidad de las reventas. El 80% del precio final de venta va para los artistas, el 15% para la plataforma y el 5% se depositará para sustentar el futuro token y la comunidad.

Olatz Díaz también está en MITO y ve cómo su trabajo más personal “está tomando carrerilla”. Desde su agencia han vendido por ejemplo, algunos videopoemas creados con inteligencia artificial uniendo conocimientos de dirección de arte, poesía y edición multimedia. Otras obras que han vendido son imágenes estáticas creadas con inteligencia artificial en base a términos concretos.

A diferencia de su socio, que llevaba tiempo experimentando, ella tardó bastante en animarse a empezar con NFTs, porque aun dibujando en digital bastante parte de sus obras le costaba ver la utilidad y la adaptación, ya que sólo vendía obras en físico. 

Díaz ha lanzado dos colecciones, la primera, de forma experimental, en Opensea, la mayor plataforma global de criptoactivos con diferencia. Allí sus piezas parten de un precio de 0,2 ETH (574,21 al cambio al momento de escribir este artículo) y otra en MITO, donde están a 100 MATIC (212,10 euros).

Para Gervilla crear en el formato NFT le ha supuesto un cambio sustancial: pasar de vender sus obras sólo a gente conocida a tener proyección internacional. Ha visto cómo en menos de un año sus ventas aumentaron un 100%. “Vendí por mí misma más de 40 NFTs”. El último, por 7.000 dólares, un ethereum y medio en ese momento.

Comunidad, visibilidad y libertad de expresión: lo más valorado por ellas

Gervilla no tenía contactos con galerías ni contratos internacionales antes de exponer sus NFTs.  Empezó pensando que esto era una burbuja y que subir sus diseños de tatuaje tal vez le ayudase a conseguir más liquidez.

“Pero enseguida me vi sumergida en un espacio increíblemente creativo y amable, que me permitía conocer a artistas increíbles de cualquier lado del mundo. No tardé en darme cuenta que era arte que nunca había visto antes: paisajes de ensueño, realidad virtual, arte 3D, arte 2D, estética cyberpunk, pixeles, animación, video, colaboraciones... y así se reinventó todo mi imaginario personal, y volví a dibujar, fusionando todas mis influencias”, dice esta artista urbana. 

Pantallazo a la galería 3D de Blanca Gervilla

Algunos NFTs de Gervilla pueden verse en una galería 3D donde además tiene obras de otros que ella ha comprado. “Desde que entré en este espacio, siempre hubo un pensamiento de apoyar al artista pequeño, de dar las mismas oportunidades que tú recibiste”, explica.

El apoyo de la comunidad y la posibilidad de nuevas salidas para exponer sus obras son puntos positivos del mundo NFT que mencionan repetidamente estas tres artistas cuando les preguntamos por sus experiencias. 

Otra ventaja es la libertad de expresión para publicar sus obras. Díaz ha explorado el desnudo y lo erótico en su trayectoria artística, y suele mostrar dibujos de mujeres con actitud y personalidad, que muchas veces han sido censurados por algoritmos de las redes sociales en las que los muestra.

“He intentado solventar mis diferencias sobre todo con Facebook e Instagram, pero cada vez los algoritmos son más restrictivos y mis cuentas han quedado shadowbanneadas (una forma de borrar el contenido sin que el usuario se dé cuenta) de forma irreversible”, lo que ha  afectado a la parte de comunicación de su trabajo.

Ha ido optando por Twitter donde ve que hay un gran feedback de la comunidad, una exposición mayor y la censura es mínima. Es lo que más valora al igual que en el mundo NFT: “Puedo mostrar mi trabajo sin tapujos”, señala. 

En busca de la diversidad en el arte

MITO es la galería de arte en la que coinciden Emege y Díaz. Gervilla está a punto de lanzar allí su colección, después de un mes estudiando plataformas y viendo cómo funcionaba la comunidad en Twitter. “Me parece el espacio artístico más inclusivo que he visto hasta ahora, aunque quede camino por recorrer”. 

Los números vuelven a mostrar cuánto falta para la igualdad en estos espacios. Este espacio artístico sólo tiene dos de 14 colecciones dedicadas a artistas mujeres en este momento. En febrero esperan incorporar a 3 mujeres más, una de ellas, Gervilla.

Desde MITO dicen que cuando empezaron a buscar a artistas se encontraron con más hombres que mujeres. Nueve meses después creen que “esta realidad ha ido cambiando”, aunque lo cierto es que ellos desde entonces buscan activamente incorporar a mujeres a su plataforma. 

Díaz cuenta “como curiosidad”, que a la hora de hablar con ellos, le preguntaron si conocía a otras mujeres artistas con obras en NFT. “Sólo me vino una a la cabeza, Mercedes (DeBellard, que luego estuvo presentando una colección en MITO), pero no sabía de ninguna mujer más”.

Esta galería de arte que se lanzó en septiembre de 2021 como la mayor dedicada a la comunidad hispanoamericana, expresa el deseo de publicar la mayor cantidad de colecciones NFT de artistas mujeres posible que reúnan la calidad artística que se busca en la plataforma. “Al final, una obra de arte es un punto de vista único sobre un tema o la expresión de una realidad vista a través de una mirada. Queremos una galería lo más diversa y plural posible. En la búsqueda de esa pluralidad, la visibilización del arte femenino en NFT es una de nuestras prioridades”, dicen. 

Fuentes